• 04/04/2024 00:00

Las elecciones, la esperanza eterna

Panamá no te confundas. Ha llegado el momento de elegir tus nuevos gobernantes. Espero que esta vez elijamos a consciencia [...]

A pocos días de las elecciones para escoger a nuestros nuevos dignatarios que regirán los destinos de Panamá durante los próximos cinco años, flota en el ambiente “la esperanza eterna” de un pueblo que espera que esta vez se escoja a un presidente, a diputados y alcaldes que piensen en el país y no en sus bolsillos y los de sus allegados.

A este desgobierno, que tiene a un pueblo sumido en sufrimiento, afortunadamente le queda poco de su demagogia y sus desaciertos.

En estas elecciones el pueblo espera o se ilusiona, que esta vez las procuradurías y sus fiscalías, la Corte Suprema y la Policía, terminen su sumisión al Palacio de las Garzas y actúen independientemente con derecho y respeto a las leyes.

Esta vez, el pueblo “que dicen que es primero”, realmente lo sea. Hoy es primero de abajo hacia arriba. Es un pueblo huérfano y desamparado. Un pueblo que se desangra en cada palabra que sale de la boca de los políticos y los comerciantes de cuello blanco o negro, unidos en un abrazo de corrupción y apadrinados por el gobierno de turno. Los zapatos del pueblo que se dieron, ya no son útiles, causan llagas en los pies por el desgaste ... nadie los reparó, ni nadie los reemplazó.

Las promesas de campaña son infinitas y alucinantes, sacadas de los cantos de sirenas y lanzadas a los oídos de los tontos útiles ... que espero ya sean pocos.

Se prometen puestos de trabajo que representan casi el 300% de la fuerza de trabajo desempleada actual, según estimaciones de economistas (en el 2021 la Contraloría General estimó en 282,000 los desempleados). En otras palabras, se promete generar empleos para todos los desempleados actuales y en adición se generarán negocios que crearían mínimo el doble de nuevos puestos de trabajos con relación al desempleo actual.

Pregunta: ¿promesas inéditas o estrategia para mareo de campaña política? ¿De dónde sacarán la mano de obra calificada que se requiere en estos tiempos para los negocios, donde la tecnología y la Inteligencia Artificial (IA) predominan? ¿O es que piensan generar sus “negocios nuevos” con personal extranjero, con la excusa de que no hay personal calificado?

Promesas de que se solucionará el problema del agua, de la basura y los vertederos. Se abaratará el costo de la luz. Las carreteras y calles del país serán reparadas en su totalidad y su mantenimiento será perpetuo porque se usarán materiales auto regenerativos de última tecnología. Habrá mano dura con la delincuencia organizada y la corrupción.

Promesas de campaña adornadas de fantasías y sin indicar el cómo lo harán, de donde saldrán los recursos para estas obras y acciones, ¿con más deuda?

Promesas populistas sin sentido, apartadas de la realidad. Como que los jubilados no tendrán que preocuparse ya que el problema del IVM de la CSS se resolverá sin necesidad de cambios paramétricos.

Y qué decir de la educación del siglo XIX con que contamos; o de nuestros flamantes educadores, más interesados en sus propios beneficios que educar a la niñez y los jóvenes, o de las autoridades educativas, expertas justificadoras del por qué no se logran las cosas, no se mantienen las estructuras, no se nombran a tiempo los docentes ... y cuál es la causa de tanta deserción estudiantil.

¡Tantas esperanzas que cada 5 años trae el 1ro de julio! Un nuevo gobierno se empodera, trayendo un nuevo combo acuestas. Y transcurre el tiempo, y como diría Pedrito Altamiranda: “Nuevo combo y aún no pasa na’ ... tu rass”.

Creo que esta vez las cosas puede que sean diferentes. El nuevo combo debe generar cambios radicales consensuados desde un inicio, antes de que pueda repetirse sucesos como los de “Meme, Pancha Mancha y su cumbia caliente”.

Hoy me pregunto: ¿a qué sabe Panamá? A sancocho no es, ni a torrejitas de maíz nuevo, ni a limonada con raspadura, ni mucho menos a arroz con guandú y gallina guisada. Sabe más bien a coimas y corrupción, una economía desvirtuada, una pobreza creciente y un pueblo con pocas esperanzas. ¿Dónde quedó la gente que éramos? Gente buena, gente noble.

Panamá tiene de todo. Tiene héroes, pero pocos, y villanos a montones.

Panamá no te confundas. Ha llegado el momento de elegir tus nuevos gobernantes. Espero que esta vez elijamos a consciencia y no escojamos otra vez a aquellos que han usado el poder para enriquecerse, que encontraron que las arcas del estado son suyas y no del pueblo. Que tu voto cuente en la esperanza de un futuro.

Emite tu voto. No importa si son cuerdos o son locos, siempre y cuando honrado sean.

Pero no olvidemos nunca, que, aunque dormidos estén, no hay políticos santos.

El autor es comentarista
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