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- 08/09/2023 00:00
¿Por qué las cosas?
Todo tiene su por qué en la vida…, pero la respuesta es la profundidad con que analicemos su significado. Hoy, tenemos tantas cosas que han cambiado. Mejor dicho, tenemos un mundo completamente distinto al que hace poco disfrutábamos.
Hablamos puntualmente de ciertos parámetros, que son básicos en nuestra vida. Empecemos por los valores.
Ya no se trata simplemente de evaluar lo que siempre nos enseñaron desde niños, como el respeto, honestidad, nobleza y tantos otros.
Ahora tenemos que concentrarnos en aplicar cada uno de esos conceptos en el mundo moderno que nos está tocando vivir.
El mundo entero enfrenta y sufre conflictos ambientales, religiosos, morales, socioeconómicos y psicológicos.
Pero ¿tenemos la madurez necesaria para enfrentarnos a lo que nuestra conciencia nos dice que no estamos haciendo bien?
¿Tenemos la gratificación de hacer el bien, proteger genuinamente a los ancianos y a todo aquel que necesita nuestro apoyo en este tiempo de crisis?
O, ¿sencillamente nos dejamos llevar por la apatía, seguir nuestro camino y pasar por encima como si los problemas que aquejan al mundo no son nuestros, pues tenemos nuestros propios problemas?
Vivimos una crisis de leyes que no se aplican adecuadamente, otras que se hacen sin fundamento, de profundos problemas que no se resuelven, de hambruna que no queremos ver, de pobreza que no tenemos la solidaridad para compartir lo que tenemos, o lo hacemos de una manera tan simple o egoísta que es vergonzoso.
¿Nos relacionamos con los que nos pueden dar algo a cambio, o con los que, no teniendo nada para aportar, nos dan su cariño y ayuda sin restricción, pero con lo único que tienen, que es su buena voluntad y buenos deseos?
Estamos en medio de un gran dilema… ¿vamos con el poderoso que nos puede dar muchas cosas, o con las personas que nos aman y buscan solo por amistad?
¿Hacemos el bien, o somos no me importa con el prójimo?
¿Tenemos a Dios como centro de nuestras vidas, o preferimos ser seres libres como el viento, para no tener ningún compromiso?
Debemos decidir nuestro futuro, alto y claro.
Ahora. Ya mañana es tarde.
Tenemos que tomar una decisión muy exhaustiva. Proteger a ancianos y desvalidos, por convicción. Votar a conciencia en las elecciones, no por un pedazo de jamón.
Estas elecciones son cruciales para nuestras futuras generaciones. No nos dejemos llevar por ilusiones, sino con la razón. ¿Quién es el mejor candidato que va a proteger los intereses de los panameños?
Que va a dedicar un esfuerzo extremo a pensar bien las cosas para que el país avance y el pueblo tenga una vida digna.
Hagamos bien las cosas, no nos sentemos a esperar que otros lo hagan.
Lleguemos a un acuerdo con nuestro propio yo, de sobresalir y ser mejores seres humanos.
Resumiendo: ¿qué aportamos hoy para prevenir más calamidades, crisis, pobreza y mejorar nuestro país?
¿Estamos siguiendo el ejemplo de nuestros abuelos de practicar la caridad con convicción? ¿De perdonar y amar a nuestro prójimo como Dios nos ama y perdona infinitamente?
¿O creemos que todo nos lo merecemos, pero jamás reaccionamos que tenemos todo y somos lo que somos porque Dios nos amó primero incondicionalmente, y nos sigue amando y perdonando hasta el fin de los tiempos?
Pero tenemos que ser nosotros los que valoremos la vida y vivirla plenamente, con nuestros atributos y defectos, pero siempre, siempre, tratando a nuestro prójimo pensando en cómo quisiéramos que nos trataran a nosotros.
Porque... así son las cosas.