CSS: una propuesta sobre el tapete (Parte I)

Actualizado
  • 23/02/2022 00:00
Creado
  • 23/02/2022 00:00
El economista Ernesto Bazán analiza los problemas financieros que enfrenta la Caja del Seguro Social y plantea soluciones
Edificio de la Caja de Seguro Social.

En un futuro no muy lejano, se acabarán los fondos para pagar las pensiones a los jubilados del Subsistema de Beneficio Definido que administra la Caja del Seguro Social. (CSS).

Técnicamente, es una quiebra financiera. Los pasivos superan a los activos. El déficit actuarial se estima en US$ 15,000 millones. Considerando que en el 2020 la economía panameña perdió US$ 13,500 millones por las consecuencias de la pandemia, tenemos al frente un nuevo desastre. Equivalente a una pandemia.

El problema no es futuro, sino presente. En el futuro lo que tendremos será una crisis. Metafóricamente, tenemos una “bomba de tiempo” en nuestras manos.

Con el objetivo de contribuir con una propuesta para ser debatida, propongo la siguiente hoja de ruta, que permitirá resolver lo que considero es el problema económico número uno de Panamá.

El primer paso: dividir la gestión de Salud y Pensiones en dos entidades: Caja Nacional de Salud (CNS) y Caja Nacional de Pensiones (CNP). Son rubros con naturaleza distinta, que requieren estructura, recursos y gobernanza específica. La creación de una CNP permitiría contar con un mejor enfoque y una normativa definida, en beneficio del futuro jubilado.

Lamentablemente, la CSS ha demostrado una inequívoca ineficacia e ineficiencia, que ha perjudicado enormemente a gran parte de la población. No solo por su tamaño gigantesco y su enorme complejidad, que le impiden mayor agilidad, mejorar procesos e impulsar la digitalización, sino porque desafortunadamente se ha convertido en un ente excesivamente burocrático y político.

Para muestra un botón. Los afiliados al Subsistema Mixto que administra la CSS deberían recibir periódicamente su estado de cuenta con los aportes realizados. Han pasado más de 15 años y esto aún no ocurre. El desorden y la falta de información administrada son un reflejo de su lamentable fracaso como ente responsable de gestionar fondos.

Cualquier reforma que se quiera hacer al Sistema de Pensiones debe hacerse sobre una estructura administrativa sólida y sana. Metafóricamente, “no se puede construir una casa sobre terreno pantanoso”.

Es muy importante que la creación de un nuevo ente que estaría a cargo de la gestión de fondos de pensiones tenga una elevada eficiencia y un alto grado de competencia profesional. Ello plantea el reto de tener que implementar un régimen de contratación que podría ser similar al de la Autoridad del Canal de Panamá, donde prevalece el concurso, la transparencia en la contratación y la meritocracia.

Esta nueva entidad oficial (CNP) debería estar orientada a buscar eficiencias en su principal función: cautelar los fondos buscando acercarse al punto “óptimo” de la combinación rentabilidad-riesgo en los fondos que administra. Su naturaleza le da un rol monopólico y eso la hace susceptible a futuras ineficiencias. Por eso es importante estimular competencia: todo el que quiera competir con ella, puede solicitar una Licencia a la Superintendencia de Pensiones (un nuevo órgano, que también sería creado). Es decir, todo aportante iniciaría inscrito en la CNP, pero de manera libre y voluntaria podría cambiarse a una entidad privada autorizada, en cualquier instante. Ese mismo derecho debería permitirle volver a la CNP en el momento que considere y sin mayores restricciones. La libre movilidad sería fundamental en este sistema, en beneficio del futuro jubilado.

Debo ser contundente en señalar que no estoy planteando un Sistema Privado de Administración de Pensiones. No lo recomiendo para nada. Las experiencias en Latinoamérica no han sido un buen ejemplo, ya que los afiliados han percibido un abuso de las administradoras privadas, principalmente en lo referente a comisiones excesivas y perjudiciales a sus objetivos, porque dichas comisiones salen de la rentabilidad de sus fondos y además perciben a dichas entidades prácticamente como un cartel oligopólico, ya que no cuentan con una opción alternativa.

En mi opinión, los recursos y partidas económicas que requeriría la CNP deberían provenir del presupuesto nacional, con lo cual eliminamos las potenciales motivaciones para “engordar” a la entidad con comisiones cuasi-monopólicas.

Es muy importante que en esta nueva entidad (CNP), el Gobierno Corporativo incorpore las mejores prácticas, entre ellas, eliminando la conformación de una Junta Directiva como la que actualmente tiene la CSS, que se encuentra llena de conflictos de interés. Debería estar integrada por directores verdaderamente independientes y con competencias suficientes para tomar decisiones en un rubro con naturaleza actuarial, financiera, de inversiones y de gestión de portafolio.

Finalmente, el regulador que se crearía, la Superintendencia de Pensiones, debe tener también profesionales altamente competentes, que en su primer año deberían hacer pasantías internacionales, además de contar con alto grado de especialización académica en los temas que compete su función y, por supuesto, se les debe asegurar una carrera administrativa bien remunerada y bajo una verdadera meritocracia.

Economista
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