- 29/12/2024 00:00
- 28/12/2024 17:10
Más allá de tendencias y mercadeo de las marcas de cristalería, la forma de las copas en las que degusta sus vinos, incluyendo los espumosos, pretenden destacar sus mejores cualidades. De la forma de la copa dependerá la percepción de los aromas y de los sabores del vino. Las curvas de una copa dirigen su contenido a sitios específicos en nuestra boca, pudiendo así destacar acidez o dulzura, por ejemplo. En cuanto a los aromas, mientras más ancha la boca, menor la concentración y viceversa.
Pero en el caso de los espumosos, debemos sumar el efecto de las burbujas. Por ello, a la hora de descorchar un espumoso, piense muy bien dónde servirlo. Una reciente tendencia sugiere que puede beberlo sin remordimiento alguno en sus copas de vino blanco. Y esto no obedece a ahorrarse el costo de un juego de copas adicional. Resulta ser que sus características favorecen las cualidades de ese espumoso con el que se sellan los mejores deseos de 2025.
Una investigación sobre el efecto físico y psicológico de las copas en la percepción del champán, realizada por Victoria Burt, Master of Wine, y que incluyó a profesionales del vino con ojos vendados, concluyó que la copa flauta era menos placentera y provocaba una menor expresión aromática del champán, comparada con copas en forma de tulipa o bulbosa —de vino blanco.
En cuanto al gusto, las copas bulbosas y curvadas dirigen el vino al centro de la lengua, suavizando la acidez. Recordemos que para los espumosos se prefiere una acidez más integrada y armoniosa, por lo que la forma bulbosa resulta una mejor opción.
Por último, el efecto del gas carbónico es un gran detalle para considerar. A mayor superficie de contacto (más ancha la boca), mayor es la cantidad de carbónico que pasa al aire y más rápidamente se disipa del vino. Copas como la Pompadour conservan durante menos tiempo el gas en relación con las copas flauta -mucho más estrecha y con menor superficie de contacto. La copa tulipa o tulipán viene a ser un punto medio, al cual se asemeja mucho la copa de vino blanco. Los expertos también recomiendan las copas de vino blanco, más abiertas en la base, que potencian los aromas a pesar de perder más carbónico que con la tulipa.
Dicho esto, no se trata de descartar sus flautas, tulipanes o Pompadours. Todo dependerá de la prioridad en el momento: si su espumoso tiene mucho gas carbónico puede usar la Pompadour; si le gusta el espumoso muy frío, o si quiere destacar detalles como el rosario y corona (calidad de las burbujas) la copa flauta es la recomendada. Si quiere disfrutar de los aromas, se recomienda la tulipa.
La copa Pompadour se caracteriza por ser muy abierta, lo que permite beber con mayor rapidez, y es ligeramente cerrada por los bordes, lo que permite que su contenido se mantenga en su interior a pesar de movimientos bruscos. Su elegancia y capacidad para sostener mejor el champagne la convirtió en la reina de fiestas desde los años 30 hasta mediados de los 70.
Su nombre se debe a Madame de Pompadour, amante del rey Luis XV. La forma de la copa, según la leyenda, recreó la forma de su seno izquierdo. Más allá de la leyenda, la historia sitúa su nacimiento en 1663 como encargo del Duque de Buckingham a un artesano veneciano y se llamó la Tazza. Esta copa no se popularizó hasta finales del siglo XIX.
La copa flauta está considerada como superior a la Pompadour, ya que permite una mucho mayor concentración de gas y aromas. Con ella, además, no se afecta la temperatura de la bebida. Su forma larga y estrecha además permite observar la trayectoria de las burbujas bailando hasta la superficie, evidenciando la calidad de la bebida. Es la copa más utilizada para vinos espumosos.
La tulipa es una forma mejorada de la flauta, pero con curvas. Con su anchura en el centro y su ligera estrechez en el extremo se consigue respetar la temperatura, evitando que el carbónico se escape, pero posee la curvatura necesaria para que los aromas se concentren, ofreciendo una experiencia olfativa muy superior a las anteriores.
Debido a su boca estrecha, permite concentrar los aromas y su base de mayor tamaño hace que el vino se exprese mejor sin perder temperatura. Aunque el carbónico se pierde antes que con la copa tulipa, su balance es bueno.