Sin propuestas para alimentar a migrantes

Actualizado
  • 25/12/2024 00:00
Creado
  • 24/12/2024 15:40
El suministro anual estimado es de 438.000 raciones por comida (desayuno, almuerzo y cena), lo que refleja la magnitud del desafío

El Servicio Nacional de Migración (SNM) enfrenta un nuevo obstáculo en su misión de atender la crisis migratoria en la peligrosa selva del Darién.

A pesar de haber lanzado una Solicitud de Información (SDI) el pasado 4 de diciembre para garantizar el suministro de alimentos preparados durante un año, ninguna empresa manifestó interés ni presentó consultas sobre el servicio requerido.

La SDI buscaba recopilar información del mercado para estructurar un pliego de condiciones que garantizara la alimentación diaria de más de 1,200 personas, incluidos migrantes y funcionarios, en las Estaciones Temporales de Recepción Migratoria (ETRM) de Darién.

Estas estaciones, fundamentales en la gestión de la crisis migratoria, enfrentan constantemente demandas crecientes de recursos y servicios básicos.

El periodo de consultas cerró el 10 de diciembre sin respuestas, lo que complica la planificación logística en una región caracterizada por su aislamiento geográfico y la vulnerabilidad de quienes la transitan.

Las raciones solicitadas debían cumplir con altos estándares nutricionales, ser entregadas en envases herméticos y estar listas para el consumo, lo que suma complejidad a los requisitos del contrato.

El suministro anual estimado es de 438.000 raciones por comida (desayuno, almuerzo y cena), lo que refleja la magnitud del desafío.

El proceso buscaba cumplir con el principio de economía de la contratación pública establecido por la Ley 22 de 2006, y la Ley 153 de 2020, que exige que las contrataciones sean transparentes, eficientes y sostenibles. En este caso, el objetivo es garantizar que los alimentos proporcionados no solo sean adecuados nutricionalmente, sino también que se ajusten a las necesidades logísticas y operativas del SNM.

La selva de Darién, frontera natural entre Panamá y Colombia, ha sido un punto neurálgico del flujo migratorio hacia Norteamérica. En lo que va de 2024, 300.549 personas han cruzado esta peligrosa región, lo que representa una disminución del 40 % en comparación con las más de 520.000 que lo hicieron en 2023.

El gobierno del presidente José Raúl Mulino atribuye esta baja a varias medidas implementadas desde su asunción el 1 de julio, incluyendo acuerdos con Estados Unidos para deportar migrantes y el cierre de trochas o pasos no autorizados. Estas acciones han reducido parcialmente la presión sobre las autoridades panameñas, pero no eliminan los retos humanitarios y logísticos que persisten.

Aunque el flujo general de migrantes ha disminuido, organizaciones internacionales como Unicef alertan sobre un incremento en el número de niños no acompañados o separados que cruzan Darién. Durante los primeros 11 meses de 2024 se identificaron 4.476 casos, 35 % más que los poco más de 3.000 registrados en el mismo periodo de 2023.

Unicef destaca que el 60 % de estos menores tiene entre 13 y 17 años, un cambio significativo respecto a años anteriores, cuando predominaban los menores de 5 años. Este aumento refleja el nivel de desesperación de las familias y la falta de alternativas seguras para los adolescentes en sus países de origen.

El hallazgo reciente de 22 migrantes vietnamitas en un camión cerca de la frontera con Costa Rica también evidencia los riesgos del tráfico de personas. Según el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), estas personas, 15 hombres y 7 mujeres, fueron trasladadas a las autoridades competentes, mientras que el conductor del vehículo, un ciudadano panameño, enfrenta cargos por tráfico humano. Este caso subraya la urgencia de redoblar los esfuerzos contra las redes criminales que explotan la vulnerabilidad de los migrantes.

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