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- 30/11/2018 01:03
Relaciones Panamá - China
Históricamente, Panamá ha sido escenario de múltiples visitas de presidentes, jefes de Estados y de Gobiernos, reyes y príncipes y un pontífice de la Santa Sede del Vaticano. Salvo un par de casos que no vale la pena recordar, todos han recibido una calurosa recepción del pueblo y del Gobierno de nuestro país, al margen de su ideología, ubicación geográfica y significado político y económico para nuestra nación.
El próximo 2 de diciembre, arribará al suelo patrio el presidente Xi Jinping de la República Popular de China, quien reciproca la visita realizada hace un año por el presidente Juan Carlos Varela a Beijín, luego de haber establecido relaciones diplomáticas. Con la llegada de ese mandatario, se marca el inicio de una prometedora etapa en las relaciones entre ambos países.
A pesar de lo poco que ha trascendido de la agenda de esta visita, la misma tiene significado histórico, político y económico. Histórico, porque es el primer presidente de China que arriba a nuestro país en una visita de Estado, luego de una historia de relaciones con miles de ciudadanos de ese país que llegaron al nuestro hace más de un siglo y que han contribuido, por generaciones, al desarrollo de Panamá.
Desde la perspectiva política y económica, este encuentro incluye reuniones privadas entre los presidentes con sus cancilleres en el Palacio de las Garzas y una reunión ampliada entre altas autoridades de los dos países. Habrá pronunciamientos por parte de ambos mandatarios, tras de lo cual asistirán a un encuentro empresarial y un recorrido por el Canal de Panamá. Se espera que, en el marco de esta visita, serán rubricados por ambos Gobiernos una veintena de acuerdos poco conocidos, en materia comercial, científica, cultural, de tecnología, educativa y de transferencia de conocimiento.
Nadie duda hoy de la atinada decisión de establecer relaciones diplomáticas con la República Popular de China, luego de largos años de dudar de esa conveniencia, de establecer relaciones comerciales con esa gran potencia y de mantener relaciones con Taiwán, considerada por China como una provincia rebelde. Panamá dio un paso decisivo, soberano y firme en la ruta de procurar su propio destino y de escoger sus propios amigos, al margen de los intereses de otras potencias mundiales.
Claro que hoy existen válidos temores respecto al alcance y contenido de las relaciones con ese país. De parte de muchos panameños tanto como de extranjeros. Algunos por razones ideológicas y otras por temor a lo desconocido, ya que también es cierto que China es un país misterioso para muchos.
Por su parte, también están los Estados Unidos de América que percibe una intención estratégica de China de penetrar en esta región que consideraban su patio trasero. Recientemente, recibimos la sorpresiva visita del canciller estadounidense, Mike Pompeo, y aunque poco trascendió de su visita, se especuló que se trataron temas regionales, políticos, económicos y de seguridad. Igualmente, que expresó sus preocupaciones por el rumbo que seguirían las relaciones que recién iniciaba Panamá con China, motivadas por la supuesta ubicación de su embajada en la margen del Canal.
Ciertamente es importante destacar la impronta de China en esta región latinoamericana. En pocos años, esa potencia puede superar de manera significativa a la economía de los Estados Unidos. Hay una percepción de que China tendrá múltiples recursos para invertir en las economías regionales, cosa que cada día se reduce por parte de Estados Unidos, especialmente a partir del acceso al poder del presidente Trump. Este tema promueve la percepción de que China consolidará sus ventajas competitivas, así como su influencia comercial en América Latina y el Caribe.
La guerra comercial entre dichas potencias puede acentuar esa opinión. Parece existir la creencia de que habrá un avance de las empresas chinas en el país, con hegemonía por encima de otras internacionales e incluso de las propias empresas locales.
El Gobierno de Panamá considera la visita del presidente Xi Jinping como una muestra de la importancia y prioridad que ese Gobierno otorga a nuestro país, enfocada en crear oportunidades para los ciudadanos de ambos países. El Gobierno de la República Popular de China espera que la visita de su presidente a Panamá repercuta positivamente en el ulterior desenvolvimiento de las relaciones de amistad y cooperación entre nuestros pueblos y Gobiernos.
La mejor forma de demostrarlo es firmando su adhesión al Tratado de Neutralidad del Canal de Panamá. Esa, tal vez, sea la mejor manera de despejar todos los temores que se han expresado con respecto de su visita.
ABOGADO