El encuentro entre el presidente José Raúl Mulino y el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, ha dejado varios sinsabores que merecen una explicación al país. Aunque el Gobierno panameño ha mostrado una abierta disposición a dialogar y cooperar con un país que considera su socio, los mensajes que llegan desde el Departamento de Estado son por momentos contradictorios. El comunicado planteado por Estados Unidos, en forma de ultimátum a Panamá sobre la supuesta “presencia china”, es un señalamiento equivocado que no contribuye a un proceso de distensión. Del encuentro queda claro que hay punto de acuerdo como el tema de la migración irregular y la lucha contra el narcotráfico, pero estos espacios de confluencia quedan en segundo plano con la amenaza latente contra el país. Si bien este asunto se está manejando por el momento de manera bilateral, el país debe ya tener en el horizonte una alternativa de llevar las diferencia al plano multilateral. Un espacio que le ha dado importantes victorias diplomáticas y políticas a Panamá.

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones