
- 06/04/2025 00:00
Panamá está en el ojo de una tormenta geopolítica. Estados Unidos amenaza con retomar el Canal; China muestra su músculo económico y espera mantener presencia en los puertos, y Nicaragua pone condiciones para aceptar al expresidente asilado. Dentro del país, los panameños están descontentos con la administración del Canal y consideran que no los beneficia. Luis Navas Pájaro, catedrático de Historia de las Relaciones de Panamá con Estados Unidos, director del Instituto del Canal de Panamá y miembro de la junta directiva de la Administración del Canal de Panamá, compartió su perspectiva sobre estos y otros temas con La Estrella de Panamá.
Yo estoy de acuerdo con la queja. Según la Constitución, el Canal de Panamá le pertenece a la nación. Por tanto, cada vez que se entrega un aporte significativo, el gobierno de turno debe entregarles un informe a los accionistas, que somos todos los que vivimos en este país, que somos panameños, el informe detallado en qué se están empleando estos recursos.
Por el otro lado, la desconfianza por las sospechas fundadas de manejo no adecuado de los recursos estatales da la impresión, y no solamente la impresión, da la convicción de que esos fondos no han sido manejados adecuadamente. Los niveles de corrupción nadie los puede ocultar. Y hay un gobierno en el que la mayoría de sus ministros, los jefes de las entidades descentralizadas, están subiendo y bajando fiscalías. Algunos ya han sido condenados. Hay un expresidente que para huir de la prisión que lo espera, se alojó en una embajada y tenemos ese problema de si se queda o se va con un salvoconducto cuando él fue condenado.
No cerrar la puerta al diálogo. Los problemas se solucionan dialogando. Hay conversaciones que pueden hacerse públicas; hay otras que no. Aquí lo que interesa es que Panamá y Nicaragua se reencuentren y podamos solventar las dificultades que han surgido en nuestras relaciones. Entre ellas, ese aspecto del huésped que hay en la Embajada de Nicaragua.
Nosotros nos hemos debilitado mucho en nuestras relaciones internacionales. No solamente con Centroamérica, con el Caribe. Le debemos mucho al Caribe. Y el Caribe, en estos instantes, mantiene una gran cohesión. Para nosotros, los panameños, en razón de esa embestida por parte del gobierno actual de Estados Unidos, no podemos despreciar a ningún aliado.
En el caso del Caribe, esos países tienen muy buenas relaciones con Europa. Si usted cultiva con sinceridad determinadas relaciones, estas se pueden ampliar como abanico. Con todos los colores. Y tomando en consideración que la política exterior de Estados Unidos actualmente ha generado conflictos planetarios en todos los continentes, nosotros no podemos darnos el lujo de despreciar alianzas.
Nosotros tenemos que apoyarnos en el Tratado de Neutralidad. Me atrevería a sugerir que el Gobierno panameño difunda a través de los medios escritos ese Tratado de Neutralidad con las enmiendas incluidas. Allí, en esos ocho artículos, está el argumento, está la mejor defensa al dominio, a la dirección del Canal por parte de Panamá.
Un aspecto importante de ese Tratado de Neutralidad es el artículo V. Solo la República de Panamá, después del año 2000, manejará el Canal y tendrá en su territorio fuerzas armadas y sitios de defensa. No podemos andar camuflajeando esa presencia militar insistente que quiere Estados Unidos.
Ese tratado también recordó que el Canal de Panamá es indefendible. Usted puede poner aquí todos los cañones que quiera, toda la aviación que quiera, todos los buques de guerra. ¿Cuál es el punto más débil de ese canal? No son las compuertas. ¿Cuál es? El embalse. Si usted vacía el lago Gatún, ningún buque puede transitar.
¿Y cómo se daña el embalse? Ellos lo saben. Los ingenieros militares de Estados Unidos se lo dijeron a su gobierno. Usted no puede detener a un pequeño grupo de hombres cargando mochilas con dinamita.
Lo que pasa es que nosotros no podemos andar jugando con el diablo y pensando que el diablo se va a portar bien con nosotros. El diablo sigue siendo el diablo. Y no debemos jugar en ese terreno.
¿Qué se va a llevar el ministro de Defensa de Estados Unidos? Vino el ministro del Estado Rubio y renunciamos al proyecto de la Franja de la Ruta. Y vino el almirante jefe del Comando Sur y se llevó un acuerdo con la ACP para ver lo de la seguridad en Internet. ¿Qué se van a llevar ahora? Confiemos en que no haya acuerdos sobre bases militares. Que no haya nada que nos ponga a violar el Tratado de Neutralidad. Eso es categórico. Eso no se negocia.
¿Cómo podemos responder y defender los intereses nacionales sin doblegarnos ante la presión?
Desde que Estados Unidos puso su pie, su bota, en el territorio panameño, hemos estado lidiando permanentemente en resistencia contra políticas de humillación.
Hay que buscar los consensos internos. Esta no es una postura de un solo individuo. Esta no es una postura del Gobierno. Esta tiene que ser la conducta de la mayoría de la sociedad panameña. Y para ello nosotros tenemos que dialogar.
Somos o no somos neutrales. Tenemos o no derecho a escoger a nuestros amigos y a nuestros enemigos. Es una realidad. El presidente puede tener un criterio sobre eso. Pero nosotros en la vida real hemos corroborado que no podemos heredar los enemigos que tenga Estados Unidos, que son muchos.
China es una potencia emergente. Es un país muy significativo para el Canal de Panamá. Igual que Estados Unidos. Por eso, esas relaciones tienen que pasar igual por un tamiz de inteligencia. Esto no es juego de damas. Esto es juego de ajedrez. Esto es ciencia. Debemos cuidar nuestro derecho a tener relaciones con todos los países del mundo. Absolutamente con todos. Siempre y cuando nos respeten.
Recordemos que el presidente Mulino heredó un país con muchos problemas. Y recordemos también cómo llegó él al poder. Es un hombre que tiene que actuar a partir de esas realidades. En él la prudencia no puede ser vista como cobardía. Hasta ahora ha dado muestra de mucha firmeza. Confiemos en que así va a seguir siendo. No esperemos a que él sea quien lance la primera piedra. Ese no es su papel. Debe ponderar adecuadamente los aportes que podemos y debemos encontrar en la red internacional. Solos no lo lograremos.
No solamente es prudente, es necesario. No solamente es necesario, es parte de nuestra historia y esa es una lección aprendida. Nosotros logramos administrar el Canal a partir del 31 de diciembre de 1999 al mediodía gracias a esa política exterior planificada. No fue un invento.
La mayoría de la sociedad panameña y fundamentalmente los sustratos de esta sociedad que se hace llamar pueblo panameño, esos fueron los que garantizaron la cohesión interna. Siempre habrá un sector aliado o vinculado con la política colonialista. Lo que aquí hay que destacar es que no se pierda el objetivo central y en este instante el objetivo central es hacer alianza con todas las fuerzas.
Luis Navas Pájaro
Nació en Colón el 25 de abril de 1945, de madre cartagenera. Luis Navas Pájaro ha sido docente, escritor, político y activista social.
Fue secretario general de la Federación de Estudiantes de Panamá.
Licenciado en Filosofía, Letras y Educación con una maestría en Estudios sobre la Región Interoceánica y el Canal de Panamá.
Catedrático de Historia de las Relaciones entre Panamá y Estados Unidos en la Universidad de Panamá.
Legislador entre 1984 y 1989.
Director del Instituto del Canal de Panamá y Estudios Internacionales.
Miembro de la Comisión del Bicentenario de la independencia de Panamá de España.
Miembro de la junta directiva del Canal de Panamá desde 2022.
Autor de obras como “El movimiento obrero de Panamá” y “Panamá, Nación, Estado y Canal”.