• 18/12/2013 01:00

El amor de los pingüinos

El año que termina en pocos días ha estado lleno de buenas noticias literarias. Actividades como la Feria del Libro, el Encuentro Intern...

El año que termina en pocos días ha estado lleno de buenas noticias literarias. Actividades como la Feria del Libro, el Encuentro Internacional de la Lengua a escala institucional, así como la publicación de nuevas obras y consolidación de organismos educativos que agrupan a profesores que enseñan el idioma, son algunos ejemplos de esfuerzos por establecer un mayor arraigo de las letras en la sociedad.

Por esa razón, la edición reciente del poemario de la escritora Bertalicia Peralta, constituye la nota sorpresiva, la grata sensación que nos pone ante ese ejercicio lleno de experiencia, rigor en el discurso poético y un enfoque profundo sobre la realidad. Se trata en este caso de ‘... gozo permanente... /de ese que requiere de múltiples aciertos/ del que quiere cancelar la palabra / que logra poner destellos en la mente...’.

El amor de los pingüinos y otros poemas malsanos es el título de este folletín artesanal en su presentación e ilustrado por Juan Manuel Justiniani. Es un trabajo de síntesis y de contrastes en el discurso, como ese primero donde habla del gozo, pero que se desdobla ‘... en las vísceras y las exprime / las hace explotar como lluvia/ posándolo cerca de la perfidia del dolor...’.

Los versos de Peralta no son superficiales. A estas alturas de ese andar que le ha permitido mirar, testimoniar, analizar la realidad sociopolítica y cultural durante la última mitad del siglo XX y la transformación de un país desde las luchas más radicales hacia el logro de la soberanía, hasta la deformación y empobrecimiento de la democracia, ella tiene suficiente material para su rejuego en la composición.

Bertalicia se confiesa en el texto como ausente de la vivencia en esta época; lo reitera al mencionar que ‘... mi rostro no aparece / soy invisible...’ y cuestiona su entorno; resalta que ‘solo algunos ojos marineros / se pudren a la sombra / malquistante / de mi violín marchito.’ Esta metáfora alude a la lira de una labor creativa que, como la de Homero, cantó las gestas preclaras; pero acá, la poetisa está lejana y adolorida.

Son breves viñetas donde lo intenso da forma a los vuelos de su imaginación, que desde el espacio de la intimidad, del momento fugaz aborda la ternura, el amor, reduce su visión y le hace añorar otras épocas; ‘... luego el tiempo / el aire / y todo / hasta la risa / convertido en mueca...’.

Esta pericia le permite dominar las formas y reducir el contenido a lo esencial. Es la expresión de una vigencia en el tiempo y en el oficio de construcción literaria como opción de comunicación entre generaciones en sus variantes de palabras y ritmos y siempre insinúa la distante recreación poética de los acontecimientos; ‘un violín desgarrado / en la distancia...’

Peralta también se cuestiona su propia capacidad, revisa su compromiso, se mira a través de un espejo e interroga sobre sus pretensiones y vigencia; ‘qué se creía esta mujer / hecha solo de humo y sueños’. Alude así a su presencia y acompañamiento en las luchas nacionalistas y solidaridad con quienes dejaron ‘su piel / su corazón su hambre detrás / de las alambradas del planeta’.

Esta publicación es un paradigma de la brevedad, que encierra en tres secciones la visión muy íntima, el autoanálisis donde su autora se percibe en el contexto de su trayectoria, se comprende y rescata la función de los bardos de contemplar la cotidianidad, en sus momentos de tranquilidad o crisis. Allí reside su valor, independientemente de su modesto formato.

PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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