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- 24/04/2018 02:01
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Cuando se trata del acoso escolar, esa situación donde un agresor molesta reiteradamente a su víctima con el objeto de hacerla sufrir, el espectador tiene un papel importante por cumplir: denunciar el abuso.
Pero, muchas veces, las personas que ven un caso de bullying se quedan calladas, según expresa Mayte Domínguez, psicóloga clínica. Esta situación dificulta que se solucione el problema.
Con la campaña ‘#HazLoCorrecto', el movimiento ‘Panamá libre de bullying' (al cual pertenece Domínguez), busca concienciar a la población sobre denunciar y buscar ayuda ante una situación de hostigamiento.
‘Si ves algo, si sabes que algo está pasando en tu colegio, habla con una persona de confianza, no te quedes callado; defiende a las otras personas, siente empatía, no te gustaría que te estuvieran haciendo lo mismo', dice.
‘Bullying no es igual a ‘relajo'. El acoso es frecuente, y el agresor disfruta haciendo sentir mal a la víctima',
MAYTE DOMÍNGUEZ
PSICÓLOGA CLÍNICA
En el caso del abusador o la víctima, buscar apoyo es fundamental. ‘No te sientas solo, no eres el único; busca a alguien que te pueda brindar una mano', exhorta.
El acoso escolar es un problema mundial. En su informe ‘Poner fin al tormento: cómo abordar el acoso escolar, desde el patio del colegio al ciberespacio', presentado en 2017, las Naciones Unidas (ONU), reveló que dos de cada diez alumnos padecen este tipo de hostigamiento.
EL PARADIGMA DEL ACOSADOR
El psicólogo clínico Dimas Villarreal expresa que el acosador también es una víctima. ‘Muchas veces nos basamos en que el acosador es el malo de la película. Debemos tener otra perspectiva y entender qué le está pasando para que haga esto', dice, y agrega que en lugar de señalarlo y expulsarlo de la escuela, lo ideal sería intentar ayudarlo.
Sugiere a los padres tener presentes ciertos signos de alerta, como que el niño lleve pertenencias de otros a la casa bajo cualquier excusa.
Si la maestra manda notas de que el niño siempre está molestando a un compañero específico, algo puede estar sucediendo. ‘Normalmente, el agresor busca a una persona que considera indefensa e insegura, para dirigir el acoso contra ella', dice Domínguez.
Del otro lado de la moneda, está la víctima. ‘Cuando el niño no quiere ir a la escuela, llora, baja las notas, si no quiere hablar con nadie y cambia drásticamente su conducta, puede ser que es víctima de bullying ', manifiesta Villarreal.
Los expertos sugieren a los padres o acudientes estar atentos a estas señales y mantener una estrecha relación con los profesores e incluso con otros padres de familia.
También es necesario hablar con los hijos. ‘No tipo regaño, sino que el niño sepa que puede contar con usted o buscar otro apoyo, hablar con la psicóloga del colegio, los maestros', destaca Domínguez.