Las amenazas de Donald Trump contra Panamá levantaron las defensas históricas del pueblo panameño ante cualquier acción que atente contra la soberanía. Las muestras de unidad de todos los sectores del país respecto al Canal evidencian que aquel sentimiento que guio la lucha anticolonial por casi cien años y que tuvo su cenit el 9 de enero de 1964, se mantiene viva en la sociedad. ¿Qué pretende el nuevo inquilino de la Casa Blanca al querer revitalizar el vetusto discurso que pretende sustituir la diplomacia por la intimidación? Las estrategias de Panamá frente a la crisis migratoria y sus relaciones con otros países no se deciden por golpes de mesa en el extranjero. El mensaje de Trump es una advertencia del tono que mantendrá durante su gestión, lo que obliga al Estado panameño a estar preparado para un escenario de mayores presiones frente a las contradicciones geopolíticas actuales. El chantaje no funcionó antes para amedrentar a los panameños y no funcionará ahora. En el siglo XX apostamos por el derecho internacional y la negociación para atender las diferencias con un aliado histórico como es Estados Unidos, con importantes éxitos para ambas naciones. Una demostración de que es posible una relación de mutuo beneficio. Cualquier uso de la fuerza al margen de la ley sobre el Canal solo podrá interpretarse como un ejercicio de barbarie.

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones