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- 28/08/2019 02:00
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Atrás han quedado los chancletazos en la cocina para alejar a los insectos de la cocina, hoy en algunos hogares ya se han ganado un espacio en la alacena barritas energéticas, crujientes snacks o pan a base de grillos, hormigas, gusanos o saltamontes.
Y es que en un mundo cada vez más poblado, parece que los insectos son la clave de la alimentación del futuro. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, consumir insectos, aparte de su poder nutritivo, podría ser una alternativa sustentable, dado que para producirlos se necesita mucho menos espacio y recursos como agua y comida, contrastando con el impacto medioambiental del sector ganadero. Urgen fuentes de proteínas, se prevé que para 2050 la población mundial alcanzará los nueve billones de habitantes.
Como respuesta, en 2018 la Unión Europea puso en vigor un marco legal que ayuda a impulsar tanto el consumo como la creación de granjas de insectos y startups de este tipo de alimentos.
En Suiza, desde hace un año, ya se puede comprar en los supermercados comida a base de insectos. La responsable de esta incursión es la empresa Essento que, entre otros, tiene una selección de hamburguesas y albóndigas elaboradas con Tenebrio molitor, considerado uno de los gusanos más sabrosos. Además, la compañía sostiene que estos productos ofrecen a los consumidores una alternativa para los alérgicos al gluten.
En otros países como Gran Bretaña, Bélgica, Austria, Francia o Italia ya hay un creciente nicho de mercado para estos productos. La empresa belga Green kow ofrece cuatro patés a base del delicioso gusano; la receta es obra del chef Sang-Hoon Degeimbre, que cuenta con dos estrellas Michelin.
Un éxito de la comida a base de insectos es que chefs y empresas de gran prestigio están incluyendo en sus creaciones hormigas y escarabajos, como es el caso del Anty Gin, de la firma danesa Nordic Food Lab, parte del restaurante Noma, uno de los mejores del mundo. Esta fina ginebra es hecha con los aromas de la hormiga roja europea.
Tradición culinaria en América Latina
La llamada entomofagia, la costumbre de comer insectos, es muy común en otros lugares del mundo. Se estima que forman parte de la dieta de dos billones de personas en África, Asia y América Latina.
‘Un éxito de la comida a base de insectos es que chefs y empresas de gran prestigio están incluyendo en sus creaciones hormigas y escarabajos'.
En México y algunos países de Centroamérica, están los famosos chapulines, una especie de saltamontes cuyo sabor mucha gente describe como similar a los camarones secos.
Otra delicia son los escamoles, huevos de un cierto tipo de hormigas, consideradas una delicia en el país azteca. En Brasil, los indígenas Maku recogen insectos durante la temporada de lluvia, para alimentarse cuando la caza y la pesca es imposible.
En Quito, Ecuador, durante los meses de octubre a noviembre se comen los catzos, una especie de escarabajo blanco, antiguamente considerados comida sagrada. En algunas regiones de Colombia, es habitual el consumo de las famosas hormigas culonas, que aparte de ser una fuente de proteínas, son conocidas por sus efectos afrodisíacos y a menudo se dan como regalos de boda.
Así que la próxima vez que tenga frente a usted una hormiga, escarabajo o grillo, piense en las posibilidades culinarias del hasta ahora molesto inquilino.