La Zona Libre de Colón busca reposicionarse en el mercado latinoamericano como en los viejos tiempos

Actualizado
  • 10/11/2019 00:00
Creado
  • 10/11/2019 00:00
Giovanni Ferrari, gerente de la Zona Libre de Colón, quiere atraer nuevamente a Venezuela y Colombia, dos socios comerciales que generaban el 50% de las ventas

La Zona Libre de Colón (ZLC) enfrenta grandes retos porque varios de sus socios comerciales dejaron una deuda millonaria hasta hoy incobrable. El atractivo de la zona no solo es la vitrina mundial en la que se exhibe una variada gama de productos, la mayoría provenientes de China, sino que es casi una de las únicas áreas del mundo en que se les da crédito a los compradores. Aún después de amargas experiencias, los empresarios son más cautelosos, pero el modelo no ha desaparecido. Giovanni Ferrari recibió la gerencia de la Zona Libre de Colón un par de meses atrás y está empeñado en recuperar el sitial de antaño, cuando se recibían miles de compradores, no había un local para rentar y la zona emergía como espuma de champán. Para ello, busca recuperar a los antiguos socios comerciales, reforzar los actuales y sacar de en medio la percepción de que la ZLC se presta para contrabando de productos y el lavado de dinero. No le será fácil, pero dio los primeros pasos de la mano de una organización, Crime Stoppers, que recibe denuncias en forma anónima y las traslada a las autoridades para su investigación. ¿Qué sigue ahora?

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¿Cuál será el nuevo modelo de negocios de la zona franca?

La ZLC no está pasando por sus mejores momentos. Tenemos una serie de desafíos, algunos de vieja data, otros más recientes, pero siento que con una acción coordinada, con una buena estrategia, podemos lograr que la Zona Libre regrese a su justo sitial. Tenemos la situación de los dos países, que entre ambos generaban casi el 50% de la actividad, Colombia y Venezuela; por situaciones que se escapan de nuestras manos, el caso de Venezuela lo hemos perdido. Debo mencionar que hemos visto algunos empresarios, muy pocos, que están haciendo compras muy tímidas y pudiera entenderse que en Venezuela se está dando un efecto de dolarización de facto de la economía que está permitiendo que algunos empresarios regresen a hacer unas compras, aunque nada cercanas a la escala que estábamos acostumbrados, es una señal de que podamos a futuro recuperar parte de ese gran mercado. En el caso de Colombia, tenemos la situación conocida del diferendo por estas barreras, al inicio no arancelarias, ahora arancelarias, y lo hemos conversado y sentimos que tenemos una propuesta para Colombia en la que la ZLC debe ser vista como un partner o socio preferencial para los intereses de Colombia. Estos problemas son los que en el pasado se alegaba subfacturación y contrabando, por lo que consideramos que con la evolución del tiempo y de nuevas ideas creativas, podremos mejorar las cosas, buscar soluciones. En el caso de Colombia, sí creo que tenemos una propuesta interesante para hacerle a los vecinos y esperamos que sea aceptada.

¿En qué consiste esa propuesta creativa?

Panamá no ha hecho nada malo, el problema que hay es que al momento de la importación de repente los datos que se aportan no son los originales, son datos de una subfacturación, un acto ilícito que requiere de un contubernio interno a nivel de funcionarios. La propuesta es muy sencilla: para poder verificar que la documentación que se está presentando es la original, a cambio, Colombia debería tener los aranceles que tenía en calzados y textiles antes de que iniciara este proceso de escalación. Es decir, los aranceles previo a cuando empezaron a poner los aranceles que provocaron la caída de estos dos rubros. Las empresas en la ZL no han tergiversado la información, son los importadores colombianos quienes al momento de presentar la factura no lo hacen necesariamente con la información debida.

¿Y la complicidad con quién es?

Con las autoridades aduaneras que la han dado como buena para poder ingresar la mercancía. Por ende, no es un problema de Panamá. Lo que se puede hacer es ayudar a las autoridades de ese país para que tengan la información real y a cambio bajar los aranceles, porque ya nosotros pudimos aportar una buena experiencia cuando teníamos los aranceles altos y la recaudación no era tan alta, en cambio, cuando los bajamos subió la recaudación.

¿Por qué cree usted que esta propuesta tendrá éxito con Colombia?, ¿qué acercamientos han tenido?

Hemos tenido un diálogo inicial con el embajador de Colombia en Panamá y sí hemos visto que tiene ventajas para Colombia. Ellos también quieren aumentar su recaudación fiscal. Nosotros les estamos ayudando con la información así como instándoles a bajar los aranceles. Si nosotros hacemos eso, y los otros países de donde ellos importan como China o Estados Unidos —que no va a ser tan fácil que le den la información— como nosotros estaríamos en grado de hacerlo, pudiéramos ser un partner preferencial para que Colombia pueda sentirse cómoda con las importaciones de la manera correcta.

¿Cuál fue la respuesta del embajador de Colombia?

Que conversemos. Las palabras textuales fueron de no querer ver por el retrovisor, sino mirar hacia adelante.

Las sanciones fiscales a Panamá surgen ante la negativa del país de informar sobre las cuentas bancarias de colombianos en el país, ¿estoy equivocada?

Sé que también hay un tema con la divulgación del intercambio sistemático entre países, pero yo tengo que velar por la situación de la ZL. En el contexto sería interesante que para que haya una armonía entre ambos países, poder dejar atrás estas situaciones que nos afectan, para beneficio de ambos países.

¿Usted considera que con la situación política actual en Venezuela se pueden retomar los negocios con la ZL?

Una pregunta que nos hacemos muchos es si va a haber una recuperación de los créditos viejos, y eso yo lo veo improbable. Creo que es una situación que va a requerir de mucha pericia y como gerente de la ZL me contentaría de poder participar de la recuperación del mercado venezolano, una vez que haya mayor apertura a grandes volúmenes de los que estamos viendo ahora. Pero sí creo que la ZL debería ser ese gran almacén que pueda ayudar a recuperar los inventarios que Venezuela requiere porque es un mercado importante, siempre lo ha sido, y nosotros debemos estar en posición para poder ser ese proveedor de productos en el debido momento.

¿A cuánto asciende realmente la deuda de Venezuela?

La cifra exacta no la manejo, pero seguramente estamos hablando de centenares de millones de dólares de difícil recuperación. Podría haber un camino muy lento, una recuperación paulatina en la medida en que esos actores que en su momento compraron y dejaron de comprar, puedan tener la accesibilidad de dinero para hacer estas compras y de ahí ver poco a poco qué se puede recuperar.

¿Los empresarios de ZL están dispuestos a seguir dando crédito después de los chascos a los que se han enfrentado?

La ZL sigue dando crédito con un riesgo, y claro está que tenemos que ser selectivos. Hoy en día el crédito es una de las razones principales del éxito de la ZLC, pero el empresario también es sabio y en base a las malas experiencias, también ha sabido ajustar su política de crédito.

¿Cuáles son los principales clientes que tiene la zona franca?

Tenemos que hablar de Centroamérica, un socio fiel en la distancia de los años y lo sigue siendo, es nuestro partner preferencial como región. Ecuador ha sido un mercado estable, fiel a través del tiempo; el Caribe, con una evolución gradual que tenemos que explotar más, no creo que hayamos hecho nuestro mejor esfuerzo para abrir mercados nuevos con alguna islas del Caribe.

La ZLC es un importador de productos chinos, con la tecnología y la forma directa, ¿por qué comprar a un intermediario?

La ZLC tiene un modelo que sigue siendo válido y lo seguirá siendo en el tiempo. Se ha objetado esa viabilidad porque hay mucha gente que viaja a China para hacer las compras aludiendo mayor flexibilidad y menores cantidades. Pero hay que dejar por sentado algunos puntos importantes. El primero es que la ZL es una feria permanente todos los días. En China hay ferias que se dan en periodos puntuales. Dos, la ventaja del comprador latinoamericano en la ZL sobre China sigue siendo igual. Le toma menos tiempo venir a Panamá a comprar que viajar a China. Tenemos una conectividad superior, hablamos español, tenemos las mismas costumbres y la alimentación en Panamá es más conocida que la asiática. Sobre el tema de China, siento que más que los compradores latinoamericanos vayan a China, presiento que van a ser las empresas chinas las que van a descubrir ZL como un punto donde deben ofrecer sus productos.

¿Cuál es el papel de China en el área ahora?

China es la gran fábrica del mundo, ellos van a querer tener una mayor presencia en el área de Latinoamérica. Mientras el inventario esté cerca del mercado, más rápido llega el producto. Si despachas desde China llega la mercancía en cinco semanas; si despachas de Colón, la mercancía llega en tres días. Lo que va a suceder es que va a haber una mayor presencia de empresas chinas que van a querer comercializar desde Panamá hacia la región.

¿Cuántas empresas están interesadas?

No tengo un número porque estamos en una fase exploratoria en la que llegan los empresarios a conocer el sistema.

¿Esta estrategia no se puede ampliar a otros países?

El sureste asiático, en conjunto, representa más del 50% de los productos que llegan a ZLC. China tiene un 35%, pero esto es algo que podemos explorar con otros países, como Indonesia, y otros de la región para incrementar la propuesta de otros productos de Asia en Panamá.

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¿Cómo encajan las empresas que ya están instaladas en la zona franca con esta nueva propuesta?

Las empresas tradicionales tienen décadas, años de experiencia, y conocen el mercado como la palma de su mano.

Pero aún con la experiencia, en la ZL la mayor parte de los locales se venden o se alquilan…

Hoy en día es la situación que tenemos, pero tenemos que trabajar para ver quiénes son los que potencialmente pueden ocuparlos. Tenemos que tener el ojo sobre las tendencias mundiales. Por otra parte, ¿cómo nos afecta la rivalidad de aranceles entre Estados Unidos y China? Yo creo que ha tenido impactos positivos para Panamá, porque aquellos compradores que antes iban a Estados Unidos a hacer compras de productos chinos se están dando cuenta de que ese mismo producto lo consiguen en Panamá más económico porque no tiene ese arancel. Tuvo un efecto inesperado, que está haciendo que parte de esos compradores que iban al norte, ahora vengan a Panamá.

¿Qué está haciendo para que la ZLC no sea percibida como una zona de tráfico ilícito de productos o de blanqueo de capitales?

Mi gestión está basada en tres pilares: el primero es seguridad, no queremos actividad de narcóticos en la Zona Libre; tampoco queremos crímenes de propiedad intelectual, las falsificaciones y por tercer punto, también hemos visto ese tráfico masivo de contenedores que aparentan estar saliendo de la ZLC. Para eso hemos estado haciendo varias cosas: tener un equipo de trabajo dentro de la administración que sea profesional y conocedor de estos problemas para poder atacarlos de una manera efectiva. Dos, también apoyándonos esas entidades que dan apoyo logístico a esos temas, como Crime Stoppers, un grupo con el cual hemos tenido una interacción muy fluida y nos han dado un aporte positivo para poder hacer las labores de interdicción de actividades que no queremos en la Zona Libre.

¿Cuántas operaciones se han efectuado en conjunto con Crime Stoppers para desmantelar alguna célula?

Me lo voy a reservar, pero le puedo decir que la interacción con las autoridades ha sido muy fluida y estamos avanzando en esa dirección. Tenemos que decir que la ZL cambió su legislación para que los permisos de manejo de cigarrillos tengan que cumplir con requisitos mucho más estrictos que las empresas de otro tipo.

¿Cómo vamos a quitar la imagen de que la ZL se presta para blanqueo de capitales?

Ahí tenemos dos estrategias, y con el tema del GAFI que nos han señalado como uno de los factores por los que aparecemos en la lista gris, estamos trabajando en dos proyectos. El primero es con el Banco Nacional, para que toda persona que venga al país deposite ahí su dinero dentro de la terminal aeroportuaria, cumpliendo con los requisitos tradicionales, y le dé al cliente una tarjeta de débito para que éste pueda venir a la ZL y comprar con ella. Así el efectivo no circula en el país, pero se pueden hacer pagos electrónicos. Eso da rastreabilidad y no pone el efectivo en la calle, sino en el banco, y también impulsa a las empresas de la ZL a utilizar el dinero electrónico, la idea ha gustado mucho. Lo segundo es que estamos haciendo un proceso de debida diligencia de los compradores, que si bien es responsabilidad de las empresas, pensamos que desde la administración podemos centralizar el trabajo para que de esa forma innovemos con una clave de comprador para que podamos agilizar los procesos.

Ojalá y no sea tan burocrático y le pidan al interesado su árbol genealógico cuando intente hacer ese trámite…

Al contrario, lo hacemos para que el proceso no se repita cuando el comprador vaya a diferentes empresas. Se le brinda un código y ya, con eso la empresa no tiene que pedir información y así ya se tienen los datos de ese comprador.

¿Desde cuando empezará eso?

Hay que hacer ajustes a la Ley 23 y la Ley Orgánica de la ZL. Estoy sujeto al tema legal, yo quisiera hacerlo lo más rápido posible.

¿Cómo ha afectado Colón Puerto Libre a la ZLC?

Es un complemento, ha habido un poco de confusión sobre el proyecto. Es muy positivo porque ahora en ZL se hace una actividad más cónsona con Colón Puerto Libre. La venta al detal debe estar en Colón Puerto Libre, utilizando la ley que faculta al panameño a comprar hasta mil dólares semestrales libres de impuestos de importación y de ITBMS. Para las compras al por mayor está la Zona Libre, que son los proveedores de las empresas de Colón. Tenemos un proyecto muy bueno de hacer un centro de bienvenida para que cuando la gente llegue por carro, tendrá señalizada un área con un estacionamiento muy grande. Si vas a Colón, habrá un trencito eléctrico que te lleva a Colón y si vas a ZL, habrá otra línea que entra a la zona, sacaremos los vehículos de los empleados para que haya movilidad en la Zona Libre. Esta área es la calle 16, queremos hacer como una terminal de visitantes.

¿Qué se hace para renovar Colón y cambiar la apariencia de la ciudad?

El proyecto renovación, por noble que fuera, fue ejecutado de una manera pésima, cerraron más de 800 empresas, el comercio en la Zona Libre cerró, colapsó en Zona Libre porque no pudieron hacerlo de una manera programática en la que se pueda agarrar un cuadrante y luego seguir. En cambio, lo hicieron en forma simultánea por toda la ciudad y la paralizaron. Una ejecución que no tiene explicación de por qué lo hicieron así. Ahora se debe trabajar arriba de la superficie porque lo que se hizo fue para la infraestructura subyacente. Ahora vendrán los proyectos para crear las áreas para que las tiendas vendan, eso no estaba en el proyecto inicial. En la Casa Wilcox, que es icónica, le pusieron un telón con la foto de cómo debe de quedar, pero no hicieron nada. En el proyecto Altos de Los Lagos también hubo muchos problemas; por ejemplo, en algunos de los casos las infraestructuras de soporte fueron subdiseñadas, en algunos casos ni se hicieron, no sé si no lo diseñaron bien o no lo ejecutaron.

GERENTE DE LA ZONA LIBRE
El empresario cuenta con una gran experiencia en el ramo
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