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- 14/04/2023 00:00
'Tiburón no come tiburón'
Cuando la avioneta en la que viajaba el diputado oriundo de Macaracas, Ovidio Díaz Vásquez (1919-2022), cayó en la bahía de Panamá, en su interior además de los pasajeros, había un maletín muy importante, ya que era el borrador del Presupuesto Nacional, con las observaciones de Ovidio al importante documento.
Los periódicos de la época en un dejo jocoso titularon: “Ovidio salvó el presupuesto”, pero Mario J. de Obaldía a la sazón, diputado liberal y opositor de Ovidio en la Asamblea, aunque gran amigo en lo personal, fue el primero en visitarlo en el hospital luego del rescate, satirizó en su columna de opinión “Sin Ton ni Son”, que Díaz Vásquez se había salvado en ese accidente porque “tiburón no come tiburón”.
De hecho, el macaraqueño fue bendecido con una genética singular que le permitió a su familia y amistades gozar de su presencia hasta los 102 años de edad.
Tal vez para las nuevas generaciones el nombre de Ovidio Díaz no les sea familiar, pero puedo decir, sin temor a equivocarme, que Ovidio es el epítome de la superación personal, mediante el trabajo y el estudio y que su larga y prolífica vida, que fue semilla, surco y cosecha, puede servir de ejemplo para las nuevas generaciones.
El pasado miércoles, con la compañía de la presidenta encargada de la Asamblea Nacional, Kayra Harding Bart y tres expresidentes de ese órgano del Estado, se develó una placa conmemorativa el salón “Ovidio Díaz Vásquez”, para honrar la memoria de este panameño ejemplar, quien fuera diputado en tres periodos diferentes y presidente otros dos, de este órgano del Estado.
Del emotivo discurso de su hijo Ovidio Díaz Brandao, entresaco algunas anécdotas que retratan a Ovidio. Oriundo de Macaracas, como yo, unidos por lazos familiares, ya que su madre y la mía eran primas hermanas; Ovidio se fue empinando, desde nuestro terruño de origen hasta convertirse en el modelo a imitar.
Ya entrado en años, se graduó en la Universidad de Panamá como ingeniero civil, pero antes trabajó de albañil, agrimensor, maestro de obras e hizo su secundaria como estudiante de perito mercantil en el Instituto Nacional.
Desde muy joven demostró una decidida vocación cívica, al organizar y presidir gremios, como la Federación de Sociedades Santeñas; inició su militancia política en el Frente Patriótico de la Juventud y en 1948, un joven Ovidio corre como candidato a diputado en la lista del Partido Unión Popular.
Ovidio Díaz Vásquez, en el ámbito público fue director de la CAM (Caminos, Aeropuertos y Muelles), que por los años 50 y 60 era el verdadero Ministerio de Obras Públicas, porque ejecutaba las obras, también fue ministro de esta cartera por varios meses. En el periodo 1960-1964 fue diputado, en 1968, también lo fue por once días. En 1984, vuelve a la Asamblea y ocupa la presidencia de este órgano del Estado en dos ocasiones.
En el plano privado fue un exitoso empresario y ocupó la presidencia de gremios como la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos y la Cámara Panameña de la Construcción, entre otros.
Ovidio Díaz Vásquez, tenía amigos en todos los partidos políticos, era sencillo y campechano, de él nadie puede decir nada malo, que no se motivara por la miseria humana, la envidia o el resentimiento.
Creo que su decencia política y su ética de trabajo es un modelo a imitar por todos los políticos de nuestro país.