Moraleja del salvaje

Alrededor del caso de ‘Wild Bill’ se teje una serie de situaciones a las que como sociedad deberíamos mirar con sumo cuidado. La primera es la necesidad de elevar los controles y medidas con los que manejamos la inmigración de ciudadanos de cualquier parte del mundo. Debemos evitar a toda costa que nuestro suelo se perciba como un refugio amable para sujetos de tal calaña. En segundo lugar se evidencia que la realidad de la Isla Colón, en Bocas del Toro, ha rebasado la capacidad de las estructuras estatales y las instituciones. La venta de propiedades de manera ilegal y el imperio de una sombra de impunidad son allá cosa de todos los días. En Bocas del Toro, el Estado debe hacerse más presente, antes que las cosas terminen saliéndose totalmente de control, pues hoy esa provincia es gobernada por un mito, autoridades lejanas cuyos representantes son famosos por hacerse de la vista gorda. Ojalá que la experiencia de este caso nos sirva de espejo para corregir viejos males, no solo en Bocas del Toro, sino en todo el país. Es tiempo que dejemos de ser vistos como refugio de salvajes.