Desmantelar el Estado: objetivo, acumular poder

El presidente Donald Trump y su coequipero, Elon Musk, han dado claras demostraciones de que tienen un plan, y lo están ejecutando a marcha forzada.

En poco tiempo ha firmado centenas de órdenes ejecutivas con impacto significativo no solo en la estructura del Estado, sino en los contrapesos de la democracia estadounidense.

En su primer día como presidente, Trump emitió indultos conmutando sentencias a más de 1.500 partidarios acusados por los ataques al Capitolio Federal de los Estados Unidos, el 6 de enero de 2021.

Luego, el Departamento de Justicia anunció el despido de más de una docena de empleados que trabajaron en procesos penales contra el presidente Donald Trump, en los casos de la retención de documentos confidenciales en su residencia de Mar-a-Lago; y, por el intento del presidente de subvertir la victoria de Joe Biden en las elecciones de 2020.

Además, se ha exigido los nombres de los agentes del FBI involucrados en esas mismas investigaciones, para, posiblemente, destituirlos; movimientos que reflejan la determinación de la Casa Blanca de purgar a las agencias de empleados de carrera que considera insuficientemente leales.

En paralelo, el novel Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) dirigido por Elon Musk, despide a miles de trabajadores, así como a burócratas de carrera, y les ordenan a los líderes de las agencias que planifiquen “reducciones de personal a gran escala” y congelan billones de dólares en fondos de subvenciones federales, todo bajo el pretexto de que buscan recortar el gasto y reducir el tamaño del gobierno federal.

Entre las agencias y departamentos más afectados están los que tienen relación directa con los ciudadanos, como ejemplo, la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Institutos Nacionales de Salud, Servicio de Impuestos Internos, División de Alimentos de la Administración de Alimentos y Medicamentos, Administración Federal de Aviación, Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, entre otras. Adicionalmente se anuncia un decreto ejecutivo que daría inicio al proceso de eliminación del Departamento de Educación.

En paralelo han enviado mensajes preocupantes, como cuando la Casa Blanca equiparó al presidente estadounidense, Donald Trump, con un monarca, publicando en la red social X una portada falsa de la revista Time, en la que el mandatario aparece luciendo una corona, en la que se lee la frase “Larga vida al rey”.

Otro mensaje preocupante ha sido cuando el sr. Musk y la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, han acusado a los jueces que bloquean las órdenes ejecutivas del presidente Trump, de provocar una crisis constitucional y abusar de su poder, y luego, el presidente publica en su red social Truth Social el mensaje: “Quien salva a su país no viola ninguna ley”.

También se recordará el caso de diciembre pasado cuando el Sr. Musk torpedeo de manera pública con centenas de mensajes a través de X, (algunos de ellos por cierto rayaban en la amenaza, mientras otros eran medias verdades o impresiones) el acuerdo bipartidista para financiar las operaciones del gobierno de Estados Unidos y evitar un cierre parcial.

Después de dos insinuaciones del presidente Trump sobre la posibilidad de presentarse a un tercer mandato, un miembro republicano de la Cámara de Representantes presentó una resolución para enmendar la Constitución de EE.UU. y permitir que el presidente Donald Trump pudiera cumplir un tercer mandato.

Reformar la Constitución de los EE.UU. implica que dos tercios de los legislaturas estales lo aprueben, al igual que lo hagan dos tercios de ambas cámaras legislativas. Hoy eso se ve improbable, pero en 2026 habrá elecciones intermedias en las que se disputarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 33 de los 100 escaños del Senado; además de las elecciones para gobernador en 36 estados y tres territorios.

Si el Sr. Musk con una inversión de apenas $280 millones de dólares en la campaña del presidente Trump, ha logrado una enorme influencia y poder en el gobierno (además del incremento de aproximadamente 120.000 millones de dólares en la capitalización de mercado de sus empresas), ¿qué sucedería si “invirtiera” apenas el 5 % del valor de su fortuna actual en las campañas del 2026?, ¿Tendrían esos $20.000 millones de dólares un impacto significativo en las campañas de representantes, senadores, gobernadores y legisladores locales?

Puede sonar improbable, ahora, pero es evidente que hay un plan y van tras el resultado, y posiblemente, no sea otro que acumular poder. Las señales están allí. Cada uno sacará sus propias conclusiones.