El Poder Público y el 11 de octubre

El Artículo 2 de la Constitución Política vigente reza: ‘El Poder Público solo emana del pueblo. (...) '. Y aunque el eslogan de la actual administración es ‘el pueblo primero ', parecen letras desnudas, carentes de la única vestidura que les podría conferir legitimidad. Y es que para muchos la participación ciudadana hoy es cuasi nula y lo peor, las autoridades, cuyo deber es servir, ni siquiera atienden y mucho menos resuelven las necesidades más apremiantes de la mayoría. Todas las administraciones democráticas postinvasión han mantenido la Constitución militarista de 1972, esa que nació de los cuarteles que dieron el golpe aquel 11 de octubre de 1968. La actual administración, que prometió la Constituyente, prefirió ignorar su palabra, burlándose de todos, proponiendo más parches a la Carta Magna, como si le tuvieran pavor a la democracia. La fecha es propicia para reflexionar sobre la razón de la fuerza, esa que los autócratas, con la complicidad de la oligarquía mercantilista y antinacional, les permitió aprobar la Constitución vigente. De haber un interés genuino en darle contenido a la democracia e instaurar el imperio de la razón sobre la fuerza, es el momento ideal para iniciar el proceso Constituyente, que sin ser una panacea, deberá favorecer la construcción de una mejor sociedad, con la mayor participación, sin exclusiones de ninguna índole; que permita consensuar un Proyecto Nacional de Desarrollo.