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Desempleo y marginación social en la periferia de la ciudad
- 25/11/2023 00:00
- 25/11/2023 00:00
Noviembre de 2005 marca la fecha de 'la rebelión popular más grave' en Francia desde las revueltas de mayo de 1968. De acuerdo con el artículo, 'Frenche Urban Unrests' del académico Fabien Jorbard, investigador del Centro de Investigaciones Sociológicas sobre Derecho e Instituciones Penales (Cesdip), “los disturbios de 2005 se extendieron por casi todo el territorio nacional, incluidas algunas ciudades pequeñas y pacíficas en áreas mucho menos urbanizadas. Después de 20 días, 10.000 automóviles desaparecieron en llamas, las compañías de seguros registraron daños por valor de 200 millones de euros y 250 edificios públicos resultaron dañados”.
La génesis de estos disturbios surgió en sectores marginados conocidos como los banlieue. Marc Angélil y Cary Siress, investigadores de ETH en Zurich, Suiza, “banlieue, es una palabra derivada de bannir, mettre au ban, es decir, excluir o desterrar. Las banlieues han sido el lugar de las afueras de la capital donde el reino envía a su población no deseada. El término se refiere a un cinturón de barrios residenciales que rodean el centro de la ciudad (...). Banlieue se ha convertido en un eufemismo peyorativo para barrios con proyectos de viviendas para personas de bajos ingresos, predominantemente para familias inmigrantes, que se caracterizan por una pobreza, desempleo y violencia generalizados”.
La descripción que hace el sociólogo francés Francis Mestries Benquet, de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco en México, sobre los banlieues es que “estos barrios constan de grandes complejos de torres que suelen tener entre 15 y 20 pisos de altura, todas ellas idénticas. Hay muy pocos puntos de venta comerciales y apenas instalaciones recreativas, culturales o de transporte; no hay centros de reunión ni plazas atractivas”.
Una de las características socioeconómicas principales de estos banlieues es el desempleo. De acuerdo con Francis Mestries, “los suburbios de las grandes ciudades, –en Francia–, son las zonas más afectadas por el desempleo: el 21% de su población está desempleada –el promedio nacional general es del 10%–; en los suburbios del noreste de París, donde comenzaron los disturbios, la tasa llega al 26%”.
Mestries enfatiza que la explosión social de 2005 de los banlieues franceses es “consecuencia de un sistema institucional desgastado que ha agotado sus capacidades de asimilación económica y cultural –de las minorías étnicas, principalmente árabes y africanas–, pero también deben mucho a medidas cada vez más tiránicas de control político y represión policial”.
Este investigador concluye que el “problema surge de la situación (de crisis) de las principales instituciones de la nación –el estado de bienestar, el urbanismo social, el sistema escolar, el sistema de justicia, la policía y la unidad familiar–, en un contexto de estancamiento económico y desempleo”.
Generalmente en Panamá el reporte de la data sobre desempleo se ha publicado desde una perspectiva macroeconómica y pocas veces existe la posibilidad de entender su distribución, comportamiento e impacto a nivel de las comunidades. Los datos de los censos de población y vivienda brindan una oportunidad de entender mejor este fenómeno y su relación con otras variables socioeconómicas y urbanas.
Según el Banco Mundial, la tendencia del desempleo en Panamá ha ido en aumento desde 2013, para este año la tasa de desempleo a nivel nacional era del 3,7%, llegando a su máximo en 2020 –durante la pandemia de Covid-19–, cuando se registró una tasa de desempleo del 14%. Para agosto de 2023, la tasa se encontraba en 7,4%, de acuerdo con datos del Inec. Es importante destacar que la tasa anual de desempleo en Panamá entre 1991 a 2018 se había mantenido en un 6%, siendo las tasas registradas a partir de 2019 un pico considerable en el comportamiento de este indicador.
De acuerdo con los datos reportados por el censo de población y vivienda 2023 para los barrios urbanos de la ciudad de Panamá, la tasa de desempleo se encuentra en el 9,3%, siendo los corregimientos con las tasas más altas El Chorrillo (13,5%), Curundú (11,6%) y Santa Ana (10%), totalizando 3.000 personas. Al realizar el análisis por sectores de la ciudad, se puede identificar que hacia los sectores de Panamá este (10%) y Panamá norte (11%), las tasas superan la media tanto nacional como para la ciudad de Panamá, totalizando 48.298 personas y el 83% de todos los desempleados en ciudad de Panamá.
Al comparar los datos de desempleo entre los censos de población de 2010 y 2023, se reafirma la tendencia observada en los datos reportados por el Banco Mundial a nivel nacional. Así tenemos que entre estos dos censos la tasa de desempleo se incrementó en un 2,4%, afectando a 20.908 personas. De estos más de 20.000 nuevos desempleados registrados en el censo de población 2023, el 94% se encuentra en los sectores de Panamá este (9.606 desempleados) y Panamá norte (10.138 desempleados). Únicamente los barrios del centro urbano registrarían una reducción de las tasas de desempleo entre censos de -0,17%.
Son precisamente estos sectores de la ciudad, con las más altas tasas de desempleo, los que también presentan un mayor déficit en el acceso a servicios básicos como agua potable, saneamiento, recolección de basura, transporte, espacios públicos y actividad comercial en general, reflejando la desigualdad en el acceso a las oportunidades que debe brindar la ciudad. Es a partir de esta condición de desigualdad de oportunidades que se generan explosiones sociales que terminan en disrupciones en el funcionamiento de las sociedades.
El estallido social que se ha generado a partir de la aprobación del contrato minero se alimenta no solo del rechazo a una actividad extractivista que produce impactos negativos en el ambiente y tejido social del país y de las comunidades afectadas, sino también en situaciones como las descritas anteriormente, en donde una parte importante de la población se ve excluida de las oportunidades a una mejor calidad de vida. Se hace necesario desarrollar políticas y proyectos que con urgencia atiendan las causas de esta desigualdad, que permitan reducir las tensiones que un incremento continuo del desempleo y la exclusión social generan en estas comunidades.