• 17/07/2021 00:00

Un libro resiliente en tiempos de pandemia

“El legado científico de Alexander Wetmore y su pasión por el estudio de las aves en Panamá se plasman en la nueva obra del panameño Stanley Heckadon-Moreno: “Alexander Wetmore y las aves de Panamá. Expediciones de 1944 a 1966”.”

El legado científico de Alexander Wetmore y su pasión por el estudio de las aves en Panamá se plasman en la nueva obra del panameño Stanley Heckadon-Moreno: “Alexander Wetmore y las aves de Panamá. Expediciones de 1944 a 1966”.

La obra es una recopilación de los artículos que Heckadon ha escrito durante años, en los que relata parte de la historia bibliográfica de Wetmore, los aportes del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y del Instituto Conmemorativo Gorgas.

El doctor Heckadon explica que la obra de Wetmore ha sido una herramienta para educarse y compartir las claves de la diversidad e historia de Panamá, por esa razón su libro lo dedica a Wetmore, un ornitólogo por excelencia, quien a través de sus estudios demostró el amor que tuvo por el Istmo desde su llegada en 1944.

El libro, lanzado en plena pandemia con todos los desafíos que implica, es un homenaje al precursor de la conservación ambiental y al naturalista que dio a conocer al mundo la diversidad de las aves panameñas.

Hijo de un médico rural, Frank Alexander Wetmore nació en North Freedom, Wisconsin, Estados Unidos. Entre 1946 y 1966, Wetmore realizó viajes anuales a Panamá para estudiar y recolectar ejemplares de las aves del Istmo.

Su obra maestra, de cuatro volúmenes, llamada “Aves de la República de Panamá”, fue publicada por el Smithsonian entre 1965 y 1984, el último volumen apareció póstumamente.

En 1953 se casó con Annie Beatrice van der Biest Thielan, quien se convirtió en garante de la Unión Americana de Ornitólogos después de su muerte, en 1978.

“Es un libro publicado en tiempos muy difíciles, de emergencia mundial. Salió en plena pandemia, pensé que no saldría. Logré que en Panamá me lo armaran y luego en Bogotá me lo imprimieran, pero luego con el cierre de los aeropuertos se quedó esperando largos meses. Finalmente, llegó a Panamá y pudimos lanzarlo”, relata Heckadon con el optimismo que lo caracteriza.

Señala que Wetmore realizó 22 expediciones científicas en Panamá, prácticamente se jubiló luego de ser uno de los grandes ornitólogos del mundo, y dedicó el resto de vida productiva a estudiar las aves de Panamá.

“Su última expedición en 1966 en la península de Burica, en el Pacífico, fue muy reveladora y nos dejó un legado importante que nos permitió conocer nuestras aves”, detalla el autor.

Otro tema que atraía a Wetmore era la migración de las aves de las Américas. Existen siete rutas, cinco de las cuales pasan por Panamá, y recorren desde Alaska hasta la Patagonia.

“Vino a estudiar las aves del archipiélago de Las Perlas en 1944, durante la Segunda Guerra Mundial. Tras el conflicto, atraído por el Darién lo explora en 1946 y 1947. Pronto se apasionó por la riqueza biológica del Istmo”, agrega el autor.

Wetmore fue un excelente investigador de campo y agudo observador de la naturaleza. “El Dr. Wetmore también era un apasionado fotógrafo. Todo le llamaba la atención, la selva, los caminos, las personas, en fin, tenía una visión antropológica que le permitía captar la diversidad de Panamá”, comenta Heckadon.

Para el autor, en una cultura olvidadiza, este libro busca rendir homenaje a un naturalista que aportó tanto para dar a conocer al mundo la espléndida diversidad de aves de Panamá.

Sobre el autor

Stanley Heckadon-Moreno es un científico originario de la provincia de Chiriquí que ha dedicado más de cuatro décadas a la protección y estudio de la naturaleza.

Es antropólogo, humanista, defensor de la naturaleza, estudioso de las culturas indígenas, investigador y escritor. En la actualidad, forma parte del “staff” de científicos del Instituto Smitsonian de Investigaciones Tropicales, y es jefe del Laboratorio Marino de Punta Galeta.

Su contribución ha sido clave en la creación de las áreas protegidas de la Cuenca del Canal, que abastecen de agua a la vía interoceánica, y las potabilizadoras de Panamá y Colón.

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