• 11/03/2025 00:00

Mitos y realidades demográficas durante la construcción del Canal

Han recrudecido los mitos sobre fenómenos y hechos históricos ocurridos en Panamá. Ahora está de moda exagerar lo sucedido durante la construcción del Canal, a pesar de los datos que publiqué en La población del Istmo de Panamá del siglo XVI al siglo XX (ediciones de 1998, 1979, 1998, 2013). Durante largo tiempo se repitió la falsedad de la hecatombe de poblaciones por la construcción del Canal de Panamá. Sin embargo, los datos de mortalidad, a pesar de ser relativamente elevados si los comparamos con los actuales, sólo registran 6.280 muertes entre los empleados de las compañías del canal francés desde 1881 hasta 1903; datos exagerados, hasta 200.000 víctimas, por los enemigos del proyecto en Europa, en la prensa de París; mentiras recogidas después hasta por historiadores, periodistas y políticos sensacionalistas que también cultivan el drama, de los siglos XX y XXI.

La mayor parte de los fallecimientos (88 %) ocurrieron durante los primeros ocho años del primer período (1881-1888), aquel de más intensa actividad, cuando la tasa de mortalidad alcanzaba entre 59,7 y 63,1 por mil según la “Compagnie Nouvelle du Canal de Panama” o los datos de archivos publicados por el doctor William Gorgas (Sanitation in Panama, Nueva York, 1915). El célebre médico revela que la malaria fue responsable del 25 % de los decesos y la fiebre amarilla del 18 %. La malaria era una enfermedad endémica: se presentaba durante todos los años con tasas que llegaron, entre los empleados de las compañías francesas del canal, a 22,0 por mil en 1884, mientras que la fiebre amarilla llegó a 20,0 por mil en 1886 y luego descendió hasta 1,0 por mil en 1896. A finales del siglo XIX, durante los años de mayor actividad en los trabajos de construcción del Canal francés, de 1881 a 1887, año cumbre (16.155 empleados), las tasas de mortalidad oscilaban entre 52,5 por mil y 66,4 por mil entre los empleados de la empresa canalera y las tasas de mortalidad de la población de la ciudad de Panamá tuvieron, entre 1884 y 1887 (aproximadamente 30.000 habitantes en 1885), intensidades cercanas a 90 por mil al año, lo cual era extraordinariamente elevado, comparable a las de los barrios bajos de París y Londres de la época.

En tres años desde 1904, se vencieron las dos enfermedades principales, malaria y fiebre amarilla; a partir de 1908, la tasa de mortalidad por malaria se redujo a niveles cada vez más irrisorios, mientras que la fiebre amarilla desapareció. La mortalidad entre los trabajadores del canal desciende y a pesar de un aumento considerable en la fuerza laboral (hasta 56.654 empleados en 1913), el número de personas que fallecieron a principios del siglo XX fue cercano a aquellas cuyo deceso fue registrado a finales del siglo XIX. A los 6.280 trabajadores que cayeron víctimas de accidentes y sobre todo de las enfermedades durante la época del canal francés se añadirán otros 6.603 trabajadores que morirán por las mismas causas durante la construcción del Canal de Panamá por los norteamericanos, de 1904 a 1914. En total, oficialmente se registraron 12.910 víctimas mortales entre la fuerza laboral para todo el período de 35 años de construcción del Canal de Panamá. Estamos en las antípodas de afirmaciones del presidente de Estados Unidos quien repite constantemente que... ¡38.000 estadounidenses murieron en las obras canaleras entre 1904 y 1914! Solamente fueron 350 según sus propios archivos. ¿Qué es cierto de lo expresado por un gobernante cuya verdad dista tanto de la realidad? ¿Quién puede confiar en su gobierno?

¿Cómo evolucionó el poblamiento en el área de la Zona del Canal? Allí los 21.416 habitantes estimados en 1896 por Francisco Posada pasan a ser 23.463 censados en 1905, para alcanzar su punto culminante en 1911 con 90.435 habitantes (56.816 en la ciudad de Panamá), la mayoría, alrededor de 50.000, eran empleados transitorios del Canal, de los cuales calculo que cerca de 20.000 fueron expulsados de la Zona del Canal por la orden de despoblación de 1912 dictada por el Gobierno estadounidense. Es lo que dicen los números que cuadran con aquellos asentados en padrones y censos de población.

En verdad la red urbana del área canalera se transforma totalmente en las dos primeras décadas del siglo XX. Los llamados “pueblos perdidos” como Gatún, Tiger Hill, Lion Hill, Ahorca Lagarto, Bohío, Frijoles, Tabernilla, Barbacoas, San Pablo, Gorgona, Las Cruces y Matachín desaparecen bajo las aguas del lago Gatún, y otros son arrasados, como Chagres y Emperador, mientras que se crean nuevos pueblos y ciudades: algunos no son más que simples campamentos de trabajadores, de vida efímera, pero Gamboa, Rainbow City, Los Ríos, etc., tendrán una vida más permanente, y se añaden a antiguos barrios de las ciudades de Panamá y Colón, como Cristóbal y La Boca, este último ampliado, modernizado y rebautizado con el nombre de Balboa. Al mismo tiempo, la población de las ciudades de Panamá y Colón crecerá vertiginosamente duplicándose en el término de sólo seis años, gracias a una vigorosa inmigración, sobre todo del exterior, pasando de 33.160 habitantes en 1905 a 66.502 habitantes en 1911 para luego llegar hasta 89.704 habitantes en 1915, apenas inaugurado el Canal el año anterior.

Hace más de un siglo se creó el espinazo de la estructura de poblamiento de la región central de Panamá, ahora metropolitana, que ha cambiado rotundamente, cuyos habitantes se han multiplicado por más de veintitrés veces hasta hoy, alrededor del Canal que, a pesar de tantas amenazantes mentiras históricas y actuales es y será siempre panameño.

*El autor es geógrafo, historiador y diplomático
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