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- 05/02/2024 00:00
De la conciencia a la acción: profesionales ambientales y la necesidad de soluciones
En medio de la creciente preocupación por los problemas ambientales que enfrenta nuestro país, es evidente que existe un interés creciente entre profesionales de diversas disciplinas por discutir y abordar temas como el cambio climático, la contaminación del agua, el impacto minero y otros asuntos medioambientales. Sin embargo, surge una pregunta crucial: ¿Por qué, a pesar de la creciente conciencia, a menudo nos quedamos en la discusión de los problemas en lugar de buscar soluciones prácticas?
En la actualidad, enfrentamos momentos difíciles en algunas regiones de Panamá, donde la “falta de agua se ha vuelto una realidad preocupante”. La pérdida de extensiones de tierra en las áreas protegidas y áreas costeras, cambios en las estaciones climáticas que desafían los ciclos de siembra tradicionales, donde ya no podemos sembrar en las fechas tradicionales como lo hacían nuestros abuelos y la necesidad urgente de medidas correctivas nos exigen un cambio de enfoque. Es imperativo que los profesionales se conviertan en catalizadores de soluciones concretas, más allá de señalar solo los problemas.
Un caso emblemático es el proyecto de la termoeléctrica en el distrito de Donoso, provincia de Colón. Y ¿Por qué lo traigo a colación? Porque a pesar de estar construida y lista para generar 300 MW, no se está aprovechando para disminuir los efectos del fenómeno del Niño 2023 – 2024.
En tiempos de escasez de lluvias, provocada por el Fenómeno del Niño, la termoeléctrica podría ser una respuesta efectiva para contrarrestar los problemas energéticos que ya tenemos en todo Panamá. Es esencial destacar que las termoeléctricas modernas, bajo estrictas regulaciones ambientales nacionales e internacionales, garantizan que los gases contaminantes se mantengan dentro de los límites permitidos, ya no estamos hablando del humo negro que se veían hace algunos años sino de humo blanco, que en realidad es vapor de agua que sale del enfriamiento de las calderas para mantener los niveles de temperatura óptimos en el proceso.
Sin embargo, es crucial abordar los miedos y resistencias a mega proyectos como este, yendo más allá de la retórica y explorando los beneficios reales para el país. Es momento de considerar opciones que sean sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, y no solo de rechazar proyectos sin evaluar sus impactos positivos.
En este contexto, se plantea la pregunta: ¿Cómo pueden los profesionales contribuir desde sus hogares y motivar a los políticos y grupos ambientalistas a proponer soluciones viables? Para esta pregunta hay muchas ideas y respuestas tales como: Adoptar tecnologías y prácticas que reduzcan el consumo de energía en el hogar, desde la elección de electrodomésticos eficientes hasta la instalación de sistemas de energía renovable. Planificar no solo en el papel, sino también ejecutar en el campo, políticas de Estado que promuevan la Agricultura Sostenible, para impulsar prácticas agrícolas que minimicen el impacto ambiental, como la rotación de cultivos y el uso eficiente del agua, por mencionar algunas.
Por otro lado es necesario implementar la participación activa, e involucrar a las comunidades y las autoridades en proyectos comunitarios para implementar soluciones a nivel de base.
Pero nada de esto se puede lograr si a cada proyecto, en ideas o existente, no se apoya y solo se rechaza, por lo que, promover la innovación, apoyar y abogar por la investigación y desarrollo de tecnologías limpias y sostenibles, es parte de la información que ya no se debe quedar solo en el papel, sino llevarlo a la práctica.
Educar a la sociedad sobre la importancia de las soluciones prácticas y sostenibles, es necesario y nuestra responsabilidad para así promover la acción colectiva, esto es lo que los grupos ambientalistas, gremios y políticos deben hacer en conjunto con el gobierno de turno, para que entre todas las ideas surjan sin egoísmo o ganas de aparentar tener la solución, surjan nuevos proyectos de Estado que superen la barrera de los cinco años de cada gobierno y no suceda como lo que le pasó al proyecto Cobre Panamá, que por desconocimiento, mentiras y mitos en las redes sociales, nos está causando un gran problema en la economía actual y a corto plazo de Panamá.
En conclusión, el momento es crucial para pasar de la conciencia a la acción. Los profesionales tienen la responsabilidad de liderar el camino hacia soluciones concretas, y es urgente que los debates se traduzcan en medidas prácticas. Al adoptar un enfoque proactivo y colaborativo, podemos enfrentar los desafíos ambientales de manera efectiva y trabajar hacia un futuro sostenible para Panamá.
Tenemos que ganarnos nuevamente la credibilidad, del inversionista, que crean que tenemos una seguridad jurídica robusta y un sistema económico estable, ya que sectores como el sector minero sumado a otros, es lo que nos queda para poder seguir adelante y no confiarnos. Por eso digo, tener una termoeléctrica en Donoso de 300 MW, en pleno Fenómeno del Niño y no usarla, es como tener el canal de Panamá y cerrarle el paso a los barcos.