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- 30/03/2024 00:00
- 29/03/2024 16:22
Hace unos 2,300 años, en la isla de Rodas en la antigua Grecia, los rodios erigieron una estatua de unos 33 metros (aproximadamente de la estatura de la estatua de la libertad en Nueva York) del dios Helios. El Coloso de Rodas tenía un pie en cada lado de la entrada del puerto de la isla griega. Menos de medio siglo después, un terremoto derribó la maravilla del mundo antiguo.
El 26 de marzo de este año, en la ciudad de Baltimore, un puente de dos kilómetros y medio de distancia colapsó sobre un carguero de unos 285 metros de largo (aproximadamente del tamaño del Empire State Building) luego de que este lo impactara directamente sobre una de las columnas de soporte.
Al igual que el Coloso de Rodas, el puente Francis Scott Key, que sobrepasaba el río Patapsco hacia la ciudad portuaria de Baltimore, era una estructura enigmática de los logros del pasado. El puente fue construido en 1977 y lleva el nombre del autor del himno nacional de EE.UU., Francis Scott Key, quien evidenció desde una embarcación la pelea por la defensa del fuerte McHenry durante la revolución Americana. Durante esa batalla, los cañonazos ingleses iluminaron la noche y Francis Scott Key inmortalizó las palabras: “our flag was still there”. El puente permitía el tránsito de más de 30 mil vehículos cada día, el mayor tráfico hacia cualquier puerto en todo el país. Al momento de su construcción, el puente era el segundo puente de tramo armado más largo del mundo. Hasta el momento de su colapso, permanecía siendo el tercero más grande de su tipo en el mundo, 47 años después de su inauguración.
El puente es uno de los 17 mil en EE.UU. considerados puentes de “fractura crítica”. Es decir, un puente sin redundancias en donde una falla en un soporte causaría una fractura crítica en la estructura. El puente no contaba con defensas marítimas a sus columnas de soporte tampoco.
El coloso de Baltimore, el famoso puente Key, colapsó no por sus años ni por falta de mantenimiento, sino por una colisión de una embarcación unos 38 años más joven que el puente. El Dali, una embarcación registrada en Singapur, dirigía a Sri Lanka cuando embistió al puente Key. Según reportes preliminares, la embarcación había tenido problemas con los sistemas de propulsión en junio del 2023 cuando estaba atracado en el puerto chileno de San Antonio. Y según trabajadores del puerto de Baltimore, la embarcación había sufrido varios apagones durante los dos días que estuvo atracado en EE.UU. Según los empleados del puerto, varios contenedores refrigerados registraron pérdidas de electricidad al igual que la embarcación.
El 26 de marzo, aproximadamente a la 1:30 am, el Dali, fuera del control de la tripulación, chocó a unas 8 millas náuticas contra el puente causando que este colapsara completamente.
El carguero Dali solo cuenta con una caja que registra audio y algunos sensores básicos que manejaría el capitán del barco. La Voice Data Recorder del Dali no es como una caja negra de un avión que registra más de 1000 puntos de información. Es más, la VDR del Dali dejó de registrar cada vez que la embarcación perdió electricidad.
La NTSB (National Transportation Safety Board) de EE.UU. solo ha tenido acceso a los registros del barco desde la medianoche del 26 de marzo hasta las 6 de la mañana. Tras tres días de poca información, el público es notificado de que alrededor de 56 contenedores con más de 700 toneladas de materiales peligrosos han sido afectados, algunos están vertiendo sobre las aguas.
El colapso del puente además tiene a unas 14 embarcaciones atrapadas dentro del puerto de Baltimore y 48 horas después hay unas 59 embarcaciones esperando entrar. El puerto recibe más de $220 millones de mercancía cada día y es el segundo mayor exportador de carbón de EE.UU. y uno de los más grandes importadores de carros entre otro tipo de mercancía como productos agrícolas. El impacto en la economía local y las cadenas de suministros será significativo.
En menos de 24 horas, el presidente Biden, sin información sobre la investigación, prometió que el gobierno federal asumiría el costo de la reconstrucción del puente. El mismo gobierno federal que está $34 trillones en deuda y que tardó más de 5 meses después del inicio del año fiscal 2024 en acordar un presupuesto anual. Los políticos desempolvaron sus conocimientos básicos de español para mostrar empatía con las 6 víctimas fatales que eran latinas, mientras otros repetían frases vacías como “we are Maryland tough and Baltimore strong”.
Este acontecimiento es un ejemplo vivo del estado de nuestra sociedad, de nuestra infraestructura, de nuestra democracia en toda las Américas. La caída del Coloso de Baltimore no es sino una analogía del estado de la democracia occidental.
Vivimos en un mundo cuyas arterias más críticas a todo nivel social fueron diseñadas hace más de un siglo. Contamos con tecnologías tan avanzadas como para movilizar más de 20 embarcaciones más grandes que el Titanic cada día. Pero no construimos defensas a nuestros nodos de infraestructura crítica. Vemos las fallas de los sistemas sociales y dejamos todas las luces en amarillo y aún así manejamos el futuro de naciones enteras al abismo. Vivimos de los logros del pasado y nuestros líderes juegan y apuestan con el futuro endeudando a generaciones por venir y pagando la deuda de las banalidades del presente. Lo ocurrido en Baltimore ha ocurrido unas 40 otras veces a nivel mundial desde 1960. Lo que demuestra que no hemos aplicado las medidas correctivas.
La investigación para saber qué fue lo que sucedió y por qué ocurrió el desastre que ocurrió tardará al menos 2 años. Pero ya sabemos lo que pasó. Ya nos podemos imaginar los problemas de la embarcación, las debilidades oficiales en San Antonio o Baltimore que dieron el visto bueno, el político que se ahorró el dinero de las defensas del puente, ya sabemos que Biden va a inaugurar algo antes de las elecciones así sea el inicio de obras, ya sabemos que serán años de disputas legales entre el operador del barco, el dueño del barco y las aseguradoras antes de que el público vea un centavo en compensación, ya sabemos que el candidato a senador de Maryland hará campaña con la familia de los hispanos que murieron, ya lo sabemos. Admiremos con temor las maravillas del mundo posmoderno.
Las ruinas del Coloso de Rodas permanecieron en el puerto de Rodas por 800 años cuando fuerzas árabes invadieron la isla y rompieron los restos para vender el bronce y la piedra. Que será de las maravillas derruidas del mundo posmoderno? Sean saqueado y vendidas al olvido de la historia y la tiranía de nuevos falsos profetas o serán un monumento al progreso y los errores aprendidos.