Manuel entró nervioso en la oficina del investigador, se sentó sin hablar, cruzó los brazos. Parecía un reo que espera su sentencia. Esto no era nada nuevo...
Con el torso desnudo y fragmentos raídos de lo que otrora fuese un pantalón, Crazy Glue caminaba mientras llevaba a cuestas tres costales de latas de aluminio...