Abundante no es igual a infinito

El 18% de la población mundial no tiene acceso al agua potable. En Panamá ese grupo de los que no disfrutan de un derecho básico llega a las 270 mil personas. Un crimen cuando se habla de un país como el nuestro, en donde existen 500 ríos y contamos con dos mares que bañan nuestras costas. Otro dato: Somos el país que más agua produce en la región; sin embargo, el 47% del agua potable que se genera termina por despilfarrarse. ¿Qué podemos esperar de un pueblo que dedica cuatro días a tirarse agua todo el día cuando, a unos cuantos kilómetros de aquellos pueblos en donde todos ‘culequean’ hay gente que debe recorrer largas distancias para llenar un envase?. Podrán ir y venir gobiernos, quienes, no lo negamos, tienen una gran deuda pendiente con la población y deben asegurar que en cada rincón donde viva alguien se le garantice la recepción de este recurso con la mejor calidad y con de forma constante; pero, también, hay una responsabilidad de la sociedad que debe aprender a valorar un recurso que se nos ha dado en grandes cantidades, a diferencia de muchos otros países que no gozan de este privilegio. No por el hecho de que sea abundante, quiere decir que el agua es un recurso eterno. De seguir así, el día de mañana es muy probable que roguemos al cielo por una simple gota.