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- 02/10/2024 00:00
El narcotráfico, migración, desempleo y crecimiento económico
Panamá, una vez pasadas las elecciones de mayo, con un “nuevo” gobierno, trata de aminorar los problemas históricos que lo detienen en su desarrollo, a pesar de tener uno de los crecimientos económicos más altos de Latinoamérica, pero basado en una economía terciaria, asediada por la violencia del narcotráfico, la migración, la corrupción y la injerencia externa.
La migración deteriora la biodiversidad y el medio ambiente del tapón del Darién, implantando un circulo vicioso y violento en la trata de personas, prostitución, violaciones y traslado de drogas, que alteran el diario que hacer del Darién. Además, se han tomado los barrios populares, implantando la subcultura y valores del narcotráfico.
Esta anómala situación, producto de un acumulado de errores económicos y políticos de los últimos 7 años de gobiernos anteriores, sin restructurar el modelo neoliberal el nuevo gobierno trata de regular las imperfecciones económicas sin presencia estatal y con acumulación dinámica del capital imperante, con ayuda de inversiones externas que ahondan su interés en la minería y la logística del trasbordo canalero, con inversiones públicas en el transporte (metro Panamá-David, tercer puente del Canal, etc.), tratan de generar ingresos, con deuda, para las grandes mayorías que les permita tener un control en el desempleo y un buen crecimiento económico, pero con un enorme desfase en el desarrollo económico.
El flagelo del narcotráfico impera en el territorio limítrofe de Panamá-Colombia, a través de la migración encuentra nuevos caminos de traspaso de la droga que sigue con el inmigrante su camino hacia Norteamérica, utiliza la vía marina y poblaciones indígenas para su recorrido hacia el norte. Así mismo dinamiza la violencia y la prostitución entre los migrantes para poder así cumplir con sus objetivos. El narcotráfico se ha introducido en los órganos de control del gobierno y dinamizando su presencia en los estamentos políticos del país.
La migración sigue creciendo, las dificultades en sus países de origen los impulsan a pasar penurias y dificultades para trasladarse a Norteamérica en busca de mejor nivel de vida, no importa poner en peligro la vida de los familiares y traspasar el Darién al costo que sea, lo importante es seguir acortando el terreno hacia las fronteras de EE.UU.
Sin embargo, el modelo tercerista impide desarrollar el agro, la industria y manufactura, lo que impulsa a los sectores anexos al mismo, como el sector bancario, seguros, finanzas. Estos sectores no generan empleo, pero si utilidades que se van al exterior.
Por lo tanto, seguirá aumentando el desempleo, y la economía informal que hoy invaden los espacios públicos de las ciudades. El aumento de la pobreza dinamiza la violencia en los barrios y la penetración de organizaciones delincuenciales en su entorno comunitario, imponiendo sus valores y moral de las bandas del narcotráfico internacional, desintegrando el respeto al país, a la vida, a la familia, a la juventud y tercera edad.
Podemos mostrarle al mundo un crecimiento económico de 2%-4%, pero esto no llega a las grandes mayorías del país, por el contrario, aumenta el capital de las grandes compañías foráneas que manejan el sector bancario y seguro, como las empresas logísticas del Canal.
Tenemos un gobierno adicto a las inversiones foráneas, de allí su política dependiente del capital internacional, son ellos los que patrocinan sus campañas electorales, así mismo desarrollamos políticas internacionales referentes a los criterios que imponen los capitales mundiales, no tenemos un criterio político nacional y definido frente a la crisis económica y política regional, continental o del mundo.
Esto propone un gran estudio y concientización que tarde o temprano hay que hacer, todo con el apoyo popular y poder desarrollar un modelo económico y político soberano, nacionalista y panameño. Es un gran compromiso con nuestras nuevas generaciones que se lo merecen, aunque estén hoy adormiladas por las redes e internet, es el legado de todas las generaciones anteriores que a sangre y fuego ganaron un canal y una bandera soberana en todo el país.