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- 15/06/2023 00:00
¡Democracia en peligro!
Describir la situación actual en Panamá como indignante o escandalosa, resulta un eufemismo, peor que eso, es un acto criminal que perpetran quienes nos gobiernan con su indiferencia ante la noticia de que miles de familias panameñas, integradas por niños, mujeres, ancianos, gente de lo más vulnerable, apenas comen cada tres días. O que tal les “sensibiliza” el corazón la noticia de que el Hospital Oncológico, que, anuncian funciona hasta fin de año, se quedó sin insumos básicos, como gasas, hilo para suturas quirúrgicas o medicamentos para los miles de panameños que tristemente padecen de cáncer.
Este país anda de tumbo en tumbo, avanza por inercia, porque el propio peso de las crisis nos empuja hacia el abismo de la ingobernabilidad en que nos ha sumido el Gobierno de Laurentino Cortizo y el PRD.
Las crisis compiten entre sí por ser un problema insoluble: crisis en la Caja del Seguro Social, crisis por altos precios de medicamentos, crisis por altísimos índices de desempleo. Los servicios eléctricos más caros de América Latina. Crisis en la recolección de basura, que nos tiene enfermos a todos, propagando virus, bacterias, cucarachas y ratas. Crisis de agua. Crisis de seguridad pública con excesivos suicidios, asesinatos y sicariato. Migración incontrolable. La justicia no funciona, pero sí sabe perseguir selectivamente.
Lo paradójico y cruel para los pobres panameños es que somos la economía más importante de Centroamérica y de varios países del continente americano. ¿Qué país cuenta con el patrimonio multimillonario del Único Canal a esclusas del mundo, del que no se debe nada por su construcción original? ¿Cuántos tienen la zona libre más competitiva de la región? ¿Cuántos tienen: un Hub de las Américas; una mina de cobre multimillonaria; cadenas de comercios, puertos y mucho más?
Somos un país rico, no somos un país pobre.
Lo único que les salió del cerebro a estas luminarias políticas y económicas fue crear mesas. Mesa del diálogo por la CSS, mesa de concertación, mesa de medicamentos, etc. Y ninguna de estas mesas sirvió para nada que no fuera exhibir las ricas y costosas viandas con que llenaron y callaron sus bocas los participantes, por lo regular miembros del oficialista PRD y simpatizantes partidarios.
Todavía, a cuatro años de desgobierno, no se ha conocido ni se sabrá el contenido del contrato de este Gobierno con la compañía minera de cobre, oro, y otros metales valiosos.
El presidente Cortizo se da el “tupé” de ordenar que la ciudadanía y el mundo no tengamos acceso a las actas del Consejo de Gabinete. O sea, secretismo absoluto; lo que significa que los posibles delitos cometidos prescriben y no pueden ser investigados y juzgados.
Todo el país ha presenciado, el pasado domingo, con ojos desorbitados las disputas de los líderes del PRD del presidente Cortizo. Acusaciones de fraude y uso de recursos millonarios del Estado destinados para apoyar la campaña del abanderado oficial, Gabriel Carrizo.
Lo último ha sido el “preestreno” de lo que nos espera el próximo cinco de mayo de 2024, día de las elecciones generales.
¿Dónde están los magistrados del Tribunal Electoral?
El presidente actual de la Asamblea Nacional, Dr. Crispiano Adames, en conferencia de prensa hizo acusaciones directas contra el presidente Cortizo por el uso de millonarios recursos del Estado para sacar electo a su pupilo, el señor Carrizo.
Nadie dice nada, todos callan. Medios de comunicación social, y dirigentes de otros colectivos políticos que serán objeto de esta misma maquinaria corrupta y fraudulenta en las elecciones de 2024.
Siendo leal a mis principios y moral democrática propongo:
1- Los magistrados del Tribunal Electoral deben poner un alto a tantos desmanes y violación de la normativa electoral del país.
La Democracia está en serio peligro de convertirse en una dictadura civiloide de un solo partido.
2- El Dr. Adames, el diputado Leandro Ávila y otros que han denunciado el fraude en las internas del PRD, deben formalizar sus denuncias ante la autoridad competente.
3- Que se abra un gran diálogo nacional democrático que solucione en tiempo perentorio los problemas que nos agobian.
No en vano luchamos y vencimos a una dictadura militar criminal, para ahora estar en manos de sus herederos, para caer en un Estado anárquico o Estado fallido.
Reaccionemos todos los panameños con energía y patriotismo y defendamos nuestra democracia que tanto dolor y sangre nos costó.