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- 15/06/2013 02:00
Ancón envuelto en la desesperanza
En tres meses de caminar y tocar puertas en mi corregimiento, encontré tres realidades: la clase media profesional y la alta que lo tienen todo resuelto, la clase media baja y los que hace unos años no lo eran, pero ahora el sistema neoliberal los ha empobrecido y ya no comen tres veces al día, y, finalmente, la pobreza y extrema pobreza.
Estos últimos sectores están dominados y controlados por una organización mafiosa donde nada se mueve sin que los capos lo aprueben.
He sido testigo de la gula de poder, viendo a políticos que se autodenominan ideológicos y de principios, hacer alianzas tácticas con otros inescrupulosos, con tal de ser los primeros en la lista.
En Ancón, cada voto en las áreas marginadas y de clase media baja tiene como precio entre $5 a $50.
Pero lo más triste es escuchar compañeros, también ideológicos, y que todo lo tienen resuelto, decir que van a votar a ganador sin importarles las traiciones de las que siete generaciones comprometidas con la causa social hemos sido víctimas.
La sociedad ha entrado en crisis. Puedo colegir que hay un sector que todo lo tiene resuelto materialmente, que está preocupado por la situación del país y del corregimiento de Ancón, que se avergüenza de 10 años de abandono, desidia y derroche.
Hay otro sector que se acostumbró a vivir bien y no piensa hacer ningún esfuerzo por escoger una opción que le represente salir de su zona de confort.
Tocando puerta a puerta encontramos 1,040 personas que no viven en el corregimiento y que las han metido en casas de personas decentes, sin su consentimiento. Otros han colaborado con esto. Muchas personas de áreas indigentes han sido llevados en buses para hacer estos cambios de residencia dolosos, a veces sin saber que es un delito, solo por unos dólares más.
El Tribunal Electoral debería pedir más requisitos para su campaña ‘verifícate para poder votar’. Creo que los magistrados nunca se imaginaron que eso se convertiría en la mafia que es en la actualidad.
Mi participación en la política ha sido importante, porque como mujer viví, palpé, sentí de cerca el dolor, el abuso y la miseria de mi corregimiento. ¿Cómo pedirle a alguien que tenga conciencia al momento de votar, si vive en medio de la basura o en casas de piso de tierra con goteras por todas partes? ¿Cómo pedirle a los hombres de esas áreas que voten a conciencia, si nuestros políticos tradicionales los han dañado con la compra de votos, con alcohol y otras cosas?
Lo más lamentable es que en mi caminar pude identificar tres masas: la triste, olvidada y huérfana, la masa delincuencial y la masa clientelista que los capos manejan a su antojo y las enardecen cuando ellos quieren, solo impartiendo una instrucción a uno de sus testaferros.
Pero esto no ocurre solo en el PRD, sucede en otros partidos. No se escapa ninguno.
¿Qué ha hecho esa mafia de Ancón por esa, la masa clientelista al servicio de los capos, que solo reciben migajas de lo que el Estado les da para atender los problemas de su comunidad? Es una especie de esclavitud que se ha desarrollado en torno a esta masa clientelista.
Y, ¿qué de los olvidados, de los tristes, de los más necesitados?
Si no se han dado cuenta, estamos al borde de una explosión social y, ¿quién la va a liderar o será una explosión anárquica, como la han predicho algunas profecías bíblicas y otras ancestrales?
Aunado a lo anterior, existe un plan para la privatización de la Calzada de Amador y no se ha consultado ni con la comunidad de Ancón, ni con la sociedad.
Parece perfilarse un modelo de sociedad en la que dominan los poderosos, eliminando a los débiles del sistema. A medida que tal destrucción crece, demandan más sacrificios, buscando argumentos para justificar que no queda otra salida que los sacrificios de la clase media. Los vínculos sociales deben hacerse más fuertes al margen de nuestras ideas políticas o ideológicas.
Esta situación plantea una alianza para no perder la institucionalidad, para que no nos quiten el derecho de la vista al mar, para refundar nuestro país, para atender la fragilidad de nuestros hermanos más pobres y ofrecerles una oportunidad para salir de la miseria.
MIEMBRO DEL PRD.