• 12/04/2025 00:00

El Canal y Machu Picchu

La promoción turística bilateral Perú-Panamá en 1930 impulsó visitas desde Panamá, con la creación de paquetes y facilitando viajes para autoridades y elites de la época

En el vapor “Teno” llegó al Callao, en enero de 1930, la delegación turística estadounidense procedente del Canal compuesta por Jeanne de Heald, esposa del superintendente del ferrocarril del istmo y que ya había visitado Lima en 1925; Helen McCauley, esposa del comandante Cleveland McCauley, jefe de la radio “US Navy for Central America”; y Josephine Irwin, hija del mayor general George Leroy Irwin, jefe de las fortificaciones del Canal. Su objetivo fue visitar la ciudad de Cuzco y la ciudadela inca de Machu Picchu. La señora Heald era periodista y venía de publicar en el istmo su libro “Panama Picturesque” en inglés y realizó la travesía hasta el Perú con el propósito de preparar un libro con el mismo formato, es decir, una publicación con abundantes imágenes según informó Guillermo Rosenthal, cónsul del Perú en Panamá (Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, Caja 5-20-A,of.1,doc.84,1930). Esta fue la primera de las varias visitas que, partiendo de Panamá, propició el gobierno peruano para impulsar el conocimiento del país entre las autoridades estadounidenses y las élites de Panamá y Centroamérica.

Dos meses después una nueva delegación norteamericana visitó Lima, Cuzco y Machu Picchu. Estaba constituida por Benjamín Muse y su esposa Helen, secretario de la legación de Estados Unidos en Panamá; por el mayor general George Leroy Irwin, jefe de las fortificaciones del Canal; y dos de los sobrinos del embajador John Glover South quien acababa de ser reemplazado como jefe de la misión de Estados Unidos en Panamá por Tascon Roy Dawis (MRE, Caja 5-20-A,of.10,doc.2218,1930).

La labor de Rosenthal promoviendo los atractivos turísticos precolombinos e incaicos se redobló con la conmemoración del 28 de julio, Día Nacional del Perú. Los diarios “La Estrella de Panamá”, “El Diario” y “El Tiempo” dedicaron artículos sobre esta efeméride añadiendo breves frases destacando la belleza del país y la amabilidad de su gente. Incluso el diario “Panamá América” —en ese entonces un periódico de oposición al presidente Arosemena— dedicó un editorial titulado “Nuestro saludo al Perú” (MRE, Caja 5-20-A,of.15,doc.6636,1930). Un hecho anecdótico es que desde 1924, la Legación peruana organizaba dos recepciones, una para la comunidad peruana y otra para el cuerpo diplomático y las autoridades panameñas y del Canal. Rosenthal mantiene la tradición e informa que al segundo cóctel asistieron el presidente de la República y el secretario de Relaciones Exteriores, Ricardo Morales, gesto político que evidencia la estrecha relación que había entre las dos naciones.

Rosenthal, además de cónsul general del Perú (Resolución Suprema 663 del 12 de junio de 1924) se desempeñaba como encargado de Negocios ad honorem desde 1925. Si bien terminará funciones a finales de octubre de 1930 —en que será reemplazado por el diplomático peruano Eduardo Garland— ese no será el final de las visitas turísticas, ya que estas continuarán por el resto del año (MRE, Caja 5-20-A,of. 32,1930).

Garland toma la posta y dialoga con la naviera “Grace Line” para que establezca paquetes turísticos para las personas que viajen en grupo. Uno de los agentes navieros responsables de la promoción en Panamá fue el cubano Armando Agüero que tenía la experiencia de haber establecido un producto similar para La Habana que, en 1930, reportaba ingresos de $6 millones anuales a la “Grace Line” (MRE, Caja 5-20-A,of.36,1931). Para diseñar la campaña de 1931, Agüero tomó los servicios de la firma publicitaria peruana “A.J. Belaúnde y Cía.” con la que trabajó una serie de afiches turísticos sobre las bellezas del litoral peruano así como de la cordillera de Los Andes en torno al Cuzco. La particularidad de esa campaña fue que, por primera vez, se combinaron imágenes panameñas con peruanas en un claro intento de vender dos destinos turísticos. Garland prosigue con sus gestiones y la “Grace Line” anuncia que ha establecido una ruta económica Panamá-El Callao de $210 para pasajeros que no viajen en grupo (el precio original era de $280 por persona). El ‘ticket’ comprende apoyo en aduana portuaria, transporte del equipaje hasta el alojamiento designado, hotel en la capital y visitas guiadas a los atractivos turísticos de Lima y alrededores además del desayuno y la cena (MRE, Caja 5-20-A,of.43,1931). Agüero, para hacer aún más atractivo el viaje a Sudamérica, aprovecha la existencia del compromiso Moore-Rada Gamio, embajador estadounidense y canciller peruano respectivamente, y lo divulga entre los potenciales clientes porque exoneraba de visado peruano a los turistas norteamericanos que iniciasen su periplo desde puertos en territorio de los Estados Unidos.

Un diseño novedoso y bilateral se abría paso en las relaciones turístico-gastronómico-culturales donde la grandiosidad de Machu Picchu se asociaba a la magnificencia del Canal, ambas, obras humanas.

*El autor es exembajador de Perú en Panamá, Honduras y Guatemala
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