La mayor ciudad de la frontera sur de México, Tapachula, emplea a migrantes que quedaron varados por las restricciones del presidente de Estados Unidos,...
- 16/07/2021 00:00
Remembranzas de Carlos Laureano López Tejada
Carlos Laureano López, mi abuelo, es considerado uno de los panameños más distinguidos del siglo XX, dando fe de ello, las siguientes obras: “El libro Azul de Panamá” de William Scoullar (1917), “Parnaso panameño” de Octavio Méndez Pereira (1916), “Nombres y apellidos de los forjadores de la patria” de Federico Zentner (1984).
Nació el 4 de julio de 1879, en la ciudad de Las Tablas, provincia de Los Santos, y murió el 20 de noviembre de 1944, en la ciudad de Panamá, a los 65 años. Fueron sus padres: Lisandro Luciano López Espinar (Papa Chando) y María Ventura Tejada Pérez. En sus raíces de familia consta que es descendiente del general José Domingo Espinar.
Sus estudios primarios los realizó en su ciudad natal y los continuó en el Colegio Irrisarri de la ciudad de Panamá.
Cultivó los ideales del liberalismo y combatió en la Guerra de los Mil Días, en la histórica batalla del Puente de Calidonia, en 1900. Además, fue firmante, en representación de su pueblo, del documento de adhesión a la Separación de Panamá de Colombia.
Desarrolló su vocación por el Derecho y se especializó en Criminología, siendo considerado, en su época, como uno de los criminalistas más destacados del país.
Fue nombrado procurador general de la Nación en 1912 y posteriormente, en 1941, magistrado de la Corte Suprema de Justicia, donde fue escogido como su presidente, hechos que lo ubican como el primer panameño en haber ocupado estos dos cargos.
Tuvo participación en política partidista, como miembro del Partido Liberal. Fue elegido concejal de la ciudad de Panamá en el período de 1920 a 1924, y escogido presidente del Concejo Municipal. Luego, en el período de 1924 a 1928, fue electo diputado a la Asamblea Nacional, Órgano que le tocó presidir y como tal le correspondió el honor de juramentar al presidente de la República Rodolfo Chiari Robles, el 1 de octubre de 1924. Fue nuevamente elegido en 1932 como diputado por la provincia de Los Santos hasta 1936.
En sus funciones públicas también ocupó el cargo de secretario de Gobierno y Justicia (equivalente a ministro), destacándose en el diálogo de la Revolución Guna en 1925. Fue escogido, en dos ocasiones, por parte de la Asamblea Nacional, como segundo designado a la Presidencia de la República (equivalente ahora al cargo de vicepresidente de la República).
El 2 de enero de 1931, siendo segundo designado, el Movimiento de Acción Comunal dio un golpe de Estado para derrocar al entonces presidente, don Florencio Harmodio Arosemena, y en virtud de que el primer designado estaba fuera del país, Carlos Laureano López viaja a Colón y toma posesión de la Presidencia ante Notario Público, amparándose en la Constitución vigente. Hizo valer su derecho con Acta de toma de posesión, confirmando que reunía las cualidades para convertirse en el XV presidente de Panamá. Sin embargo, todos los designados fueron inhabilitados por un fallo de la Corte Suprema, siendo este valorado como un fallo político y no jurídico, por lo que tuvo que refugiarse en el Hotel Tívoli, ubicado en la antigua Zona del Canal.
En su desempeño como presidente de la Corte Suprema de Justicia, dejó dos legados importantes: la Ley 67 del 21 de diciembre de 1943, que reestructura la Corte en Sala de Casación Civil, Casación Criminal y de Negocios Generales; y la Ley Código de la Justicia Contencioso Administrativo, que regula las controversias entre el Tribunal del Distrito Judicial y el Seccional Administrativo.
Es mi deseo, con la emoción de una nieta que no le conoció, presentarles parte de su legado como preámbulo de una próxima publicación, de manera tal, que las presentes y futuras generaciones conozcan su vida pública y lo que ha motivado en su ciudad natal, Las Tablas, mediante Decreto legislativo 19 del 21 de febrero de 1946, nombrar su principal avenida como Paseo Carlos L. López y la Biblioteca Pública Carlos L. López T., la cual cerró sus puertas en enero de 2019 por no tener las condiciones necesarias para atender al público.