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- 04/12/2016 01:01
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Nunca tan de cerca se han visto las caras la televisión y la educación, en un libro de Héctor Rodríguez. Su obra más reciente, La Ventana Encendida , es un viaje a las entrañas de la ‘pantalla chica', para sacarle provecho: la televisión puede ser una gran herramienta educativa, sobre todo en las áreas de difícil acceso de un Panamá que se enfrasca en la capital y olvida su interior.
Pero inicia describiendo el escenario actual. ‘Los Simpsons es como ‘El Quijote' de nuestra época o como ‘Los Viajes de Gulliver' del siglo XVIII, describe cómo nos comportamos todos nosotros', formula el autor, en entrevista telefónica con La Estrella de Panamá .
Para Rodríguez, el mundo en el que vivimos ha sido formado por la televisión, ‘tal como Homero —protagonista de Los Simpsons—. Su educación es la televisión y lamentablemente ese es el problema de nuestra sociedad', dice Rodríguez.
TELE-EDUCACIÓN, LA GRAN DEUDA PANAMEÑA
‘Muy poca gente conoce el programa Telebase. Se trata de un convenio firmado con México en 1996 para transmitir programas educativos en cuatro escuelas de Panamá. Es un experimento', revela Rodríguez, quien enseña radio y televisión en la Universidad de Panamá (UP).
El ‘experimento' consistía en asignar a un solo maestro en una escuela para que dicte todas las materias de primer, segundo y tercer año de secundaria.
‘El hallazgo que hice cuando realicé la investigación es que los estudiantes salen mejor capacitados en ciertas áreas como comunicación oral y habilidades lectoras. Son más analíticos', resume el catedrático.
Bien llevado, el programa alivia mucho el gasto de profesores en áreas apartadas. Aparentemente, un maestro y una pantalla son suficiente.
Ahora mismo, en San Miguelito y otras zonas rojas existen estos programas, de acuerdo con el catedrático. ‘La telebase es un proyecto que debe ser más conocido y más impulsado para alcanzar a la mayor cantidad de estudiantes', agrega Rodríguez, cuyo subtítulo de su libro ‘Televisión y Escuela en Panamá'.
De hecho, la Telebase es un proyecto incompleto. México facilitó al Istmo materias universales como inglés, español y matemáticas. Pero no envió las clases de historia y geografía, ya que tienen que ser sobre Panamá. Y hasta la fecha no se han producido.
‘En el libro hablo de todo lo que hay que hacer para hacer un programa. Eso representa una gran cantidad de dinero que se va a poner en función de la educación y va a dar trabajo a profesionales y técnicos de las comunicaciones y la educacicón', asegura Rodríguez, ganador del Premio Ricardo Miró en 1989, sección novela.
‘LO QUE ME PREOCUPA DE LA TELEVISIÓN ES QUE NOS FORMA COMO PERSONAS Y ES MÁS PODEROSA QUE LA ESCUELA, PORQUE ES MENOS ABURRIDA',
HÉCTOR RODRÍGUEZ
ESCRITOR Y CATEDRÁTICO DE LA UP
LOS HIJOS DE LA TELEVISIÓN
El tema que trata Rodríguez en su nuevo libro parece ficción. No por el hecho de que el gobierno tenga que invertir más en cultura, pero sí por el escenario casi utópico que propone: utilizar la televisión como una herramienta educativa. Sin embargo, su nueva publicación es nada menos que un ensayo, que dibuja con agudeza el ADN de la sociedad contemporánea.
La ventana encendida posee en sus líneas un tono ameno, en las que ‘confluye el pensamiento de los más importantes autores de la comunicación', detalla la contraportada del ejemplar.
Entre los citados por el autor está el Nobel Mario Vargas Llosa y su obra La sociedad del espectáculo , con la intención de comparar las inquietudes y las aspiraciones de la sociedad de antes y el mundo de ahora.
Rodríguez formula en su narración: ¿qué sucede que la sociedad está embebida con lo intrascendente? Y el peruano responde: ‘La diferencia esencial entre aquella cultura del pasado y el entretenimiento de hoy es que los productos de aquella pretendían trascender el tiempo presente, durar, seguir vivos en las generaciones futuras, en tanto que los productos de este son fabricados para ser consumidos al instante y desaparecer, como el bizcocho o el pop corn', reza un extracto de la cita.
Para poner más clara la influencia de la televisión en la sociedad actual, el catedrático de la UP menciona la catástrofe del avión que cayó con un equipo de jugadores de fútbol a bordo.
‘El tema es de conocimiento mundial porque son futbolistas y el fútbol es parte de esta sociedad. Estamos suscritos a ese show del Real Madrid-Barcelona', apremia Rodríguez.
SHAKESPEARE Y LA TELEVISIÓN
El título ‘La ventana encendida' del catedrático y ganador del Miró —Héctor Rodríguez— es un guiño a una línea de Shakespeare, que Marshall McLuhan describe como un ‘un vaticinio' de lo que sería después la ‘pantalla chica'.
Pero si hubiese sido softball —continúa el escritor— no estaríamos hablando del accidente del aeroplano. Mucha gente se queda en el hecho de que son futbolistas y no van a la raíz del problema: la avaricia del piloto por no gastar más combustible.
UNA VENTANA DESESPERADA POR ATENCIÓN
‘Lo que me preocupa de la televisión y la educación es que la primera nos forma como personas y es más poderosa que la escuela porque es menos aburrida', confiesa Rodríguez.
Un niño promedio tiene acceso a un medio como la televisión desde los dos años, dice el catedrático, mientras que a la escuela se ingresa cumplidos los 6 años de edad. ‘Por eso, la educación tiene que buscar aliarse con la televisión', añade el autor.
Pero el televisor, como medio de entretenimiento, es un aparato tecnológico anticuado. Algo del pasado. Y de eso Rodríguez es consciente.
‘La televisión está siendo prácticamente abandonada por los jóvenes por todo este asunto de internet y el teléfono móvil. La televisión que tenemos en Panamá ya se dio cuenta de que los dispositivos móviles los están desplazando entonces están haciendo programas mucho más llamativos, como los reality shows , que ocupan el ‘prime time”, asevera.
Para tener referencia de la tendencia, el ‘prime time' antes lo ocupaban las telenovelas, esclarece Rodríguez.
El catedrático recuerda que en su época uno se acostaba viendo televisión. Hoy, los jóvenes tienen una relación más cercana con sus teléfonos inteligentes.
Este desamor del joven promedio —que tiene acceso a la ‘TV on demand'— hacia la televisión, es una ocasión precisa para voltear a mirar a la ‘pantalla chica' como un dispositivo con protagonismo en la enseñanza, en los lugares en los que no llega la señal de internet.