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Panameños apuestan más de 2.000 millones de dólares en 2024
- 26/12/2024 00:00
- 25/12/2024 15:23
El negocio de las apuestas crece en Panamá, y con él, la adicción al juego.
En los primeros diez meses de 2024 se reportaron 2.107,6 millones de dólares en apuestas brutas, 13,1 % más que en 2023, de acuerdo con cifras de la Contraloría General de la República.
Las ventas de lotería también crecieron, totalizando 693,9 millones de dólares, 6,3% más que el año anterior.
Los panameños y panameñas gastaron la mayor cantidad de dinero sentados frente a una máquina con posibilidades ínfimas de ganar. Las máquinas tragamonedas se tragaron 1.677,5 millones de dólares en apuestas entre enero y octubre.
Una modalidad que está en rápido crecimiento son los juegos de suerte y azar por internet. Este año se reportaron 274,4 millones de dólares en apuestas brutas con esta modalidad, un aumento de 50,5% comparado con 2023.
Siguen en la lista de chinguia las mesas de juego, con 107,5 millones de dólares, el hipódromo con 25,5 millones de dólares, las salas de apuestas de eventos deportivos con 17,2 millones de dólares y las salas de bingo con 5,2 millones de dólares.
Los juegos de azar son un negocio lucrativo para las empresas y para el Estado. En 2020, durante la pandemia, un informe reveló que la Junta de Control de Juegos (JCJ) aporta alrededor de 5,6 millones de dólares cada mes al Tesoro Nacional.
El verdadero costo son vidas humanas. La ludopatía genera autoestima baja, depresión, carencia de afecto, problemas de desarrollo emocional, entre otras condiciones, de acuerdo con el Ministerio de Salud (Minsa). Cada semana, entre 2 y 12 personas llegan al Instituto de Salud Mental para internarse por esta condición. Un estudio de la Universidad de Panamá en Azuero reveló que 4,6 % de la población adulta sufre de ludopatía en las provincias de Los Santos y Herrera.
“Las adicciones, literalmente, conforman un problema de salud pública porque todo lo que tiene que ver con la productividad del individuo y sus relaciones laborales sociales y familiares se ven afectadas, porque la persona literalmente deja todo por esa actividad”, afirma el psicólogo Augusto Méndez. Es particularmente complejo de tratar porque apela a cómo los humanos aprendemos las cosas. “Es como si, por ejemplo, tú le das a un niño 5 dólares cada vez que saque buenas notas, lo más probable es que al inicio la tasa de respuesta va a ser bastante alta, pero con el pasar del tiempo eso comienza a declinar. Sin embargo si tú le das al niño un día 5 dólares y otro día no le das nada, al otro día no le das nada, él está esperando a que pase la consecuencia hasta que le vuelves a dar y la conducta se mantiene. Eso se llama reforzamiento intermitente”, explicó Méndez. Añade que precisamente por esto es que muchos apostadores generan una “mística”, la creencia de que van a volver a tener suerte si cumplen alguna condición.
“La persona hace rituales para obtener la recompensa, pero al final es al azar, las probabilidades de que obtengas la recompensa son iguales en cada intento. Entonces esa distorsión de querer pensar que vamos a obtener un beneficio y que siempre va a estar, se va a incrementar justamente por el reforzamiento intermitente”, acotó el psicólogo.
Las consecuencias de la adicción al juego afectan no solo al jugador, sino también a su familia y seres queridos. Padres y madres de familia dejan su quincena en el casino, comprometen las necesidades familiares, pierden sus bienes, incluso el control de sus negocios y hasta pueden poner en peligro su vida por deudas de juego.
El costo social de un ludópata es de 30.000 dólares por año, de acuerdo con cifras recopiladas por la organización estadounidense Quit Gamble. La organización publicó que el 60 % de los ludópatas fuman, 26 % son alcohólicos y la tasa de suicidio entre apostadores es quince veces más alta que la población general.
El 3 % de los apostadores estadounidenses tiene más de 300.000 dólares en deudas por juegos de azar.
El 50,2 % de los jugadores de máquinas tragamonedas, el método de apuesta más popular en Panamá, tiene problemas de adicción a las apuestas.
El desarrollo de la tecnología ha exacerbado el problema de las apuestas, ya que el casino está ahora al alcance de la mano a través de los dispositivos móviles. El 81 % de los ludópatas juega en línea, de acuerdo con QuitGamble. Las apuestas en línea son un peligro particularmente grande debido a la proliferación de casinos que utilizan divisas virtuales obtenidas en videojuegos. Los controles de edad en algunos sitios son laxos y muchos menores de edad empiezan a apostar incentivados por creadores de contenido que promocionan las apuestas en sitios populares como YouTube y Twitch.
Existen dos líneas para la atención de la ludopatía en Panamá: el 523-6815 y el 523- 6863 del Minsa. También está el Centro de Prevención y Atención de la Ludopatía, que brinda atención gratuita, y hay organizaciones como la Fundación Puertas Abiertas para la Bendición, que tiene un Centro de Prevención y Atención a la Ludopatía.