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Raíces del barrio de San Francisco de la Caleta
- 11/12/2021 00:00
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En medio de la transformación de su fisonomía y la precariedad de su infraestructura peatonal destaca la articulación de algunos ingredientes que lo han catapultado en unos de los lugares más urbanos y con carácter de la ciudad: una consolidada comunidad residencial en una trama urbana reticular que se ha reciclado con el paso del tiempo y que fue por muchos años un importante distrito escolar.
La impronta del espacio público: el parque municipal –hoy parque Omar– y su biblioteca pública –La Binal– dan cuenta de robustos espacios de infraestructura social; aquella que fomenta el contacto, las interacciones sociales, el reconocimiento mutuo, la colaboración y disfrute entre amigos y vecinos.
Esto ha sido por mucho tiempo la base de la vida pública de las buenas ciudades. A fines de 1922, el saneamiento de la finca que dio paso al barrio de La Exposición incluyó el desalojo de un caserío cercano a Peña Prieta y la Playa Trujillo compuesto de pescadores y campesinos con viviendas de madera lacustres sobre la playa, sin alcantarillado ni acueductos. El destino de dichos terrenos sería para la construcción del hospital Santo Tomás. Este grupo de pescadores ya no tenía cabida ni en el núcleo histórico, por las condiciones de hacinamiento y el alza de las rentas que provocó las crisis de inquilinato de 1925; pero tampoco opciones en los nuevos vecindarios de Bella Vista y La Exposición.
San Francisco, ¿de la Caleta? El presidente Belisario Porras adquiere 12 hectáreas de la hacienda 'El Coco', propiedad de Miguel Ángel Paredes Remón. El agrimensor Rafael Vásquez Tinoco elabora el plano y divide el área en 74 parcelas de terreno. Los amplios lotes de 1000 metros cuadrados (20 m x 50 m) fueron sorteados entre la comunidad, con fines sociales primordialmente.
La primera piedra se coloca en 1923 y se funda oficialmente el 8 de julio de 1923. En las cercanías había una pequeña ensenada o “caleta” llamada Boca la Caja. Para distinguir el nombre de otros sitios como la ciudad de San Francisco en California o San Francisco de la Montaña en Veraguas, completan el nombramiento de la comunidad como “San Francisco de la Caleta”.
El corregimiento se funda oficialmente el 9 de agosto de 1926. Para llegar a la nueva comunidad se atravesaba un trillo, donde finalizaba la antigua línea del tranvía en la entrada de La Carrasquilla, pasando un extenso llano hasta llegar a la orilla del mar. Posteriormente, en 1934, se construye la vía de comunicación con Las Sabanas, que se nombraría en honor a Belisario Porras.
En mayo de 1933 la nación compra 7 hectáreas aproximadamente por $10,387.00 para el ensanche de San Francisco de La Caleta, en la partición de los terrenos de Julia Hortensia Bermúdez de Alemán, a los herederos de Rodolfo Bermúdez y Ángela Casoliva de Bermúdez.
Por otro lado, la nación también había comprado en 1929 a la familia Bermúdez-Alemán 35 hectáreas valoradas en $70,000.00 para la construcción del Aeropuerto Nacional de Paitilla. El aeropuerto fue diseñado con tres pistas de aterrizaje, de las cuales la Secretaría de Salud, Agricultura y Obras Públicas solo llegó a construir una en 1930, la principal de 900 m.
El aeropuerto funcionó hasta 1941, cuando sobrevino la Segunda Guerra Mundial y fueron suspendidas sus operaciones por parte de EE.UU. y se convirtió en una base aérea estadounidense.
En 1947 se dispuso que el aeropuerto de Paitilla se utilizara para la aviación privada local, mientras que Tocumen para la aviación internacional. Los terrenos de las pistas de aterrizaje No. 1 (este) y No. 3 (oeste) fueron repartidas por parte del gobierno para la construcción de escuelas y uso de otras entidades. En una primera repartición se otorgaron tres hectáreas para el Liceo de Señoritas y escuela Profesional Isabel Herrera Obaldía; las religiosas de Las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús recibieron tres hectáreas, la Compañía de Fuerza y Luz recibió cuatro hectáreas para la planta eléctrica, así como el Instituto de Vivienda y Urbanismo (IVU) para la prolongación de la avenida Balboa. En una segunda repartición se cedieron al Instituto Justo Arosemena tres hectáreas, al Instituto Don Bosco cuatro hectáreas y al Instituto Albert Einstein 1.5 hectárea.
Sobre estos predios se consolidó un importante distrito escolar, de colegios tanto públicos como privados, respaldado por un área residencial.
Luego del golpe militar y la nueva Constitución Política de 1972 donde declaraba líder máximo al general Omar Torrijos trajo consigo grandes cambios para San Francisco. Era el barrio del general Torrijos. Se expropió el Club de Golf para el parque municipal en 1973; se construyó el acueducto sanitario entre 1974 y 1976 además del Palacio de Convenciones (hoy Atlapa) en 1976.
También se construyó la policlínica de la Caja de Seguro Social; se pavimentaron las calles en San Francisco, Coco del Mar y Carrasquilla; la vía Porras se ensancha a cinco carriles así como la avenida Santa Elena; se amplió la vía Cincuentenario hasta Panamá Viejo; se canalizó el río Matasnillo; se construyó el gimnasio Heliodoro Patiño así como el parque de Villa Lilla y el sistema de nomenclatura.
Esta infraestructura social construida en San Francisco de la Caleta que invita al ámbito de lo público: parques, bibliotecas, escuelas, campos de juegos, piscinas, etc., ha tenido un impacto en los patrones de cómo se vive en esa parte de la ciudad. Esto incluye también los establecimientos comerciales con sus terceros lugares: cafés, restaurantes, librerías, barberías, etc., donde las personas son bienvenidas a congregarse y permanecer, además del rédito comercial tiene un valor social.
Estos equipamientos aparentemente mundanos influyen en las oportunidades que tenemos para interactuar de manera casual con extraños, amigos y vecinos. La construcción en San Francisco de la Caleta de esta “infraestructura social”, casi al margen de la planificación urbana, ha jugado un rol importante en su devenir como un barrio singular que hoy celebra su crecimiento y transformación.