Panamá regresa al Consejo de Seguridad de la ONU en un momento clave para su diplomacia y soberanía
- 02/01/2025 00:00
- 01/01/2025 15:14
Desde el primer día de enero de 2025, Panamá ocupa un escaño, como miembro electo, en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Una posición que mantendrá hasta el 31 de diciembre de 2026, con derecho a participar en las deliberaciones del máximo órgano de naturaleza política para el mantenimiento de la paz y la seguridad a nivel internacional.
Es la sexta ocasión que el istmo asegura un espacio en el Consejo, y lo hace en un momento crucial y estratégico para el orden global, sobre todo cuando han surgido amenazas sobre la soberanía de la principal vía interoceánica del continente: el Canal de Panamá.
La presencia de Panamá en el Consejo de Seguridad fue precisamente una de las mayores herramientas diplomáticas para abrir paso a las negociaciones que permitieron al país recuperar la soberanía tras casi un siglo de ocupación estadounidense en el país. Ser miembros del Consejo una vez más podría ser crucial para los intereses panameños luego de las amenazas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Y es que justo en el marco de los 25 años de la devolución del Canal a manos panameñas, el expresidente de la república, Laurentino Cortizo (2019-2024), aseguró a un medio de comunicación que durante el primer término de Donald Trump como presidente de EE.UU. (2017-2021), este le dijo vía telefónica que “China tenía control del Canal de Panamá”. Dicha conversación ocurrió en medio de la pandemia por Covid-19 en el año 2020. “En esa conversación me dice que el Canal está administrado por China y le dije: presidente usted está equivocado, quien le dió esa información es errónea. El Canal está administrado por panameños; él ya lo sabe”, indicó Cortizo.
Fue precisamente durante la administración del expresidente que se definió la entrada de Panamá al Consejo de Seguridad.
Una estrategia diplomática que se formalizó en 2022, cuando se oficializó la candidatura. Además, fue la primera vez desde 1976 que el Gobierno panameño aspiró a un espacio dentro del Consejo, puesto que en palabras de la excanciller Janaina Tewaney Mencomo (2022-2024) en una conversación con 'La Decana', las últimas dos participaciones de Panamá en 1981-1982 y 2007-2008 “no fueron algo buscado”.
La Estrella de Panamá conversó en exclusiva con el embajador de Panamá ante la ONU, Eloy Alfaro de Alba, quien habló sobre los desafíos del país, muchos de los cuales son a su vez retos de toda América Latina y el Caribe.
Alfaro explicó que entre los temas está la necesidad de abordar aspectos tan globales como la contribución en la resolución de conflictos que amenazan la paz en el mundo, asuntos regionales como la migración, el seguimiento de los acuerdos de paz en Colombia y la crisis en Haití. .
“El principal desafío será contribuir a los esfuerzos del Consejo de Seguridad para resolver los conflictos que amenazan el futuro, la paz y la seguridad internacional”, detalló el abogado y diplomático, al tiempo que explicó el rol de Panamá como país de la región de América Latina y el Caribe en el Consejo, en remplazo de Ecuador, una posición en la que ya estuvo Guyana desde el pasado año 2024.
“Si bien Panamá asume el cargo en carácter nacional, no deja de tener cierta obligación de representar los intereses del área por la cual pudo acceder al puesto, en el caso nuestro, América Latina y el Caribe. Hay dos temas: uno es el seguimiento al cumplimiento de los acuerdos de paz en Colombia y el otro la situación de Haití. Ambos geográficamente muy cerca de Panamá”, señaló.
Asimismo, no se descarta el abordaje de temas que afectan a la nación panameña, como el cambio climático, que obliga la movilización de los habitantes de islas en el archipiélago de Guna Yala, el problema migratorio en el Darién y el rol del Canal de Panamá para el comercio y la paz.
Sobre este último, que ha recibido atención mundial, el embajador señala que “Panamá debe aprovechar su participación en el Consejo de Seguridad frente a cualquier amenaza que pueda violar los tratados internacionales que concedieron a Panamá la administración del Canal y sus operaciones”.
Alfaro destaca que no todos los temas terminan llevándose al Consejo de Seguridad, como ocurre con la migración, que a pesar de ser del interés de Panamá, no es una competencia formal del Consejo. No obstante, explicó que existen mecanismos y actividades que se realizan para abordar problemas nacionales o regionales de forma indirecta. Los debates abiertos dentro del Consejo de Seguridad son uno de esos mecanismos, explicó.
Sobre la presidencia del Consejo, que ejercerá Panamá en agosto de 2025, Alfaro destacó que la principal ventaja que tendrá el país es poder incluir temas de su programa de trabajo: migración, cambio climático, entre otros.
La causa panameña por el Canal fue uno de los eventos más importantes en la historia de la diplomacia nacional. En 1973, el Consejo de Seguridad de la ONU se trasladó a la Ciudad de Panamá para llevar a cabo sesiones en la búsqueda de poner fin al enclave estadounidense en la Zona del Canal, tras los tratados Hay-Bunau-Varilla.
El traslado a Panamá constituyó la segunda ocasión en que el Consejo sesionó fuera de la sede en Nueva York.
A pesar de que la resolución favorecía una solución justa para Panamá y Estados Unidos, que incluyó la mayoría de votos, esta fue votada en contra por Washington y recibió una abstención del Reino Unido.
Un revés en los votos pero un éxito diplomático histórico, al reforzar los argumentos de Panamá ante la comunidad internacional sobre su justo reclamo por su soberanía.
Los esfuerzos de la diplomacia panameña tras la reunión de 1973, con el entonces canciller, Juan Antonio Tack, que ayudó a la firma del Acuerdo Tack-Kissinger de 1974, que permitió “poner en kilómetro cero” las negociaciones por el Canal. El acuerdo, además, abrió paso a un nuevo tratado del Canal de Panamá, que culminaría con los Tratado Torrijos-Carter y la reversión del Canal en 1999.
Este 2 de enero, a las 12:00 pm, la bandera de Panamá será instalada en una ceremonia que da la bienvenida a los cinco nuevos miembros electos del Consejo de Seguridad para los años 2025 y 2026, que son: Grecia, Dinamarca, Panamá. , Pakistán y Somalia.
Cada año se eligen nuevos miembros del Consejo, que tienen un término de participación de dos años. Como en 2024 ingresaron Corea del Sur, Sierra Leona, Eslovenia, Guyana y Argelia; su periodo abarca hasta el 31 de diciembre de 2025.
De los 15 miembros del Consejo de Seguridad, solo cinco son permanentes: Estados Unidos, China, Reino Unido, Francia y Rusia.
La principal diferencia que tienen respecto a los otros diez miembros, tiene que ver con el polémico poder de vetar resoluciones. Este poder consiste en que si algún miembro permanente del Consejo rechaza una resolución, esta quedará “vetada”, a pesar de que cuente con votos a favor de los otros 14 miembros. Eliminar este poder de veto es parte del debate que tomó fuerza en los últimos años, sobre las reformas necesarias a la ONU.
Se espera que en el acto de instalación de banderas, el embajador Alfaro, se dirija a los presentes al inicio de un año crucial, en el que Panamá inicia su período de dos años como miembro electo del Consejo.