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- 31/05/2024 00:00
El acto de elegir con sabiduría
El 5 de mayo pasado, el pueblo panameño salió a elegir a sus candidatos en las urnas electorales repartidas a nivel nacional. El término que utilizamos para esta acción ciudadana es conocido como “elección” y el mismo nos alude al acto y la consecuencia de elegir: se aplica también al hecho de seleccionar o de escoger “algo” o a “alguien”. Este concepto latino “electio” proveniente de la palabra “eligere”, significa simplemente “elegir”.
“Elegir” para el ser humano no es tarea fácil, aunque lo hagamos todos los días de manera consciente o inconsciente. Algunas veces lo pensamos antes de tomar una decisión de forma consciente, otras veces elegimos de manera pasional, sin medir consecuencias. Es un proceso mental difícil y estresante, sobre todo cuando debemos escoger por el bienestar propio o de la familia. Hay factores como nuestras creencias, la estimación que podamos sentir en un momento dado por alguien, nuestra actuación determinante cotidiana que nos permite afirmarnos en nuestros valores personales. Pero también puede basarse en nuestros intereses, sentimientos, convicciones, juicios de valores personales entre otros. De aquí la complejidad del tema.
Pero en materia electoral, los resultados del 5 de mayo, 2024 hay que entenderlo como el resultado de un hastío de la población panameña con derechos a votar a un gobierno (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), que ha desmejorado la vida de sus nacionales y a su vez, fomentado la corrupción a todos los niveles de la administración del estado nunca antes visto. Desde las elecciones celebradas en el año 1989 (con un 73,7 % de participación), no había observado una derrota tan devastadora y contundente del Partido Revolucionario Democrático (PRD) y de su candidato por parte de esa voluntad decidida de los panameños en las urnas. Igual pasó en el 1999 con un 76,2 % de participación. Aquí tenemos unos ejemplos de cuándo los ciudadanos analizamos fríamente la situación nacional y elegimos con sabiduría e inteligencia en unas elecciones electorales. Felicidades a esos 77,7% que participó activamente en las elecciones pasadas.
Como cristianos que somos, las Sagradas Escrituras, la cual decimos es Palabra de Dios, nos ofrecen orientaciones y principios éticos para tomar decisiones en diversas áreas de nuestras vidas, incluyendo aquellas en las que se juega nuestra integridad y futuro como nación en unas elecciones. La Biblia nos brinda respuestas específicas y proporciona la base ética y moral que pueden guiar nuestras elecciones, y no solo para una contienda electoral, sino para toda la vida.
La Biblia nos anima a buscar sabiduría y discernimiento en la toma de decisiones.
En el libro de Proverbios se nos insta a confiar en el Señor y a no apoyarnos en nuestro propio entendimiento, sino a reconocerlo en todos nuestros caminos. En Proverbios 3,5-6, dice: “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas”.
Otro aspecto importante es la comunicación con Dios a través de la oración es un aspecto fundamental en la vida de un creyente. La Biblia nos anima a buscar la dirección de Dios en nuestras decisiones, pidiendo su guía y revelación.
En la carta del apóstol Santiago 1,5-6. dice así: “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento”.
Las Sagradas Escrituras establecen principios éticos y morales claros que nos ayudan a evaluar nuestras opciones. Por ejemplo, los diez mandamientos y los principios del amor hacia Dios y hacia nuestro prójimo nos brindan una base ética sólida para tomar decisiones. En el evangelio de Mateo 7,12: Jesús enseñó: “Así que, en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes; de hecho, esto es la ley y los profetas”.
La Sagrada Biblia también subraya la importancia de buscar el consejo de personas sabias y maduras en la fe. Proverbios 11,14 dice: “Cuando no hay buenos consejeros, fracasan los planes; cuando abundan los consejeros, prosperan”. La fe en Dios nos invita a confiar en su provisión y dirección.
Las Sagradas Escrituras también nos advierten sobre las consecuencias de nuestras decisiones. Gálatas 6,7 nos dice: “No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra”. Así, la Biblia nos anima a considerar las posibles consecuencias de nuestras acciones antes de tomar decisiones importantes.
Es importante estudiar y reflexionar sobre las enseñanzas bíblicas y sagradas, buscando la guía del Espíritu Santo al aplicar estos principios a situaciones concretas de la política nacional.
Termino con alegría y esperanza, pues a mi criterio, esta vez también, el pueblo panameño, como en 1989, 1999, eligió con inteligencia y sabiduría.