Integrantes de la caravana migrante en el estado de Chiapas, en el sur de México, denunciaron este jueves 21 de noviembre que las autoridades les bloquearon...
La conmemoración de la identidad histórica panameña
- 04/11/2021 00:00
- 04/11/2021 00:00
Cada año recordamos las hazañas de los próceres que lideraron a Panamá en su transformación de un país colonizado, pasando por ser un departamento de la –en ese entonces– Gran Colombia, hasta lograr alcanzar la libertad republicana en aquel 3 de noviembre de 1903, cuando los procesos separatistas de los militantes panameños se “apresuraron” por la llegada de tropas colombianas a las costas colonenses.
La historia del crecimiento del istmo de Panamá resguarda luchas y sacrificios “por el bien colectivo”, según destacó el arqueólogo e historiador Carlos Fitzgerald.
En la palestra histórica, la narración de la transformación republicana sigue siendo fuente de conocimiento y de investigación, porque aún no se llega a conocer la totalidad de los sucesos que forjaron la nueva nación.
Hoy, el país celebra el Día de los Símbolos Patrios, un recordatorio del rol de aquellos elementos creados para dar identidad a toda la población, y de la necesidad de conocer aún más de sus orígenes y el significado que se les otorgaron. La bandera panameña, con un cuadro rojo y otro azul, dos cuadros blancos decorados con estrellas, ha sido motivo de investigación y ahondamiento en la educación general de la historia patria.
“La historia de la bandera se expande más de lo que muchos conocemos, no fue que María Ossa de Amador se sentó a pensar en un diseño y confeccionarlo, sino que vino primeramente de una sugerencia de Philippe Bunau-Varilla, que luego fue descartada por razones que desconocemos, pero eso dio pie al diseño de Manuel Encarnación Amador, hijo de Manuel Amador, y que luego fuera confeccionado por María Ossa de Amador”, explicó Fitzgerald.
Tal como reseña el sitio web del Ministerio de Gobierno de Panamá (MinGob), Manuel E. Amador creó su diseño para la bandera en la noche del 1 de noviembre de 1903, y determina que “los colores azul y rojo representan los partidos políticos conservador y liberal, respectivamente”, hasta entonces en guerra, y el doble de blanco “representa la paz y unidad que debe existir”. Las estrellas vinieron a consolidar la idea de “la pureza de ideas y fines, y la fuerza de la ley” que ayudará que estas imperen.
Según el arqueólogo, la bandera nacional, como símbolo principal de la República, posee su propia arqueología, con antecedentes detallados que “no necesariamente son los que se enseñan en la historia oficial”, pero que permiten conocer un poco más del contexto al que se pudieron haber enfrentado los próceres en un momento “donde había que actuar rápida y sigilosamente”.
“No existía tiempo muerto para sentarse a pensar o a discutir temas que no fueran centrados en la declaración de separación de Colombia, preparar las líneas de defensa ante las tropas colombianas o la lucha que se avecinaba”, apuntó Fitzgerald, “fue una época de mucho drama, por lo que conocemos retazos”.
Así mismo, el acto separatista encierra sus propias controversias, tales como las razones por las que Colombia se rehusaba a perder el territorio panameño, que desde mucho antes de pertenecer a sus departamentos ya presentaba “una extensión de territorio, identidad cultural y una historia rica e independiente de Colombia”, según destacó el arqueólogo.
“Panamá siempre ha sido un sitio de gran ventaja geopolítica, y de por sí, a ningún país le gusta perder parte de su extensión territorial”, apuntó, “así que Colombia buscaba aferrarse a Panamá para tomar ventaja de su posición geográfica, pero también fue una decisión de carácter administrativo, político, y derivada de una sensación de poseer una tierra valiosa para su economía”.
“El conocimiento de los miles de años de historia precolombina, que data de unos 15 mil años atrás no es de gran alcance, y existe una gran problemática al respecto, porque aquellos que enseñan esto en los colegios no tienen información actualizada por el poco acceso a los informes más recientes por parte de los arqueólogos e investigadores, por lo que se enseñan datos que no se perciben relevantes para el presente”, puntualizó Fitzgerald.
Con la firma oficial del Acta de Separación de Panamá de Colombia el 4 de noviembre de 1903 –principalmente redactada por el prócer Carlos A. Mendoza, expresidente de la nación y Eusebio A. Morales–, se abre un compás para entender que la separación “no dio la libertad esperada”, pero sí fue un paso en la dirección correcta para la sociedad panameña.
Para Fitzgerald, aún se tiene una oportunidad de volver “relevante” la información sobre las raíces de las costumbres, estilos de vida y producciones de hace miles de años, “para así aumentar un sentido de pertenencia e interés en quiénes fuimos y somos ahora”.
“El 3 de noviembre es un acto que confirma la independencia de Panamá, pues la unión a Colombia fue una etapa menor a un siglo y donde hubo varios intentos separatistas, guerras civiles e intervenciones por parte de EE.UU.”, expresó Fitzgerald. Tras 118 años de separación de Colombia, se puede entender el rol de Panamá como ente que buscaba una “liberación”, mucho antes de la firma oficial del acta, por parte de 14 próceres.
Además, aquel momento fue una confirmación de la tendencia del istmo hacia la independencia de otro yugo, después de haber sido independientes de España en 1821. “También es un momento de varias contradicciones, es decir, se deseaba una separación total, pero no se logró lo deseado”, apuntó el experto, “es un momento de frustración, de logro, pero al mismo tiempo de pérdida. La independencia de Panamá de España marcó el inicio de un proceso de soberanía que eventualmente culmina el 31 de diciembre de 1999 cuando obtenemos el control total de nuestro territorio”.
Diversos intentos separatistas se llevaron a cabo antes de 1903, entre los que se destacan el de José Domingo Espinar de 1830, Juan Eligio Alzuru en 1831 y el de Tomás Herrera en 1840. Estos movimientos dieron pie a lo que sería el único fructífero y que llevó a la evolución de la sociedad panameña hasta la actualidad.
Si bien la historia entre la independencia de 1821 y el nacimiento de la nueva República de Panamá en 1903, muestra un recorrido de decisiones con consecuencias positivas y negativas, también deja lecciones de aprendizaje para las nuevas generaciones, haciendo evidente la importancia de mantener la soberanía, los valores y el trabajo arduo frente a las adversidades.
En el mes que transcurre celebramos las hazañas del pasado, que ayudaron a forjar la identidad cultural y social que hoy se heredan a millones de panameños de nuevas generaciones, pero que también mantienen en alto la búsqueda de libertad de los antecesores de la historia patria, desde el reconocimiento de la República de Panamá por otros países y la creación de la junta provisional de Gobierno integrada por José Agustín Arango, Federico Boyd, y Tomás Arias.