Uno que es el grupo de Bohuslan Big Band fue en el Centro de Convenciones de Ciudad del Saber
En la plaza toca:
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Con puntualidad inglesa a las 6:30 p.m. de este 15 de enero se inició la alfombra roja de la “Noche de Gala del Panama Jazz Festival” en su XXII edición.
Este evento rindió un homenaje a la legendaria Princesa Orelia Benskina.
La alfombra roja comenzó con la llegada de los representantes de New York Academy Jazz, Berklee Global Jazz Institute, Berklee Institute of Jazz and Gender Justice Ensemble y el New England Conservatory.
Esas agrupaciones e instituciones, que provienen de todos los rincones del mundo, llegaron para celebrar y perpetuar el jazz como un lenguaje universal que une culturas y corazones.
Entre los primeros en presentarse en la alfombra roja destacó la Bohuslän Big Band, una agrupación sueca reconocida como una de las big bands más influyentes de Europa.
Con 16 músicos dedicados exclusivamente al jazz, esa banda profesional ha dejado una huella imborrable en la escena escandinava y ahora también en los corazones panameños.
Los aplausos y vítores resonaron cuando hizo su entrada triunfal Danilo Pérez, padre del fundador del festival, acompañado de su esposa.
Entre los asistentes también destacó Mayra Hurley, polifacética artista panameña cuyo talento trasciende géneros y disciplinas.
El momento más esperado de la alfombra roja: la llegada del Princess Orelia Collective, un grupo integrado por mujeres escritoras, poetas, músicas, activistas y educadoras de renombre internacional. Su tributo a Orelia Benskina, pionera en la promoción del jazz, fue una celebración del arte y la resistencia femenina.
La noche continuó con un desfile de talentos, entre ellos John Patitucci, quien llegó luciendo una llamativa camisa naranja y un saco negro. Este virtuoso bajista, con más de 30 años en la élite del jazz es un pilar del festival y un aliado incondicional de la escena musical panameña.
A las 7:15 p.m., el público enloqueció al recibir al maestro Danilo Pérez, fundador del festival. Su rostro irradiaba emoción y orgullo. En una entrevista previa declaró a La Estrella de Panamá que se sentía “entusiasmado de compartir con grandes músicos del jazz”.
En tanto, la ministra de Cultura, Maruja Herrera, llegó poco después y destacó la importancia del festival en la agenda cultural del país.
“El jazz es vida, y estos espacios celebran el talento nacional, inspiran a los jóvenes y fortalecen los lazos familiares”, compartió.
Danilo Pérez recordó cómo, desde su comienzo, el festival ha generado un impacto económico de 3 millones de dólares y ha pasado de reunir ocho mil asistentes a superar los 40 mil en sus ediciones más recientes. “Hemos impactado de manera positiva a más de 25 mil jóvenes a través de nuestro sistema educativo”, señaló con orgullo.
El teatro Anayansi, en el Centro de Convenciones Atlapa, vibró cuando el Princess Orelia Collective abrio la gala con piezas de la homenajeada, fusionando ritmos caribeños y jazz en una experiencia musical que cautivó a todos los presentes.
Uno de los momentos más emotivos de la noche fue la entrega de un reconocimiento a Terri Lyne Carrington, baterista y productora tres veces ganadora del Grammy. Su legado como líder en el mundo del jazz y fundadora del Instituto Berklee de Jazz y Justicia de Género fue celebrado con entusiasmo.
En el segundo bloque de la gala, el maestro Pérez agradeció a los asistentes por ser parte de esta “terapia musical” y compartió el escenario con leyendas como John Patitucci, Terri Lyne Carrington y Everette Harp. Cada uno brilló con su talento: el piano, el bajo, la batería y el saxofón se entrelazaron en una sinfonía.
Cuando Ledisi subió al escenario, el teatro explotó en euforia. Descrita por Pérez como “una de las vocalistas más cautivadoras de su generación”, su voz conmovió a cada alma presente.
El cierre fue apoteósico: músicos y público se unieron en una celebración llena de energía y pasión. Las notas del jazz no solo resonaron en las paredes del teatro, sino también en los corazones de todos los que vivieron esta noche inolvidable.
“Quieren elevar la frecuencia, salud y terapia, vengan al Panamá Jazz Festival”, concluyó el maestro Pérez.