• 11/04/2025 00:00

Breve anecdotario de algunos desmadres de Trump

Para mejor entender el intríngulis de medidas extremas del autócrata Donald Trump, tanto en el resto del mundo como en su propio país, he procurado investigar algunas de las numerosas violaciones a las leyes norteamericanas y a su Constitución,realizadas por el mandatario de 78 años. Y me encuentro con que detener la inmigración ilegal ha sido un objetivo desde que estuvo en la Casa Blanca en 2016. Tras llegar por segunda vez al poder, una de sus primeras arbitrariedades ha sido intentar abolir el derecho a la ciudadanía por nacimiento para aquellos casos en los que los padres sean migrantes indocumentados que se encuentran en Estados Unidos con estatus temporal debidamente acreditado.

Resulta que el derecho a la ciudadanía por nacimiento está establecido en la Enmienda 14 de la Constitución, adoptada en 1868, tras el final de la Guerra Civil, como forma de resolver el estatus de los antiguos esclavos liberados, nacidos en ese país. Y que ya en 1898 el Tribunal Supremo afirmó que este derecho se aplica también a los hijos de inmigrantes.

Lo cierto es que poco después de que Trump firmara su orden ejecutiva sobre este asunto, se introdujeron varios recursos ante diversos tribunales en el país. Y la primera decisión judicial se produjo el 23 de enero de este año, cuando un juez federal en Seattle emitió una orden de restricción temporal del decreto presidencial. “Es una orden descaradamente inconstitucional”, dijo entonces el juez John Coughenour a un abogado del Departamento de Justicia que defendía la orden de Trump. Más adelante, una juez en Maryland emitió una orden nacional que suspendía indefinidamente la aplicación de la orden ejecutiva, y el pasado 10 de enero un tercer juez dictó medida similar paralizando los efectos de la inconstitucional orden.

Los inmigrantes ilegales a menudo han sido tratados como animales en ese país, y finalmente devueltos a sus lugares de origen contra su voluntad. ¡El escandaloso caso de los numerosos venezolanos que, teniendo en regla un estatus temporal de estancia, fueron arrestados y enviados sin juicio alguno a las cárceles más abyectas del gobierno de Bukele en El Salvador, es una verdadera vergüenza!

Por otra parte, la continuidad de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), se encuentra en duda desde que Trump regresó al poder. El nuevo gobierno ordenó la paralización de casi todos los programas de ayuda internacional, el regreso inmediato de todo el personal que trabaja fuera de Estados Unidos. Y anunció que miles de empleados quedarían suspendidos de sus funciones. (Creada a inicios de la década de 1960, esta agencia opera en más de 60 países alrededor del mundo, realizando numerosas operaciones humanitarias: desde el envío de alimentos a zonas en riesgo de hambruna, hasta programas de vacunación contra la polio en países donde aún circula el virus).

El pasado 7 de febrero, un juez federal bloqueó temporalmente un plan del gobierno de Trump (y, en concreto, del “Departamento de Eficiencia Gubernamental”, inventada entidad que lidera el multimillonario Elon Musk), para suspender de sus funciones a unos 2.200 empleados de USAID. El juez Carl Nichols ordenó que se permitiera el regreso a sus labores de otros 500 funcionarios que habían sido suspendidos previamente y ordenó que aquellos empleados de la agencia fuera del país no sean repatriados por el momento. Estas medidas temporales responden a demandas iniciadas por sindicatos que denuncian que el gobierno quiere reducir el número de empleados de 14.000 a solamente 300.

Según reportaron medios internacionales, Trump habría escrito el 7 de febrero en su cuenta de “Truth Social” que el gasto de USAID “es totalmente inexplicable”. A lo que agregó como el energúmeno dictador que es: “Ciérrenla”.

Por otra parte, el reciente aumento de tarifas arancelarias a un gran número de países, incluidos sus vecinos México y Canadá, es el más reciente desmadre cometido por este mercachifle cuyo interés principal parece ser engrosar su propia fortuna y la de los oligarcas que sufragaron su campaña presidencial, empezando por Musk, quien por cierto no es estadounidense por nacimiento. Y el juez Carl Nichols también ordenó que se permitiera el regreso a sus labores de otros 500 funcionarios suspendidos previamente...

Todo lo cual empieza a perjudicar a gran cantidad de países, tanto en lo económico como en cuanto a las amenazas permanentes de guerras que supuestamente Trump busca eliminar. Sus aspiraciones disparatadas de adueñarse de Canadá, de la Groenlandia danesa, de la franja de Gaza, de metales preciosos en la sufrida Ucrania, así como de “tomarse” el Canal de Panamá, lo pintan de cuerpo entero. No olvidemos que entre 1846 y 1848 el desenfrenado expansionismo gringo le arrebató a México la mitad de su territorio.

En lo que a nuestro país respecta, hay que hacerle saber al sociópata de Trump que no necesitamos ni aceptaremos por motivo alguno bases norteamericanas disfrazadas de monjitas de la caridad, ni en el Darién ni en parte alguna de nuestro sagrado territorio nacional.

Cerrando este artículo, llega el jefe del Pentágono y en conferencia de prensa declara en inglés algo muy distinto a la traducción al español. Nuestro país se deja intimidar por las amenazas de Trump aceptando, con baladíes pretextos, la presencia de tropas gringas en Howard, Sherman y Rodman, traicionando así la esencia misma de nuestra soberanía al violarse la cláusula 5 del Tratado de Neutralidad. ¡Auténtica vergüenza y vil traición nacional, con el consentimiento del actual gobierno! Quien no lo entienda así, es inmensamente bruto o finge demencia.

*El autor es escritor, docente jubilado, promotor cultural y editor
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