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Explorando ser una mujer afrodescendiente desde una perspectiva multigeneracional
- 15/06/2024 00:00
- 14/06/2024 17:51
El colectivo feminista panameño Espacio Encuentro de Mujeres (EEM), da inicio hoy a la segunda edición de ‘Desatando la memoria’, en el cual niñas de edades entre 10 y 15 años –junto a sus madres, abuelas, hermanas o tutoras– ahondarán en temáticas relacionadas con la negritud, así como su condición de mujeres y lo que eso implica en Panamá, desde las prácticas de barro.
Más allá de ser un taller artístico, ‘Desatando la memoria’ pretende ser un espacio de análisis de las diferentes realidades y problemáticas de las niñas y mujeres negras a través del arte, pues el mismo tiene el objetivo de fortalecer la identidad de sus participantes, recuperar el diálogo intergeneracional y prevenir la violencia de género entre las mujeres afrodescendientes.
De acuerdo con la psicóloga y ceramista Chevy Solís, quien impartirá el workshop durante sus diferentes fases, la reflexión de estos temas se dividirá en cuatro ejes temáticos: identidad, libertad, violencia contra la mujer y las nuevas esclavitudes, en los que niñas junto a sus madres o tutoras tendrán la oportunidad de examinar cómo estos conectan con sus propias vivencias.
“Uno de los grandes temas que nos cruza a las personas afrodescendientes en Panamá es no identificarnos de esa manera. Hay que entender por qué eso ocurre desde tempranas edades en un país que discrimina. [Queremos] que estas niñas lleguen a la reflexión de sentirse orgullosas de quienes somos, de donde venimos y de nuestras raíces afrodescendientes”, adelantó Solís a La Estrella de Panamá durante una conversación sobre este taller.
A lo largo de la iniciativa las niñas y sus acompañantes irán conociendo distintos perfiles de mujeres negras que representan los diferentes valores y enseñanzas que se desea dejar en cada uno de los temas del taller.
Solís también destacó que la participación de las figuras adultas que acompañan a las niñas será de gran importancia.
“La idea es que ellas van a crear juntas. Ellas van a trabajar en conjunto, van a crear una sola pieza entre las dos y para eso debe haber diálogo entre la tutora y la niña, tienen que ponerse de acuerdo en qué van a crear y cómo lo harán [mientras analizan la información presentada en el taller]”, dijo la psicóloga.
La psicóloga y artista viene desarrollando esta propuesta con diferentes instituciones desde 2017 y ese mismo año se culminó el taller con una exposición de las piezas artísticas en la Galería de la Universidad de Panamá.
‘Desatando la memoria’ también se ha llevado a cabo con ayuda de la escuela Artes y Oficios Melchor Lasso de la Vega, con estudiantes de primer ciclo durante el año 2019.
Según Solís, este año se abrió un poco el abanico para que niñas de comunidades como Calidonia, Curundú, Brooklyncito, El Chorrillo, Río Abajo, entre otras, pudieran formar parte de esta iniciativa al encontrarse en áreas de riesgo social y un bajo nivel socioeconómico.
“Son poblaciones a las que nunca les llega nada y no tienen la oportunidad de participar. Entonces nos hemos ido nuevamente al Artes y Oficios porque muchas de las niñas vienen de estas comunidades y de esa forma garantizamos que nuestra población meta llegue al taller”, explicó Solís.
Este taller no solo ayudó a sus participantes a autorreconocer sus experiencias como afrodescendientes en Panamá, sino que también se convirtió en un lugar en el cual pudieron abrirse para hablar sobre cualquier tipo de abuso o discriminación que hubieran sufrido en el pasado.
“En este espacio colectivo las personas adultas [que participaron] se enteraron de los riesgos que habían sufrido sus hijas y de los que no se habían dado cuenta”, señaló la artista.
También es un espacio en el que se habló de la violencia de manera colectiva para poder identificar este tipo de situaciones en la vida cotidiana y aprender a enfrentarse a ellas.
Otro de los resultados del taller es que cada niña es capaz de sentirse orgullosa de ser quien es, lo que se ha reflejado directamente en otras áreas de su vida, como su rendimiento académico y la relación con otras personas.
“La trabajadora social con quien hice el enlace en el Artes y Oficios me llamó y me dijo: ‘Muchas gracias por tomarnos en cuenta y volver acá’. Muchas de las niñas que habían participado ahora estaban en la universidad. Eso fue muy bonito porque ella considera que esta propuesta impactó la vida de ellas y que en su mayoría salieron del colegio y se graduaron. Eso para mí fue como el termómetro de impacto de esta propuesta”, concluyó Solís.