• 18/01/2025 17:34

La colección extraviada

Emilio Zapata, un activo amigo de Panamá, fue designado Director General de Correos y Telégrafos del Perú (CyT) el 4 de febrero de 1914. Desde el inicio orientó sus esfuerzos para canalizar las comunicaciones peruanas con el mundo a través del Canal. Zapata entendía también la importancia de la cultura como mecanismo de política exterior.

Tres meses después de su nombramiento, CyT comunica a la cancillería peruana -en respuesta al pedido formulado el 30 de abril de ese año- que participará en la Exposición Internacional de Génova de 1914 e inician las coordinaciones con Félix Lavelli, representante del Comité Internacional de la Exposición.

Zapata y su equipo se ponen manos a la obra y proporcionan a Lavelli una selección de doce fotografías de gran tamaño de CyT del Perú y de sus dependencias en las principales ciudades del país; una colección completa de cuarenta signos de franqueo en circulación en ese entonces; seiscientas estampillas y un mapa completo de redes telegráficas y telefónicas de todo el país.

El embarque de este material se hizo vía Panamá, cuando aún no estaba operativo el Canal, en el vapor “Urubamba” que salió de Colón y llegó hasta Génova en junio de 1914, un mes antes de la deflagración bélica que desangraría Europa (Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, Caja 648, file 1, of. 43, doc. 23, 1914).

No habían terminado de desembarcar las piezas para la Exposición en Génova cuando CyT recibió un nuevo pedido de la diplomacia peruana el 27 de mayo para participar en la Exhibición Filatélica de Liorna (Toscana) y que estaría a cargo del cónsul peruano en Génova, Julio Velarde. El embarque siguió la misma ruta que el anterior y la preciosa carga en estampillas fue la misma (MRE, Caja 648, file 1, of. 65, doc. 30, 1914).

El entusiasmo de Zapata y de las autoridades peruanas tenía un propósito: interesar a Italia, una potencia en comunicaciones gracias a Marconi, en el financiamiento de tres líneas telegráficas para uso del Ministerio de Relaciones Exteriores a efectos de mejorar su conexión con las legaciones y consulados peruanos en el mundo (MRE, Caja 648, file 1, doc. 34, 1914).

La burocracia romana y la rapidez estadounidense impidieron el apoyo italiano siendo así que las líneas fueron instaladas por los norteamericanos (que trajeron todo el material desde Panamá) y empezaron a operar el 14 de octubre de 1914 (MRE, Caja 648, file 1, of. 116, doc. 48, 1914).

Con la Primera Guerra Mundial iniciada, una de las primeras tareas de CyT así como de la cancillería fue el recuperar las “mallas” postales con correspondencia hacia el Perú detenidas en puertos extranjeros.

Gracias a las nuevas líneas telegráficas instaladas los cónsules peruanos recibieron indicaciones (con una circular fechada 8 de octubre) para manipular la carga postal para derivarla hacia buques de países no beligerantes (MRE, Caja 648, file 1, of. 106, doc. 44, 1914).

El segundo mensaje con las nuevas líneas fue la comunicación de CyT donde previno al personal diplomático peruano en el extranjero y en Lima acerca de las nuevas reglas de censura impuestas por Gran Bretaña para los mensajes telegráficos que pasen por sus territorios o que usen redes británicas de telégrafo.

La censura comprendía a Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú y El Salvador (MRE, Caja 648, file 1, of. 129, doc. 51, 1914).

¿Qué sucedió mientras tanto con las colecciones enviadas a Génova y Liorna? El encargado de negocios del Perú en Italia, señor Zavala Loayza, y el cónsul peruano en Roma, Félix Santi, coordinaron las muestras con el cónsul en Génova, Clemente de Althaus (MRE, Caja 653, file 4, of. 5, 1914).

Dentro de la Expo de Génova había un pabellón Ítalo-Americano donde el Perú recibiría un espacio junto con Panamá donde además presentarían café latinoamericano (MRE, Caja 659, file 17, doc. 45, 1914).

El gobierno peruano asignó la suma de 350 libras peruanas de oro para pagar tanto el pabellón peruano como a los comisarios que se ocuparían de las muestras, señores Salvador Soyer y Luis Zino (MRE, Caja 659, file 17, doc. 88, 1914).

El cónsul Althaus fue trasladado a Gran Bretaña y el vicecónsul honorario Ubaldo Botto debió de ocuparse de todo hasta el arribo del nuevo cónsul peruano, Julio Velarde. Entre tanto, el comisario Zino adelantó las 350 libras en oro para hacer el pabellón inca pero la guerra truncó la feria genovesa y no pudo recuperar lo invertido (MRE, Caja 659, file 17, of. 94, doc. 117, 1914).

Con la guerra desatada, en diciembre de 1914 se produjo un desorden descomunal donde cientos de marineros peruanos y latinoamericanos resultaros varados en Génova por lo que se evaluó su urgente repatriación vía Panamá (MRE, Caja 659, file 17, of. 120, doc. 150, 1914); en tal estado de cosas, la legación peruana no pudo ocuparse de la suerte de las estampillas sino hasta finales de año en que interesan a la naviera “La Veloce” para que las regrese a El Callao.

Lamentablemente el material no salió de Italia ignorándose que pasó con la carga ni con Soyer ni Zino que, aún en edad militar, habrían terminado en la reserva del ejército. Un misterio más para la filatelia contemporánea.

*El autor es exembajador peruano

Uno que es el grupo de Bohuslan Big Band fue en el Centro de Convenciones de Ciudad del Saber

En la plaza toca:

Porque Puma Zumix Grupo juvenil que interpreta...

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones