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- 25/05/2024 00:00
- 24/05/2024 19:29
El Hilo inicialmente surgió en 2019 cuando los periodistas Carolina Guerrero, Daniel Alarcón, Silvia Viñas y Eliezer Budasoff se juntaron para darle forma a un podcast en el que la información sobre América Latina fuese tratada sin amarillismo, sin solemnidad y sin aburrimiento, con voces en el terreno que expliquen el porqué de las noticias en América Latina.
La falta de contexto en los titulares del día a día así como la necesidad de entender la actualidad de un continente con realidades similares y complejas a la vez, fueron varias de las razones por las cuales se decidió emprender un proyecto que, en un principio, iba a ser una alianza entre la casa productora Radio Ambulante Estudios y la redacción en español del diario estadounidense The New York Times (NYT).
Es entonces que para septiembre de ese mismo año, cuando se estaba trabajando nueve meses en el proyecto de podcast y ya se habían realizado cinco episodios piloto, el diario The New York Times decide cerrar su redacción en español. Si bien el área de audio del diario decidió continuar con el proyecto, Radio Ambulante Estudios dispuso no proseguir con el mismo ya que, según el espíritu y la identidad que son parte de sus valores, no se podía lanzar un podcast que buscaba contradecir la pauperización del periodismo justo en el instante en el que periodistas latinoamericanos estaban siendo despedidos tras el cierre de esa redacción en español del NYT. Una alianza que era la razón inicial de ser de El Hilo.
El 30 de septiembre de 2019, cuando Budasoff atravesaba el que sería su último día laboral como director editorial en el NYT en español, Guerrero le llamó para decirle que el proyecto iba. “Solo quería decirte que vamos a hacer este proyecto y quiero que sigas con nosotros. No sé de dónde vamos a sacar la plata, pero lo vamos a hacer”, le dijo. Y así, en marzo de 2020, comienza la aventura de El Hilo cuyo primer episodio salió a la luz el 27 de marzo de 2020 explicando el contexto de una noticia más que memorable: la pandemia. El capítulo se llamó “Coronavirus: la encrucijada de América Latina”.
Cuatro años después, sus oyentes siguen fieles a la cita de los viernes por la mañana –día en el que aparece un nuevo episodio– para mantenerse informados de los trepidantes sucesos de la realidad latinoamericana. Budazoff –quien está estos días en la ciudad de Panamá por motivo de la undécima edición del festival Centroamérica Cuenta, impartió entre el 22 y 23 de mayo en la Biblioteca Nacional un taller de periodismo para podcast en el que compartió lo que aprendió y desaprendió durante el desarrollo de este formato que cada vez está cogiendo más auge en la región.
Nosotros tenemos más de cuatro años y 200 episodios. El primer balance que podría hacer es que actualmente la industria periodística en el último tiempo ha apostado sobre todo por captar a parte de la audiencia a través de la viralidad, el escándalo, y de tratar de producir de manera masiva, y el primer balance que te puedo dar es que cuando la gente dice que el periodismo está en crisis, lo que está en crisis no es el periodismo, sino una cierta forma de hacer periodismo y financiarlo. Lo que en todo caso está en crisis es la industria periodística, pero no el periodismo. Por otro lado, el balance es buenísimo en términos de crecimiento y de lealtad y de fidelidad de los oyentes. Hemos ido creciendo de manera orgánica y sin pausa desde que empezó el podcast.
Otra cosa que a mí me parece que confirma la buena recepción y el éxito que ha tenido El Hilo es la necesidad de un producto así en un momento en el que los principales problemas de la región son la desinformación; la gente busca productos como los de nosotros y la gente necesita periodismo que sea serio pero no aburrido, profundo pero no solemne, y que trate de narrar la historia a gente sin tratar de bajar línea política, que le hable a los oyentes con una sensibilidad puesta en el cuidado y el cariño por la región, y en la necesidad de conocer y entender las historias.
El balance en general es positivo. Hoy yo trabajo a tiempo completo con Radio Ambulante Estudios. Hasta el año pasado, en el primer tiempo yo trabajaba en El Hilo y, a la vez, era el director de proyectos especiales del diario español El País en su redacción de América. En febrero de 2023 renuncié al diario El País y ahora estoy completamente con Radio Ambulante Estudios y mi balance es bueno, digamos. Es súper difícil mantener un proyecto así en términos de producción y de sostenibilidad económica, pero es absolutamente posible en términos de audiencia. El periodismo que hacemos es urgente, es necesario, y la audiencia lo valora un montón.
La idea de hacer el taller es básicamente compartir algo de lo que yo he aprendido en el mundo del podcast, porque a todo esto cada vez que en los últimos años me han llamado para brindar un taller de podcast yo siempre he pensado en que tengo más de 20 años de carrera como editor de periodismo gráfico y me tocó ser editor de reportajes, crónicas y de periodismo narrativo. Y, en el último tiempo, me invitan para dar talleres o charlas sobre podcast, que es un mundo al que yo ya pertenezco porque ya tengo cuatro años con 200 episodios realizados, pero todavía me siento un recién llegado.
Una razón por la que me gusta dar talleres sobre esto es que es algo que aprendí de grande con la gente que mejor lo hace, que es la gente de Radio Ambulante Estudios. Eso permite compartir de forma destilada todo lo que he aprendido en los últimos años, y también de aquellas cosas en las que me he equivocado y de las que he tenido que aprender las lecciones. He tenido que desaprender algunas cosas y aprenderlas a hacer para podcast. Entonces, ese es un poco el espíritu del taller y ese es también el espíritu que yo busco en los participantes.
Me encantó el grupo del taller y los que están tienen diferentes perfiles. Muchos han venido del periodismo, pero hay otros que no provienen necesariamente del periodismo. Las preguntas de la gente me han parecido súper interesantes y yo me la he pasado hablando mucho porque quiero aprovechar el tiempo y compartir lo máximo posible de mis conocimientos, pero la verdad es que cuando dejé que la última parte de la sesión se haga un ida y vuelta en el que puedan hacer preguntas, todo el mundo estaba muy ansioso por preguntar cosas que a mí me hubiese encantado saber cuando empecé a hacer podcast. El espíritu de la gente que viene es muy bueno.
Esa pregunta tiene múltiples tipos de respuesta. Por un lado, esta es una época increíble para hacer periodismo. Lo que pienso es en la pena que me da que la industria periodística esté hecha añicos en una época tan interesante para hacer periodismo. Están pasando un montón de cosas y más que nunca necesitamos información buena, verificada, confiable y, sobre todo, es sumamente necesario entender todo lo que pasa en un contexto en el que hay mucha desinformación. Yo creo que es una gran época, pero a la vez es muy complicada porque está en crisis un modelo de negocio, porque es muy difícil conseguir financiamiento, porque además, sobre todo en Centroamérica, no tanto en Panamá, tenemos colegas que están sometidos a amenazas y persecuciones porque aumenta el autoritarismo en toda la región.
Es una época muy complicada y, a la vez, muy interesante. Me parece una época paradójica. Creo que es duro el hecho de que haya gente haciendo periodismo en el continente que la está pasando muy mal, y creo que hay gente que está haciendo cosas valiosísimas. Hoy más que nunca necesitamos el periodismo en América Latina.
Eso tiene que ver con varios factores. Hay países como Estados Unidos que tienen una tradición más antigua de podcast y Radio Ambulante ganó hace más de una década el Premio a la Innovación de la Fundación Gabo. Cuando ellos hacían podcasts en español dedicándole recursos y tiempo, para la mayor parte de la industria eran unos dementes tipo, ¿A quién se le ocurre hacer esto? Eso era lo que se pensaba hace 10 años.
Ahora, todo el mundo hace podcasts o intenta hacerlo. Es un formato que ha llegado para quedarse. A pesar de la sobresaturación que hay en el mercado, es algo que no va a dejar de hacerse ni de escucharse. Creo que lo que representa es un modo diferente de consumir información y de consumir historias, me parece que el podcast se ha convertido en el receptáculo natural del periodismo narrativo que cada vez en el periodismo gráfico tiene menos espacio. Y, a la vez, no solo permite consumir información de otra manera, sino que es algo que puedes escuchar mientras haces otras cosas, como pasear al perro, lavar los platos o pasar el tranque vehicular.
Como es una especie de radio bajo demanda, de encontrar su nicho, su comunidad y su propia audiencia, me parece que es algo que lo ha hecho crecer. Su crecimiento responde a un montón de factores, pero básicamente es que se está produciendo más y que a la gente le gusta más consumir información e historias de esta manera.
El periodismo es esencial para la democracia. En este momento, el periodismo debería considerarse un bien en peligro de extinción. La información, sólida, confiable y objetiva te hace ser un mejor ciudadano, te hace tomar mejores decisiones, y evaluar mejor las opciones para votar. Estamos ante un tiempo en el que los candidatos políticos utilizan sus sistemas de comunicación para tratar de despertar emociones. Los especialistas en esta época dicen que la política se trata de emociones, no de racionalidad. Esto no lleva necesariamente a una mejor democracia, el que alguien pueda usar la rabia y la frustración, o lo que sea. Eso no hace que la sociedad se mejore y el periodismo es vital en estos momentos para eso. Es vital para que no ganen las narrativas que se producen con base en la publicidad y las granjas de troles. Hace mucha falta el periodismo. Sobre todo en esta época.