Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
Lamentablemente, una de las mayores preocupaciones de los panameños es la salud pública, por lo que es urgente un cambio de timón. La carencia de medicamentos, la demora en las atenciones al paciente, infraestructuras en mal estado, el poco o inexistente servicio especializado en el interior del país y la mala atención administrativa son, por mencionar algunas, las quejas recurrentes del ciudadano. Con la salud no se juega y eso hay que tenerlo bien claro; por ejemplo: una demora excesiva en un diagnóstico puede comprometer las posibilidades terapéuticas, sobre todo en pacientes oncológicos silenciosos. Ahora, más que nunca, la cohesión y coordinación de la Caja de Seguro Social y el Ministerio de Salud deben dar resultados luego de años de fracasos. Es imperativo rechazar el aumento de la planilla de la CSS administrativa que alimenta al clientelismo político, mientras que los pacientes mueren esperando ser atendidos. No pueden repetirse errores del pasado. Urge una transformación robusta, con planes y fiscalizaciones continuas, con el fin de cerrar las brechas de acceso a los servicios sanitarios que tiene la población. Si no se toman medidas urgentes, la fortaleza y la legitimación del sistema público de salud pueden verse comprometidas en uno de los pilares de la sociedad.