• 10/12/2024 20:31

La clave es saber comunicar ... y poder convencer

Con lo sucedido el último mes en torno a la propuesta de reformas de la Caja del Seguro Social (CSS), urge armar un equipo de estrategia y redacción para crear mensajes

Todo parece indicar que Comunicaciones en el gobierno es el perro que se le pega las pulgas. La experiencia de los últimos tres quinquenios nos indica que sus personeros no entendieron la realidad ni aportaron lo básico en su función de comunicar y divulgar a la población. Y por lo visto en estos primeros seis meses del actual gobierno, no es la excepción.

La responsabilidad fundamental de Comunicaciones es definir y redactar documentos de trabajo, mensajes básicos, líneas de comunicación generales y específicas, y preguntas con sus respuestas puntuales (Q&A). Y hacer que los mensajes se adecuen a las audiencias: un mensaje para redes, otro para televisión, otro para radio y otro para diarios impresos. No es lo mismo el mensaje para Crítica, El Siglo, Mi Diario, Dia a Dia y Metro Libre, que para La Estrella, Panamá América y La Prensa.

Pero para eso, lo primero es tener buena relación con los medios, y no solo hablar con dueños y directores, sino también con editores y reporteros que son los que cubren y manejan la información.

Hasta ahora, las conferencias de prensa los días jueves han sido positivas, pero debe existir un equipo de voceros más allá del presidente de la República, con ministros de Estado, directores de instituciones y gobernadores. Incluso, cada entidad debería tener un mínimo de cinco voceros entrenados y alineados con los mensajes, las líneas y los Q&A. Y tras su desempeño, debieran evaluarse sus habilidades e identificarse para TV, radio y foros, y prepararlos para que sean interlocutores con los sectores obreros, educadores, empresarios, estudiantes, académicos, productores y consumidores.

Es oportuno sumar a los asesores Alberto Alemán Zubieta y Roberto Brenes para que hablen con los sectores que ellos tienen acceso. También es fundamental que personas creíbles y rostros nuevos dentro del gobierno como los viceministros Carlos Hoyos, Carlos Ruíz y Carlos Guevara puedan escribir artículos de opinión, participar en programas de radio y dar la cara en televisión.

Igualmente, se requiere conformar un equipo de voceros fuera del gobierno que sirva de “gabinete de cocina” para orientar sobre pasos a seguir, análisis de procesos y evaluación de resultados. La lista incluiría nombres como Roberto Henríquez, Jorge Fábrega y Guillermo Sant Llorens, entre muchos otros. Incluso, habría que llamar a periodistas, empresarios y líderes de la sociedad que disienten con las políticas del gobierno y propiciar una valoración objetiva de los resultados y buscar mecanismos para mejorarlos.

Con lo sucedido el último mes en torno a la propuesta de reformas de la Caja del Seguro Social (CSS), urge armar un equipo de estrategia y redacción para crear mensajes, sumar aliados y lograr las metas esperadas. Conviene fortalecer las alianzas con gremios y sindicatos nacionales, y contactar organismos internacionales para conseguir expertos, ayudar a articular las ideas y abrir espacios.

En cuanto al trabajo táctico, el mensaje de que la propuesta no está escrita en piedra, debe acompañarse con información coherente de que no hay fecha límite ni tiempo tope para debatir las reformas, y que la discusión podría ir más allá del 31 de diciembre si fuese necesario. En ese sentido, hay que bajarle el perfil, por ahora, al director de la CSS y cualquier ministro que pueda sonar controversial, y permitir que otros voceros menos polémicos y menos técnicos se sumen al proceso de comunicación. La gente común y corriente no entiende bien los temas técnicos, especialmente cuando le hablan jerigonzas y mucho menos cuando la información que circula está incompleta y confusa.

Frente a estas circunstancias, Comunicaciones del gobierno está obligada a mejorar la información. No hay duda que el presidente de la República mantiene un fuerte caudal político y goza de alta credibilidad. Pero tras lo ocurrido en las últimas semanas en la Asamblea Nacional y de cara a los recientes pronunciamientos de los partidos RM y PRD, vemos que el rechazo a la propuesta del Ejecutivo coge fuerza y podría estarse cocinando un movimiento popular similar al de la mina el año pasado.

Hasta ahora, no hemos visto ni tampoco percibimos que dentro de Comunicaciones en el gobierno se tenga un plan para enfrentar ni contrarrestar esa amenaza. Lo cierto es que, cada vez que los gobiernos han mostrado debilidad y se han dejado enredar entre las patas de los caballos, le han marcado la cancha y han perdido la calle. Simplemente el país no se ha recuperado del desenlace del año pasado ni puede hundirse en una espiral de autodestrucción. Tampoco el gobierno debe caer en la trampa de la provocación y de un nuevo enfrentamiento en las calles. Salvar la CSS está por encima de todos, pero hacerlo requiere sabiduría y conocimientos.

El autor es empresario

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