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El día que Gustavo Petro estuvo en Bocas del Toro en busca de los restos de una revolución que no fue

- 31/03/2025 19:36
Tras la guerra de independencia en América Latina, el continente recorrió durante la mayor parte del Siglo XIX un largo y turbulento camino en la construcción de sus Estados nacionales, al calor de las pugas entre liberales y conservadores. Una lucha por ideas y doctrina donde estaba en cuestión el papel de la Iglesia en la sociedad, las formas de organizar el Estado y la tenencia del poder.
Un debate que reverbera en la América Latina de hoy y que llevó al presidente de Colombia, Gustavo Petro, a visitar Isla Colón en Bocas del Toro. Un paraíso turístico de hostales, fiestas y surf, pero que hace 130 años, fue testigo de una batalla que pudo ser determinante en la historia política de Panamá y Colombia.
El Gobernador de Bocas del Toro, Edgardo Ibarra, tenía una tolda preparada para el acto, donde llaman a Petro a dar unas palabras. Una hora antes, estaban en reunión privada junto a autoridades del gobierno panameño. La idea es recuperar los cuerpos de los combatientes colombianos caído en un asalto del 8 de marzo de 1895, liderado por el rebelde mexicano Catarino Garza. Liberales que empuñaron las armas por precipitar una revolución, aquellas en las que se triunfa o se muere.
La Estrella de Panamá, testigo centenaria de la historia, lo reportó en su edición del 18 de marzo de 1895, el primer listado oficial de muertos, heridos y prisioneros de aquella revolución interrumpida. Fueron al menos 16 muertos, en aquel intento de establecer un primer avance para derrocar el conservador gobierno de Colombia.
Este diario, acompañó al presidente en esta travesía. Petro, cuya agenda en Panamá se hizo impredecible por sus cambios a último minutos, rindió honores al “Libertador” junto al canciller panameño, Javier Martínez-Acha en el céntrico parque Simón Bolívar. Aunque estaba dispuesto en un podium bajo la sombra de la tolda del gobernador, Petro decidió hablar a pleno sol, mientras algunos lugareños miran extrañados el inusual movimiento de seguridad en la turística isla. El equipo de protocolo del mandatario, que parecía derretirse por el calor, le colocaron el micrófono.
“Aquí yacen hombres que habían levantado armas por la libertad de Colombia y la democracia...murió sangre latinoamericana y caribeña juntas...desde aquí soñaban que iban a salir los empresitos de la libertad... que íbamos a ser, en lugar de una separación, una gran unidad, la unión que gritó Bolívar y que aún dos siglos después tenemos que lograr”, reflexionó Petro.
De camino al cementerio municipal, entre lápidas rotas y agrietadas por el descuido, el arqueólogo y antropólogo panameño, Carlos Fitzgerald, explicó donde encontraron los restos de Garza y los otros liberales, como resultado de una labor conjunta iniciada en 2023 por el gobierno del entonces presidente México, Andrés Manuel López Obrador. Los registros arrojaron además, que la operación que lideró Garza y los otros liberales eran internacional, había hondureños, nicaragüenses y otras nacionalidades.
¿Por qué atacar Isla Colón? Fitzgerald, miembro del equipo que encontró los restos de los liberales, señala que para 1895 esta era un punto comercial importante, además era una zona con una alta simpatía por el liberalismo. A tal punto que, tras las fratricida contienda civil en Colombia, conocida como Guerra de los Mil Días (1899-1902), los liberales panameños fueron clave. Incluso perdiendo el conflicto ante los conservadores, mantuvieron parte de su hegemonía política, que luego moldearía las ideas de la República de Panamá en los primeros 30 años del siglo XX.
Fitzgerald guía a Petro hasta un punto en el cementerio, a orillas del mar, donde dio positivo del hallazgo de otros restos de los caídos en la que pretendía ser la “chispa” de una revolución que no fue. Un lugar en el que una persona había comprado una lápida. Se trata de un gringo, subrayó el arqueólogo, un jubilado que 130 años después apartó la que será su “última morada” y que sin saber colocó una banca para invitar a la gente tras su muerte, apreciar la vista del mar.
Aún no queda claro si se podrían identificar los resto, faltan fondos y formalizar la cooperación binacional.
Para Petro, el ejercicio de memoria histórico parece apuntar a un objetivo político mayor, la búsqueda de la “unidad” de América Latina y el Caribe.
“Si hubiera habido un triunfo, no seríamos dos países diferentes, sino que quizás habría un Caribe y una gran Colombia unida, liberal, democrática y progresista. Así que en 1895 aquí murió un sueño, que por ahora no se realiza”, dijo.