• 22/12/2023 10:51

Mal navegando en los extremos

La adopción de políticas extremas, [...] podría llevar por un camino de inestabilidad económica y social

En un mundo donde las ideologías extremas han causado turbulencias significativas, Panamá se encuentra en una encrucijada. Nuestra nación, emblemática de la dinámica y diversidad de América Latina, enfrenta el desafío de navegar en un mar de tendencias polarizadas, que a menudo han llevado a otros a crisis profundas y duraderas.

La historia global ha sido testigo de cómo las ideologías llevadas a sus extremos pueden desencadenar resultados desastrosos. Ya sea el capitalismo desenfrenado, que tiende a concentrar la riqueza y agravar la desigualdad social, o el socialismo extremo, que a menudo ha resultado en una gestión económica deficiente y una restricción de libertades, el impacto ha sido universalmente perjudicial.

Estos ejemplos subrayan la importancia de evitar políticas extremistas que puedan desestabilizar la economía, erosionar las libertades civiles y crear divisiones sociales profundas.

En Panamá, los signos de esta polarización ideológica han comenzado a surgir, planteando preguntas importantes sobre el futuro del país. ¿Cómo puede Panamá forjar un camino que evite los errores del pasado y los dilemas actuales que enfrentan otras naciones? La respuesta yace en una transformación profesional que abogue por un enfoque equilibrado y pragmático, lejos de las posturas extremas que históricamente han demostrado ser perjudiciales para el desarrollo integral de las naciones.

Esta transformación debe basarse en un desarrollo sostenible y equitativo, enfocándose en la estabilidad económica y el respeto por las libertades fundamentales.

Debe promover un pensamiento estatal moderado, que equilibre adecuadamente los intereses económicos y sociales, garantizando así un crecimiento inclusivo y sostenido. Evitar los extremos es crucial para prevenir las “resacas ideológicas”, esos períodos de desilusión y daño que siguen a la adopción de políticas radicales.

La adopción de políticas extremas, ya sean de un capitalismo sin restricciones o de un socialismo restrictivo, podría llevar por un camino de inestabilidad económica y social. Por lo tanto, es imperativo que Panamá busque un camino de moderación y equilibrio. Este enfoque no solo es vital para mantener la estabilidad económica y política, sino también para asegurar el bienestar y la prosperidad de sus ciudadanos.

Un aspecto medular en esta transformación es la educación y la capacitación profesional. Invertir en la educación y el desarrollo de habilidades puede preparar a los panameños para los desafíos del mañana, fomentando la innovación y la competitividad en un mercado global. Asimismo, el fomento de un espíritu empresarial responsable y ético puede ayudar a construir una economía más diversificada y resiliente.

La urgencia de este cambio radica en prevenir los ciclos destructivos que han caracterizado a otros países que se han inclinado por los extremos ideológicos. A través de una estrategia moderada y bien ponderada, se puede asegurar un futuro próspero y estable, evitando los errores que han llevado a otros a profundas crisis económicas y sociales.

Panamá se encuentra en un punto de inflexión. La decisión de abrazar un camino de moderación y equilibrio podría marcar la diferencia entre un futuro próspero y un ciclo de desafíos continuos. Esta es una oportunidad para que se posicione como un modelo de desarrollo sostenible y equitativo en América Latina, demostrando que es posible lograr un progreso económico y social armónico, lejos de los peligros de las ideologías extremas.

El autor es consultor y estratega.

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