• 11/07/2021 00:00

Dr. Eduardo Morgan González: promotor de amistades e inversión

“Es una pérdida nacional. Justo con los suyos, justo con los colaboradores, justo con la sociedad y desarrollista con su empresa”

Esta infortunada noticia me es muy triste. El fallecimiento del Dr. Eduardo Morgan González. Amigo de verdad. Esposo, padre, hermano, tío, abuelo, familiar por nuestro compadrazgo, un ciudadano, empresario y profesional con un gran amor a su país. No había un día que no le dedicara tiempo para algo por Panamá.

Un gran promotor de las inversiones privadas internacionales. Este recuento podría ser largo, porque son muchas las gestiones promocionadas por él, sin embargo, la llegada de empresarios japoneses a Panamá es una iniciativa conjunta que le conocí.

Japón estuvo ausente de Panamá por muchos años. Un país de gran potencia económica. Dos primicias. La visión y el interés de Shingeo Nagano, cerebro del milagro japonés, en convertir a Panamá en un país de aportes a la humanidad. Otro de atraer a las grandes industrias y empresas niponas a inyectar con su capital al crecimiento panameño y a la región. ¿Cómo así? El Salvador y Centroamérica eran un hervidero de violencia. Muchos japoneses fueron secuestrados, y Panamá, el único país de la región con paz social.

El Dr. Morgan, por su amistad con Omar desde que el mayor Torrijos fue y trabajó en la Quinta Zona Militar, pudo diseñar esta estrategia para interesar a los orientales del Pacífico. En mis conversaciones en la antigua Torre del First National Bank, me habló de Torrijos, su lealtad hacia él y su grado de inteligencia como estadista. Y, de hecho, fue el primer ministro de Gobierno y Justicia del Gobierno del 11 de octubre. Fueron largos años de tertulia con el Dr. Morgan e invitaciones con periodistas para conversar sobre temas de interés. No había mal en el país que los aventureros no lo mencionaran.

Así vino el estudio de las alternativas del Canal, que integraron Panamá, EE. UU. y Japón y de allí estuvo el tercer juego de esclusa. La llegada dos veces de un centenar de empresarios e inversionistas nipones, que se instalaron aquí y muchas de esas empresas permanecen hasta hoy.

Sus aportes son grandes en muchos campos del desarrollo nacional, incluyendo responsabilidad social y empresarial, y fue un hombre digno. Prefirió renunciar de embajador de Panamá en Washington que aceptar una mención y sanción indigna contra nuestro país. Y así fue.

Al Dr. Eduardo le conocí a través de mi profesor de Técnica de Redacción en la Universidad, Luis González, quien me dio el tip de estas noticias buenas para el país. A cultivar esta amistad estuvo, Pedro Detresno.

Hoy, su partida la siento mucho. Es una pérdida nacional. Justo con los suyos, justo con los colaboradores, justo con la sociedad y desarrollista con su empresa. De hace años, no pude saludarle personalmente, por su cuarentena debido a la salud. Siempre le envié mis respetos y saludos. Dr. Morgan, Dios te reclamó. Yo sé que estarás en el reino del Todopoderoso. Es mi deseo y de tu ahijado, Rolando Roberto. Hasta luego.

Periodista
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