• 25/02/2024 00:00

Del agro al consumidor: Pesadilla o utopía

Cuantas veces hemos oído a los consumidores quejarse del costo de la Canasta Básica. Los políticos hacen promesas, las que, a la fecha, lejos de un accionar para mejoras a la misma, no han rendido frutos y más bien tiende a mantenerse al alza... nunca a la baja.

En diciembre de 1975, se establece el IMA, cuyo propósito es promover el mejoramiento de los sistemas de mercadeo agropecuario, garantizando la producción nacional a precios remunerativos y regularizando el abastecimiento en el mercado interno, vino a causar grandes expectativas a la población, productores y pequeños comerciantes.

Las iniciativas significativas, después de 48 años, son:

Agroferias: si bien es cierto se obtiene precios más económicos que en los comercios tradicionales, el producto de mayor atracción es el arroz, para lo cual el consumidor no solo debe hacer grandes filas, sino también sacrificar su descanso, ya que debe madrugar para poder alcanzar un cupo que le permita adquirir las soñadas ofertas de las cinco libras de arroz. Las Agroferias son en realidad las “ferias del arroz”, una iniciativa con una logística vergonzosa.

Agrotiendas: un concepto bien intencionado, pero con una implementación de tortuga acalambrada y presupuesto de parroquia de pueblo chico. Me podrían indicar el gran éxito de Merca Panamá, pero esto es un mercado y no una Agrotienda, que prácticamente solo cubre los mercados de ciudad de Panamá, Arraiján, La Chorrera y Chepo. Para otros mercados, su distancia encarece la adquisición de sus productos.

La Cadena de Frío: concebida en la presidencia de Ricardo Martinelli y cuyo concepto básico era llevar, del productor al consumidor, sin intermediarios, los productos del agro mediante una flota de camiones refrigerados a los centros regionales de acopio. Iniciativa que aún sigue sin camiones ni con los centros de acopios planeados... Simplemente, los eslabones de la cadena se congelaron a temperaturas glaciales y que se fracturaron por el efecto térmico del calor burocrático.

El alcalde del distrito capital, en su último año de gestión, ha venido desarrollando el concepto de mercado periférico, coincidiendo con su campaña de reelección, dando inició a la construcción de ellos en Alcalde Díaz, Chilibre y Pueblo Nuevo. Un proyecto necesario cuyo futuro quedará en manos de quién sea electo como el nuevo alcalde del distrito capital.

Ahora bien, qué solución me atrevo a sugerir para aterrizar y garantizar que los alimentos lleguen “del agro al consumidor” sin encarecer sus precios al pasar por una cadena de intermediarios.

Entiéndase, no soy agricultor ni ganadero, pero sí un consumidor final con una supervivencia de más de 70 años. Creo que hay dos proyectos, que, aunque no sean perfectos y con actores acalambrados o demagogos, vale la pena rescatarlos. Me refiero a:

Mercados periféricos, pero a nivel nacional. Crear uno en cada distrito con una población igual o mayor de “X” habitantes. Estos pueden ser Municipales, o del IMA, o mixto entre ambos entes estatales. Su operación debe ser simple. Ser unos Micros Merca Panamá, donde los productores del agro provean sus productos en forma directa a los pequeños comerciantes del mercado, que también pudieran ser los mismos productores.

Pequeñas Agrotiendas del IMA: en corregimientos con una población no mayor de “Y” habitantes, tiendas que deben abastecerse de los Mercados Periféricos de su Distrito.

El IMA debe crear un Convenio Marco (como el que maneja la Dirección General de Contrataciones Públicas, quienes podrían asesorar al IMA en su confección) con los productores del agro que garantice precios y el abastecimiento de productos a los Mercados Periféricos y Agrotiendas del IMA, lo que permitiría el abaratamiento de la canasta básica.

Ningún productor está obligado a adherirse a este convenio marco. Sin embargo, no podría participar como proveedor de sus productos a los Mercados Periféricos ni Agrotiendas IMA, al no pertenecer a la cadena oficial de los “productores proveedores” indicados en el Convenio Marco.

Del agro al consumidor, debe ser un proyecto de Estado de importancia capital para el beneficio ciudadano.

Por supuesto que habrá detractores a estos conceptos, en especial los intermediarios que se verían amenazados. Pero un gobierno del pueblo y para el pueblo, no debería temer a quienes se oponen al bienestar ciudadano.

El autor es comentarista de opinión
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