• 11/12/2024 00:00

Analizando la gran victoria electoral de Donald Trump (2)

No cabe duda, las prioridades del partido demócrata de Estados Unidos son totalmente absurdas, insensatas y confusas. ¿Qué clase de partido político se adhiere y vincula completamente sus políticas, su plataforma y su agenda a causas sociales que representan los intereses de una minoría sexualmente desviada y depravada, que representa menos del 2 % de la población total, mientras que al mismo tiempo ataca y trata de destruir las familias tradicionales, promueve el aborto a demanda en lugar de tratar de eliminar la necesidad del aborto, mientras hace caso omiso de la voluntad y las aspiraciones del otro +98 % de los votantes, y esperan triunfar en las elecciones?

Los demócratas son incapaces de ver que el antagonismo que han creado en su país ha resultado en dos grupos diferentes de ciudadanos con valores y convicciones diferentes que nunca estarán de acuerdo entre sí en los temas más importantes para la sociedad.

Ese partido, en las últimas dos décadas, ha dejado de escuchar la voluntad y las preocupaciones de los votantes, ya que no lo considera necesario. Estaban totalmente convencidos de que siempre podrían fabricar un sistema de creencias, una agenda racial y de género que las masas estarían obligadas a seguir, ya que sentían tener control de la voluntad del pueblo debido al hecho de que tenían control de tantas instituciones gubernamentales y privadas, incluidos los medios de comunicación de masas, lo que les hizo creer que podían seguir fabricando candidatos presidenciales a su antojo y luego fabricar el apoyo necesario para ese candidato.

Básicamente, intentaron catapultar a Kamala Harris a la presidencia y crear un aura inexistente a su alrededor, y fabricar los votos necesarios a través de encuestas manipuladas, medios de comunicación deshonestos, fama de artistas, Hollywood y las diversas instituciones que controlan. Los estrategas demócratas sabían que el historial y la personalidad de Kamala Harris no eran populares y que ella simplemente es una figura globalista útil, al igual que Joe Biden, bajo el control de las élites, lo que transformó las elecciones en una lucha del pueblo contra el establishment.

Desafortunadamente, para los demócratas, Donald Trump se enfrentó a su agenda malsana y pervertida, despertó al pueblo estadounidense y mostró a los demócratas que su agenda traicionera y sin sentido no es una estrategia ganadora. Les mostró que la elección no se trataba de personalidad, ni de raza, racismo, género, ni tonterías de DEI (diversidad, equidad e inclusión), ni de aborto, sino de los temas que más importan a los ciudadanos comunes, como la economía, la frontera, la reducción del radicalismo transgénero, las guerras interminables, etc.

A pesar de la cobertura mediática negativa de casi 98 %, la gente pudo ver a través del retrato que los demócratas hicieron de Trump como fascista, nazi, amenaza existencial, etc., y en cambio vieron a alguien que luchaba por ellos, su familia y futuro, incluso arriesgando su propia vida. Vieron a un hombre que realmente ama a su país y dispuesto a enfrentarse a un liderazgo incompetente y a políticos que venden los intereses de su propia nación.

El 5 de noviembre, Trump fue totalmente reivindicado en una victoria aplastante e imprevista después de una brutal campaña coordinada y deshonesta para impedir su reelección presidencial, incluidos dos intentos de asesinato; demostrando una vez más a los demócratas que su agenda y estrategia política no son efectivas y que necesitan escuchar a los votantes.

Trump ahora tiene un mandato completo para hacer cambios reales, priorizando los intereses de ciudadanos estadounidenses sobre lo políticamente correcto, las tonterías de género, el culto a la DEI, la guerra cultural y la agenda marxista/atea que equivale a fascismo y a tiranía del tipo más despreciable, que ataca, critica y etiqueta a ciudadanos de género biológico natural como enemigos por negarse a conceder a la invasión transgénero su privacidad personal y por desafiar la intrusión de este adoctrinamiento ideológico diseñado para erosionar la esencia de la libertad, los derechos humanos y los derechos de los ciudadanos a señalar perversiones y manipulaciones flagrantes.

Este activismo transgénero radical es simplemente otro ataque marxista/ateo a la libertad y a nuestro género y el fomento de intolerancia, prejuicios e injusticias contra las verdaderas víctimas que han sido menospreciadas y violadas en su integridad.

Estamos siendo testigos de la agenda y planes de los demócratas para transformar nuestras sociedades en algo completamente extraño, con el fin de destruir la sociedad normal y reemplazarla con una nueva forma perversa de marxismo sexual, por lo que muchas escuelas de EE.UU se han convertido en campos de adoctrinamiento demócrata en lugar de instituciones académicas de aprendizaje.

En retrospectiva, el fraude electoral de 2020 resultó ser una bendición para los conservadores en el sentido de que hizo que el partido demócrata expusiera su carta oculta y les forzó a adelantar su trama marxista y mostrar al público su verdadero plan para el país.

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