“No dejo de oír a la gente pidiendo auxilio, su hilo de voz perdiéndose en la oscuridad y la silueta de un hombre en el techo de su coche alumbrada por la luz de su móvil”, recuerda Mari Carmen tres días después de las inundaciones del pasado martes, tragedia que hoy puede contar gracias a la actuación de dos chicos, que le ayudaron a ella y a otras 61 personas a subir al tejado de una gasolinera.