El legado del cacao: tradición y futuro en las tierras de Panamá

Actualizado
  • 19/01/2025 00:00
Creado
  • 18/01/2025 15:31
El cacao panameño, con una rica tradición en Bocas del Toro, enfrenta desafíos y oportunidades para crecer, mientras destaca su contribución económica y su sostenibilidad en medio del cambio climático.

Constantino Blandford le ha dedicado gran parte de su vida a la producción del cacao, aquella semilla responsable de producir una de las delicadezas más amadas del mundo: el chocolate. De hecho, el indígena de la comarca Ngäbe-Buglé ha trabajado en la siempre y cosecha del cacao desde hace 30 años aproximadamente.

“Bocas del Toro inició como una de las primeras provincias productoras de cacao en el país”, dijo a La Estrella de Panamá vía telefónica desde España. “Mi familia comenzó a cultivar la semilla alrededor de la década de los 60 y se convirtió en un oficio que ha traspasado generaciones”, agregó.

El productor de cacao viajó el pasado lunes al país europeo con el fin de conocer a la reina Letizia en un evento que plantó como protagonista la siembra, cosecha, producción y cuidado del cacao en diferentes partes de la región Latinoamericana. Al indígena ngäbe estuvo acompañado de otros dos productores de cacao: Ana Rodríguez (República Dominicana) y Marlon Ferreira (Colombia).

Sobre conocer a la monarca española, Blandford le pareció una experiencia “fantástica”. Le dijo al diario que “ha sido indescriptible lo que he vivido en España y sobre todo lo que fue conocer a la reina. Tuvimos la oportunidad de conversar con ella sobre nuestro trabajo con el cacao y nos dijo que le encantó conocer sobre ello. Estoy contento de representar a mi país en un lugar como España”.

Siembra, cosecha y producción

En cuanto a sus orígenes con el fruto, el cacaotero explicó que en la provincia se han dedicado a cultivar la semilla de origen trinitario que combina la resistencia del forastero con el sabor del criollo. “Con la misión de producir más libras por hectárea, se introdujo el cacao híbrido, un producto que posee más resistencia al clima y las enfermedades”, detalló.

En cuanto a las diferencias entre los tipos de semilla, el indígena manifestó que “el cacao trinitario y el criollo tienen una época muy marcada porque tienen meses específicos de producción. En contraste, el fruto híbrido e injertado permiten más cosecha y resultados a lo largo de los meses”.

Sentado frente a la reina Letizia, el panameño explicó el proceso de siembra del cacao. “La espera para ver los primeros frutos puede tomar de tres a cinco años. Al tener las flores, debemos esperar de cinco a siete meses para que el producto esté maduro y tengamos una mazorca de cacao”, inició.

“Una vez la mazorca esté madura, comienza el proceso de cosecha de la planta. Luego de recolectarla, colocamos el producto en una caja fermentadora de madera que da vueltas por aproximadamente seis días para conseguir el aroma y fino sabor de este fruto. Esto pasa a una plataforma de madera en la cual pega la luz del sol o, en el mejor de los casos, en una marquesina. Es entonces en ese momento que tenemos la semilla seca y lista para el consumo humano”, detalló.

Blandford agregó que el clima húmedo tropical de Bocas del Toro es el factor que facilita la siembra de la semilla a la cual su familia se ha dedicado producir. “Como indígenas estamos concentrados en conservar nuestro suelo de forma orgánica. Por ende, las cascaras de cacao o los restos de guineo que caen de los árboles se descomponen en el suelo, brindándole así más nutrientes”.

Logrando la primera producción, la familia tiene cacao para todos los meses. Aun así, el ngäbe explicó que existen picos de volumen desde octubre hasta enero cuando el fruto genera más libras por hectárea.

“Hemos innovado un negocio a través del cacao ofreciéndole al mundo conocer cómo es realmente el chocolate o la semilla que lo produce y su método de creación”, expresó. “El cacao transforma de manera inimaginable. Esto se ha vuelto nuestro sustento”.

El cacao en Panamá

Un estudio de oportunidades de cadenas de valor prioritarias en Panamá realizado a mediados de mayo del año pasado por la Autoridad para la Atracción de Inversiones y la Promoción de Exportaciones (ProPanamá) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) analizó el panorama de cuatro productos nacionales: la piña, el café, el cacao y el chocolate.

Los resultados demostraron que el cacao y el chocolate sobresalieron entre los once rubros de importancia para el sector agroalimentario del país y con potencial para exportación, desarrollo e inversión.

El estudio detalló que las principales regiones productoras de cacao en el país fueron Colón, Panamá Este, Darién y Bocas del Toro, siendo esta última provincia la responsable del 99% de producción nacional sobre todo en los corregimientos de Almirante, Changuinola y Valle del Risco.

A nivel provincial, se estimó que aproximadamente 65,000 hectáreas están dedicadas a la siembra, cosecha y producción del cacao y que la actividad beneficia a unas 2,300 familias que se dividen en 62 comunidades.

Para finales del 2023, el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) registró un total de 2,170 productores de cacao en el país, notando un incremento constante anualmente. En el periodo 2022 – 2023, la producción de cacao en el territorio nacional alcanzó las 562 toneladas, con 6,703 hectáreas sembradas (MIDA, 2024) de las cuales aproximadamente el 70% se apuntan a la exportación.

En 2023, la contribución del rubro a la economía se estimó en 50.1 millones de dólares en bienes y servicios agropecuarios, en contraste con los 37.7 millones de dólares registrados en 2021.

Desafíos y ley

Blandford le explicó a “La Decana” que uno de los retos que los cacaoteros enfrentan es “conseguir un buen precio por el sacrificio realizado” ya que “la demanda y la calidad de vida de los agricultores depende en su totalidad en la producción de la semilla”.

El 23 de diciembre de 2021, se estableció la ley 261 que crea medidas para “incentivar la producción de cacao en Panamá”, según la Gaceta Oficial. Sus objetivos apuntan a mejorar la calidad del cacao, fomentar la investigación y el desarrollo de la semilla, incentivar la participación del fruto en la agroindustria alimentaria, apoyar al sector cacaotero para que crezca de manera sostenible, desarrollar tecnologías de manejo poscosecha y promover alianzas para la comercialización del cacao.

Sostenibilidad

Un estudio realizado por el Centro Internacional de Agricultura Tropical advirtió que para el 2050 la semilla del cacao podría desaparecer en un 90% debido al cambio climático. Este escenario espera verse, en gran parte, en países como Ghana y Costa de Marfil, responsables de producir el 90% del cacao a nivel mundial.

Según el análisis, con el incremento de 2,5 grados de la temperatura media que se prevee sea alcanzada para el 2050, casi la totalidad de los terrenos que hoy se dedican a la siembra y cosecha del cacao no serán aptos para ellos. Agregó que la decadencia comenzará a notarse en 2030, cuando la temperatura media global debería aumentar un grado.

“Una de las ventajas que tenemos en Panamá, sobre todo los bocatoreños, es que nuestro clima es húmedo tropical en comparación a otros sectores que también producen cacao”, comentó Blandford en cuanto al panorama.

“Hemos entendido que produciendo el cacao de manera agroforestal garantizamos un mejor suelo, productos sanos y sostenibilidad. No somos ajenos al efecto del cambio climático, pero nos favorece el clima que tenemos en este sector”, concluyó.

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