• 06/09/2024 00:00

‘Necesito un trabajo, de lo que sea’

...¿qué pasará por la mente de tantas personas sin empleo o que no son beneficiarias de las asistencias sociales, cuando escuchan la promesa de ‘Más chen chen en tu bolsillo’?

En varias ocasiones, se me acercaron personas solicitándome una oportunidad laboral y directamente me dijeron: “Judy, ayúdame a conseguir un trabajo de lo que sea”. Si bien esta es una frase que en Panamá es muy común a la hora de expresar que se está dispuesto a aceptar cualquier oportunidad laboral, aproveché esos acercamientos espontáneos para conversar con aquellos hombres, mujeres y jóvenes que realmente necesitaban generar ingresos, dada su delicada situación económica, y que veían en mí a una persona que podía orientarlos o incluso sin conocerme personalmente, les hiciera una carta de recomendación.

Siempre estaré agradecida por la confianza, y rescato de esos encuentros el valor que tuvieron, desde profesionales que habían sido despedidos tras la pandemia, estudiantes universitarios, madres solteras, hombres y mujeres con algún tipo de discapacidad, para contarme sus historias y las dificultades que estaban pasando en sus hogares. Una de las cosas que pude notar es que la gran mayoría siquiera había llevado una hoja de vida a alguna empresa o institución porque consideraban que: “se necesita palanca”; es decir, a alguien de peso que pueda abogar por ti, que conozca al que contrata y que pueda convencerlo para que te contrate. Esa idea de que los trabajos se consiguen con palanca es más común en el sector público. Si eres funcionario electo por votación popular o designado por el presidente de turno, se cree que tienes el poder para hacerlo, obviando que hay procesos administrativos. Esta creencia se sustenta en que cada cinco años, con el cambio de gobierno, se destituye personal para contratar gente nueva y que los nombramientos que se hacen son por favores políticos. Saber si es por mérito o por amistad solo lo puede aclarar la persona que firma dichos contratos, el que tiene el poder para tomar esa decisión.

Volviendo a la frase “de lo que sea” y recordando esas miradas, mi primera reacción era aclararles que dentro de mis competencias o funciones no estaba el firmar nombramientos y que, además, por más que yo recomendara a una persona, incluso en el sector privado, eso no las iba a salvar de la entrevista laboral, que les iban a pedir hoja de vida, experiencia, referencias personales y profesionales. Luego, les hacía preguntas tipo: “¿qué sabes hacer?, ¿cuál es tu mayor habilidad?, ¿dónde has trabajado?, ¿en dónde [empresa o institución] crees tú que pudieras trabajar y hacer todo lo mejor?”. Mi intención era ponerlos a reflexionar sobre lo importante que es tener claridad a la hora de pedir o buscar un trabajo, y animarlos a tocar las puertas correctas.

Sin embargo, por más orientadora que resultara la charla, la realidad es que ese día esa familia no tendría comida o dinero para cubrir necesidades como medicamentos, útiles escolares, entre otras. Ahí, entonces, saltaba a relucir la falta de información que algunos ciudadanos tienen de a dónde acudir para pedir ayuda económica y, en otros casos, sí sabían que hay subsidios o programas sociales, pero no querían formar largas filas, llenar documentos o esperar la evaluación de la trabajadora social para que al final les dijera que no podían ser beneficiarios “como le pasó a la vecina”. Lo que también revela que no están claros sobre los procesos y, en el peor de los casos, hay desconfianza.

Me pregunto: ¿qué pasará por la mente de tantas personas sin empleo o que no son beneficiarias de las asistencias sociales, cuando escuchan la promesa de “Más chen chen en tu bolsillo”. Creo que esto es posible si atraemos más inversión extranjera o local para generar empleos y reactivar la economía. Un proceso que toma tiempo.

Mientras tanto, considero que se debe brindar más información a los ciudadanos sobre los programas que ofrecen las diferentes instituciones del área social. También invertir más en capacitación para que puedan acceder a las oportunidades laborales o emprender su propio negocio. Si tienen las ganas, la actitud y el valor para enfrentarse a lo que sea o a lo que venga, quizás sean buenos candidatos para esas empresas o industrias que ofrecen la oportunidad a sus trabajadores de aprender haciendo, porque ellos mismos entrenan y capacitan a su fuerza laboral.

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